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lunes, 6 de julio de 2009

Broder Lui

Álex Ubago fue contratado por el Ayuntamiento de Pamplona para ser el tristón que alegrara el comienzo de los Sanfermines solo por una razón: porque Onofre García Valderrama, que era el preferido por el Consistorio, había declinado la invitación. Su depresión, incubada en los ochenta, le sigue impidiendo aparecer en público. Una década que le marcó por los constantes robos y plagios que sufrió su imprescindible producción musical.

En la primavera de 1986, Onofre García Valderrama resultó agraciado en un sorteo de Patatas Matutano con un viaje de ocho días para dos personas, con todos los gastos pagados, a Punta Cana. Pero el músico, que desde el desengaño amoroso con su Marijose en 1977 no había vuelto a tener pareja estable, negoció con la firma de snacks para trocar el viaje de ocho días para dos por otro de dieciséis para uno, que venía a ser lo mismo, a su entender.

Al segundo día de su estancia en Playa Bávaro ya había entablado cierta amistad con un camarero llamado Lui, un rasta jamaicano que le suministraba el roncito en la tumbona de la piscina. A Onofre le hizo gracia que, desde el primer momento, Lui se le acercara sonriente y le preguntara "¿qué le pongo, brother?", y así trago tras trago. La amabilidad del nuevo amigo propició el acercamiento, el conocimiento y muy pronto Onofre correspondió a esa complicidad llamándole con lo que intuyó calificativo cariñoso de la cercanía afectiva: Broder Lui.

Pero pronto se complicaron las relaciones. La tercera noche, Lui cometió el error de presentarle a su chica, la lavadora Eya, y Onofre sintió un ardor estomacal: Eya era clavada a su Marijose, a pesar de sus rasgos mulatos, su pelo rizado y su talla de busto. Los tres días siguientes, Onofre evitó a Lui y persiguió a Eya por la lavandería del hotel. Su obsesión fue tal que hasta lamentó no haberse llevado instrumentos desde Cotillas para componer la canción que le empezaba a salir a borbotones. Necesitaba no enemistarse con Lui pero, a la vez, luchar por el nuevo amor de su vida.

La solución a su arrebato musical la encontró en el lobby del hotel, donde un gringo de chaqueta a cuadros, al teclado de un gran piano de cola, amenizaba presuntamente los atardeceres a los clientes, pero que a partir de la medianoche quedaba en silencio. Onofre negoció con el gerente el poder tocarlo de madrugada, bien bajito. Y así fue naciendo, acorde tras acorde, la melodía que no dudó en titular 'Broder Lui'. Y tres noches antes de su regreso a Albacete, Onofre se las apañó para sentar a Lui en el lobby, junto al piano, y cantarle su composición.

El resultado fue catastrófico: no solo Lui dejó de servirle chupitos, sino que Eya desapareció misteriosamente. Y, lo que es peor, no se había percatado de que, durante su interpretación, el alemán rubio que estaba sentado tres mesitas más allá era Dieter Bohlen, alma mater del grupo Modern Talking y que se había ido a la Dominicana en busca de la inspiración perdida.


De regreso a Cotillas, y cuando estaba a punto de convertir 'Broder Lui' en el primer single de su LP 'Eya es para mí', Onofre volvió a sentir que se le paraba el corazón: sintonizando los Cuarenta, por si hablaban de él, escuchó que el locutor anunciaba el nuevo número uno de la lista y que venía de Alemania, de la mano del grupo Modern Talking y cuyo título era... ¡'Brother Louie'!









Indignado, Onofre García Valderrama escribió a la cadena y a los germanos, reclamando la autoría de la canción. Nunca obtuvo respuesta. Su última baza fue escribir a Asincopado, el crítico musical más afamado de la prestigiosa revista cultural trienal 'El Urogayo', explicándole lo ocurrido y adjuntándole la maqueta del genuino y original 'Broder Lui'.









Y esta vez la respuesta fue positiva. En el número 814 de 'El Urogayo', Asincopado firmó una completa y documentada crítica, titulada 'Pelones frente a talento', que venía a darle toda la razón al genio de Cotillas. Por su importancia, reproducimos íntegra la crítica:

Sin duda alguna, la canción 'Broder Lui' es un icono de la cultura pop con una frescura solo propia de los más geniales artistas.
La cadencia de su ritmo y su sensualidad crean un hito que, por desgracia, sólo es conocido por aquellos que han investigado en la discografía de Onofre García, quien a lo largo de las últimas décadas ha perpetrado algunos de los más brillantes himnos de la música moderna, en su mayoría usurpados por artistas mainstream y disqueras sin ningún escrúpulos, pero conocedores de las envolvente capacidad de las canciones de García.
Este genio sabe combinar el pop con la cumbia, a los que otorga toques de techno gracias a los afilados teclados. Este hábil crossover emparenta el tema 'Broder Lui' con las composiciones de algunos de los grupos más vanguardistas: New Order, Depeche Mode y The Human League.
Las poderosas líneas de bajo y la punzante guitarra, que acompaña las teclas en los momentos más vibrantes de la canción, generan un muro de sonido al que se suma la percusión, una especie de martillo pilón rítmico, un alarde de modernidad heredera de los padres de la electrónica Krafwerk y de los visionarios Joy Division.
Y ante esta retahíla de referencias, ¿qué aporta la versión de Modern Talking? Sin duda algún avispado plagiador se encontró con la joya 'Broder Lui' y se la apropió para estos neófitos, apoyados por la maquinaria del marketing, siempre arrolladora.
¿Y para qué? El dúo germano desnaturaliza la obra maestra de García y lo reduce a una especie jingle minimalista pensado para las pistas de baile. Toda la profundidad y el bagaje musical de Onofre García se simplifica a un teclado, un sintetizador y mucha trivialidad.

Tras la publicación de esta crítica, el dúo germano anunció el comienzo de los trámites para su disolución.

viernes, 25 de julio de 2008

Rotos y descosidos

La crisis agudiza el ingenio. Adonde no llega la realidad de la nómina lo hace la imaginación del bote de la Primitiva. Pasamos de desvelarnos por un déficit mensual de 440 euros a soñar con que nos toquen 18 millones de eurazos. Aquí los términos medios brillan por su ausencia. A no ser, claro, que el protagonista del cuponazo sea como aquel moroso empedernido al que le tocaron cien millones de pesetas y a la pregunta de los periodistas de que qué iba a hacer con tanto dinero contestó que “pagar a acreedores”. “¿Y el resto?”, insistieron los periodistas. “El resto –dijo sereno–, que espere”.

Los derroteros que está tomando el mercado laboral no dan para coñas, pero esta crisis galopante que existe sin existir, y ante la que José Luis Rodríguez Tancredo se encoge de hombros porque dice que es la fuerza del sino, está propiciando que resucite el ingenio en busca de unos ingresos que ayuden a divisar el día 30. Todo sea por un plato de alubias.

En el renacimiento de la picaresca brilla, con luz propia, el gremio de la brujería, experto en vender ilusión a desencantados y desesperados, ese sector humano que se caracteriza por acudir a Doña Conchi, en las chabolas del extrarradio, para que le estirpe el tumor maligno que los incompetentes médicos le han detectado en el estómago. Qué sabrán ellos. Ay, donde esté doña Conchi y sus ramitas de espliego, que se quite el quirófano; y además tiene tarifas más ajustadas.

A nosotros nos ha vuelto a buzonear el Profesor Musu, con su elegante fotocopia de Word, tranquilizándonos porque ofrece “solución rápida a sus problemas” y además nos ilustra con su currículo: “La Videncia no es un oficio, es un don” y, para rimar, añade en negrita que “No hay problema sin solución”. Bravo por el optimismo. El señor Musu, para convencernos de que sabe lo que se dice, nos explica en la cuartilla: “Gran curandero, soluciona problemas de amor, trabajo, suerte, justicia, fama, exámenes, negocio, mal de ojo, problemas familiares, impotencia sexual, regreso inmediato de la persona amada, ayuda a recuperar lo que se haya perdido, protección del mal con su alta potencia de la magia africana, problemas de alcoholismo, problemas difíciles o graves resueltos en menos de 48 H. Resultados 100% garantizados” y remata semejante ganga, otra vez en negrita: “Mejora su situación económica. Atrae más clientes a su comercio” y ofrece más información de 8 a 21 horas llamando al teléfono tal.

De todas formas, y para los descreídos de la magia, les animo a venderse con humildad, ofreciéndose para todo lo que sea menester con tal de llevar un sobresueldo, o sin sobre, a casa. Tomen ejemplo los angustiados del señor Vargas Vil, que ha grabado esta cuña publicitaria que difunden las emisoras colombianas. Él sí que sabe: honestidad, sinceridad y disposición.
Escuchen:





lunes, 16 de junio de 2008

El melocotón de Onofre

Cuatro días antes de ingresar en su clínica de desintoxicación preferida, Onofre García Valderrama entregó a la discográfica la maqueta con la canción que completaba su LP ‘Vaya vida’. Se trataba del tema ‘Cacho melocotón’, primero en el que Onofre se sumergía por los procelosos y controvertidos vericuetos de la canción intimista/protesta. Pero Onofre necesitaba contar al mundo por la que estaba pasando y desenmascarar de una vez por todas a la traidora sociedad, responsable de todas sus desgracias.

Cuando en el verano de 1978 su interior se vio rasgado por la ausencia de noticias de Marijose, Onofre no quiso componer más. Estaba roto de amor y allí, en su refugio de Cotillas, comenzó a trasegar anís del mono entre el bar de arriba y el bar de abajo en un círculo vicioso que se fue estrechando hasta que los integrantes de su banda, 'Los Impecables de Cotillas', hicieron lo que unos amigos deben hacer: dejar de pagarle rondas. Pero Juan Luis, el bajo, fue más solidario si cabe y consiguió que su padre le diera trabajo en El Paraíso, la funeraria que regentaba en Albacete. Onofre trabajó allí, mal que bien, hasta la primavera de 1982. En ese tiempo se moderó algo en lo del anís, aunque empezó a tontear con otras cosicas que se metía a partir de las 19:30, cuando terminaba de despachar a su último cliente.

La casualidad de presentarse a voluntario en el Barnabéu por lo de los Mundiales, y encima ser aceptado, dio un vuelco en su vida. Su Marijose estaba también allí, de naranjita, y el músico sintió que se le volvía a exprimir el corazón. Por no entretenernos (tiempo habrá), baste decir que el reencuentro terminó en boda, celebrada en la tierra natal de Onofre, el domingo 27 de mayo de 1984. Allí, en la Iglesia Parroquial del Perpetuo Socorro, Marijose tardó 3’12’’ entre el sí quiero y la estampida. Al parecer –sin confirmar–, la excesiva familiaridad con la que era tratada por los tíos de Onofre le terminó por convencerse de que se estaba (¡se había!) equivocado. Y salió a la carrera sin mediar palabra.

Onofre volvió al circuito de arriba y abajo hasta que, en el otoño de ese mismo año, consiguió plaza interina en la Mutua de Impagados de Albacete como tasador de instrumentos musicales requisados a los morosos. Pero su cuesta abajo era ya imparable y su coqueteo con sustancias de despacho sospechoso fue convirtiéndose en un hábito in crescendo. Entre 1985 y 1989 alternó clínicas específicas, trabajos interinos y composiciones esporádicas en proporciones difíciles de determinar. Pero, sin duda, la culpa de todo lo que le pasaba había que echársela a la sociedad.

Esta obra maestra pertenece a julio de 1986, momento en que había retomado con más fuerza sus abandonadas ganas de composición. Y, con la imprescindible ayuda de su grupo ‘Los Impecables de Cotillas’, grabó en su granero el tema ‘Cacho melocotón’, una canción que es necesario que el mundo conozca, aunque sea tarde.


miércoles, 4 de junio de 2008

Por fin, ¡el vídeo!

Onofre García Valderrama estaba convencido de que su militancia mancheguista era aval sobrado para que Pedro Almodóvar aceptara de primeras conducir la puesta en escena de sus canciones. Según ha podido saber este corresponsal de fuentes generalmente bien informadas, el genio de Cotillas, Albacete, persiguió durante el primer trimestre del año en curso al director de Calzada de Calatrava, Ciudad Real, para ofrecerle desinteresadamente y por aquello del roce de la Mancha el volcado a imágenes de ‘Chocones’, primer sencillo de su recopilatorio ‘Onofre y los beibis cantan al ayer y al hoy’, que como es bien sabido arrasó en las pasadas Navidades.

Pero hete aquí que Almodóvar rehusó el regalo con gran pesar, o por lo menos eso le dijo el secretario adjunto al director de Agenda del sencillo cineasta: “Don Pedro –decía el SMS del ejecutivo que iba con copia a 223 destinatarios– lamnta no acptar su ptción xq stá ensa&ando con P-X la II IIT de Volver (Revolver). Abzs de to2”.

Onofre García Valderrama (sería allá por marzo) estuvo a punto de tirar la toalla y dejar que semejante canción quedara para siempre en los oídos de sus miles de fans, renunciando a su visualización en retina, como era su sueño. Pero, ya se sabe, las cosas pasan cuando tienen que pasar y no cuando uno quiere que pasen. El caso es que, al poco tiempo, conoció a un tipo en Tasca Liente, Cuenca, en donde se encontraba cerrando los bolos de su banda para el verano. El tipo en cuestión intentaba acabar como podía con un morteruelo y eso le hizo sospechar a Onofre que ese señor no era de por allí, así que le echó conversación hospitalaria. El señor, como sospechaba, ni siquiera chapurreaba bien el castellano, pero como Onofre tenía el inglés de cuarto o así, hicieron migas.

Resulta que era un tal Garry Marshall, director de cine, que se había dado a la gastronomía después de que su éxito de 1990 se le subiera a la cabeza y ya no encontrara cómo superar aquella historia en la que una ligera Julia Roberts y un forrado Richard Gere se enamoraran y tal. Luego filmó más, pero ni flowers. A Garry le iba el romanticismo y nunca encontró un guión a la altura de Pretty Woman, por lo que llevaba 18 años de ruta en ruta de tapas.

En medio del avanzado spanglish remojado con tinto peleón, Onofre le ipodeó en una oreja ‘Chocantes’ a Garry… y a éste le faltó tiempo para descolgar el móvil y poner en marcha a todo el equipo que tanto le debía desde aquel 90. En menos de trece días de mayo consiguieron tener listo el videoclip, gracias en parte al desparpajo de su cuñada Angelines (tan buena vocalista como actriz) y del bajista Juan Luis, que entendió a la tercera lo que se esperaba de él en el papel escénico.

Tras contratar a Atracciones Manolo para que montara el escenario en el descampado de Guadalorce, Garry y su equipo consiguieron hacer una obra plena, algo que siempre habían soñado desde lo de la Julia. Onofre, cuando vio el resultado, no pudo contener las lágrimas.


Relacionados: Duele un horror, Cumplimiento de sentencia, Ángeles del purgatorio, Un verano trascendental.

domingo, 25 de mayo de 2008

Salvémonos de Eurovisión

La web oficial de la televisión pública española tiene, no ya como eslogan sino como título propiamente dicho, un rosáceo ‘Salvemos Eurovisión’. Y uno se pregunta: ¿por qué carajo tendríamos que salvar tan embalsamado festival? Yo aplaudí a rabiar la genialidad de la factoría Buenafuente que, con su frikinvento, dinamitaba donde más les duele a los engolados prebostes del ente público: un intento genial para acabar con una parida rancia de puro caducada, pero que es una fábrica de billetes para los bolsillos de siempre. Lo que pasa es que al Andreu le salió el cartucho por la culata y a todos nos entró tanto la risa que terminamos por avalar la payasada hasta sus últimas consecuencias.

Los fariseos se rasgan las vestiduras diciendo que qué bochorno hemos hecho al enviar al Chikilicuatre a Belgrado. A ver: que el ridículo lo llevamos haciendo de lejos; que la gamberrada del ‘perrea perrea’ está a la altura, cuando menos, del ‘quién maneja mi barca’ o del coro de triunfitos con acento de Home English. Que los tiempos cambian pero la naftalina permanece. Y no ya solo la de los patrios representantes, sino la de toda su corte: que resulta que Uribarri ha resucitado con sus grititos de yupiyupi por un voto de San Marino, que Rafaela Carrá vive, tú, y conduce galas para llamar a Carmen Sevilla y a Ramoncín para que opinen sobre el injusto puesto en el que ha quedado España. Ah, y Boris.

Al festival de Eurovisión da igual que lleves el Mediterráneo de Serrat que la Ramona de Esteso. La Europa multicultural de ahora está dominada por los países atomizados del Este, que han convertido aquellas galas de casi andar por casa, con una docena de voces, en un gallinero reivindicativo donde los mayoritarios tovarisch parecen decirle al todopoderoso occidente: se siente, pero nos votamos entre nosotros. Y el bacalao está vendido antes de subir el telón. Pero qué más da: para los regidores del ente público lo importante es que dejemos dos cosas: el pabellón bien alto, y la pasta en inútiles SMS.

Y en lo artístico, para terminar: si Rodolfo Chikilucuatre y su corte han hecho el ridículo, me gustaría saber cómo cabría calificar a los ganadores rusos: un cantante más exhibicionista que el Boris, un ambiguo trovador con Stradivarius y un Depardieu/Obelix con patines de hielo y complejo de reinona, escenificando una canción mala de narices, pero en inglés, por supuesto.

Andreu: piensa algo, va.

lunes, 10 de marzo de 2008

¡Tabueno!

Andreu Buenafuente es el rey midas de la comunicación. Su factoría es un pozo sin fondo de imaginación que me arranca las carcajadas hasta cuando bordea lo que me importa. Es un humor las más de las veces duro pero siempre inteligente. Andreu y su equipo dominan los medios, se mueven como pez en el agua.

Y una vez declarada mi parcialidad en el tema, allá voy: la ocurrencia de reventar el muermo festival de Eurovisión desde dentro me parece, sin más, genial. El festival de Eurovisión es como ese tío abuelo que se nos ha muerto en el cuarto de estar pero nadie lo quita de la mesa camilla, y ya va para cuarenta mayos. Lo dije en la radio, pero lo repito: mientras nadie se decida a darle compasiva sepultura al rancio festival, me quedo de lejos con la gamberrada del ‘perrea, perrea’ que con cualquier almibarado triunfito que canta cursiladas y se clasifica en decimocuarto lugar, justo detrás de los eslovenos.

Perreemos, pues. Yo, por lo menos, voy a perrear hasta partirme. Esta edición se presenta calentita: no sé qué país presenta a un pollo o algo así. Los noruegos van con un grupo de heavy-metal que si te los cruzas cambias de acera. ¿Y nosotros, qué, con Massiel embalsamada? Pues no señor: con un hispano-argentino parido en minutos por los buenafuentes, con una canción de do-re-mi y un aspecto tan lamentable como desternillante. El cabrito ha conseguido que servidor vaya a ver el festival, tantos años después.

Buenafuente pretende reventar el festival desde dentro, aprovechándose del converso candor de los mandamases de TVE por la democracia internetera, a los que les ha salido el tiro por la culata. Pero me temo que ahora, a los andreus, les va a salir tal el exitazo eurovisivo que se verán obligados a mantener el listón en sucesivas ediciones. O sea, que al chocho festival no lo enterramos ni patrás. Pero bueno, nos reímos. Internet funciona y es muy difícil de controlar. Y de manipular. Ay, Ramoncín, qué tiempos.

lunes, 11 de febrero de 2008

Yes, we canon digital

Ahora mismo, cuando me pongo a escribir, este vídeo de apoyo al candidato Barack Obama y colgado en YouTube hace diez días ha sido visto más de tres millones de veces. Ahora mismo también, la recogida de firmas contra el abusivo e injusto canon digital se acerca a los tres millones. Relaciono estos dos datos no por nada sino porque me ha venido así, a botepronto, a la mente. El vídeo de los demócratas estadounidenses me parece de una calidad superior, con un mensaje integrado y repleto de armonía entre el fondo y las formas. Mira que hay otras cosas que no me gustan de los gringos, pero ante ésta, por lo menos, me quito el sombrero.

Estaba claro que, en plena moda de ponerles banda sonora a las campañas electores, los españoles no íbamos a ser menos. Primero fue a ritmo de lolailos y/o bachatas lamentables y de vergüenza ajena, de lo que ya hablé en este Sanseacabó de la 98.3 Radio. Pero bueno, como para hacer risas tiene un pase por aquello del sempiterno celtiberia show. Lo que pasa es que luego la cosa ya se está poniendo seria, quién sabe si por envidia de Obama, y los nuestros se han puesto manos a la obra, con estrategias escénicas que parecen diseñadas por dos tontos muy tontos.

Que a estas alturas de la película el PSOE saque de su fondo de armario a los artistas rancios de siempre deja atónito. ¿Y quiénes salen? Pues la gran mayoría de los capitanes de la organización SGAE que trincan del fondo público y de los contribuyentes a punta de impuestos injustos y bendecidos por el Gobierno, que les da también venga de subvenciones para que sus cerebros creativos no cesen de enseñarnos a los ignorantes por dónde se va a la Cultura. Y a mí, como es de imaginar, me importa como que poco quién apoya a unos o a otros y cómo se lo montan. Pero cuando me huelo la manipulación, de unos o de otros, se me encienden las alarmas. Secuestrar a la Cultura como patrimonio partidista me da escalofríos.

Bueno, a lo que íbamos: que los artistas antes llamados jóvenes promesas han grabado un vídeo de apoyo al candidato Zapatero (en plan Gila del estilo alguien ha matado a alguien) para disparar a los del PP. Bueno, allá ellos. Pero es que el texto elegido está basado, según verán en los rótulos, en el poema Defensa de la alegría de Mario Benedetti al que, por supuesto, le han metido la tijera, las costuras, los bajos y cuantos zurcidos han sido necesarios para quedar digno de desfilar en la Pasarela Moncloa. Por ejemplo, es curioso que entre los versos suprimidos estén defender la alegría "del escándalo", "de las academias" (¡ja,ja,ja!), "de los canallas de la retórica" o "de las dulces infamias". Para compensar, alehop, nace este tranquilizante verso que nunca escribió Benedetti: "Defender la alegría de los graves diagnósticos y de las escopetas". Joer, y luego van y dicen que son los otros los que asustan.

Pero en fin: vayamos con el vídeo y luego repasamos la letra:



Dice la letra de estos faros del optimismo y el buen rollito:
Defender la alegría como una trinchera
Defenderla del caos y de las pesadillas
De la ajada miseria y de los miserables
De las ausencias breves y de las definitivas
Defender la alegría como un atributo
Defenderla del pasmo y de las anestesias
De los pocos neutrales y los muchos neutrones
De los graves diagnósticos y de las escopetas
Defender la alegría como un estandarte
Defenderla del rayo y la melancolía
Y como bien está que hagas versos, pero no odas, yo propongo la alternativa que me hubiera parecido más honesta por su parte, y ya puestos a destrozar a Benedetti:
Defender la sangría es nuestra trinchera
Defenderla con canon pero sin calderilla
De la carcajada nos hacemos responsables
De las audiencias legales y de las preventivas
Defender la sangría como un tributo
Defenderla del pasmo de las audiencias
De los muchos legales y los pocos gorrones
De los grandes atónitos y de las pataletas
Defender la sangría como un baluarte
Defenderla, qué rayos, que esto es vida.
¡Ah! Y lo del gestito de la ceja me niego a comentarlo, que se me saltan los puntos.

martes, 1 de enero de 2008

Cohete Musical 2007: los ganadores

Estimados rinconeros: antes de nada, reitero mis mejores deseos para este 2008 que acabamos de estrenar; vamos a ver cómo se porta y si nuestros montones de deseos y si nuestra voluntad para... bueno, vale, como dijo el dermatólogo, vayamos al grano, porque me consta que hay expectación y lo único que importa hoy (es un decir) es el resultado del PCM2007, mayormente conocido como Primer Cohete Musical 2007, una gentileza altruista de Pacotto para elegir, democráticamente, a los cinco presuntos cantantes que queríamos que embarcaran en cohete sin retorno al planeta Tierra por lo menos hasta para siempre.

Pues bien: tengo el honor de informarles de que el Cohete se lanzó sin novedad, tal y como estaba previsto, con la última de las campanadas de medianoche de fin de año, llevando en sus entrañas a los cinco ganadores. Todo salió a pedir de boca porque en la organización no intervinieron ni Aena ni Iberia.

Desde que la votación se pusiera en marcha, el pasado 19 de noviembre, se han recibido debidamente compulsados un total de ¡718 votos!, lo que indica las ganas que tiene el personal por mandar a Dondeyomesé a determinados microfónicos. Por cuestiones técnicas, los candidatos para adjudicarse una de las cinco plazas no pasaron de veinte, y en los comentarios quedó patente, sobre todo, que no estaban todos los que son, pero qué le vamos hacer. Eso sí, como prometí, he hecho la vista gorda para que una plaza lleve dos y hasta cuatro inquilinos, como van a comprobar.

El caso es que, computados los 718 votos, la consulta popular ha arrojado los siguientes resultados (número de votos recibidos por cada candidato):

88 Raquel de Morfeo
72 Alejandro Sanz
65 Bustamante
56 Andilucas
55 Dover
48 Andrea Corr
44 Enrique Iglesias
35 Pau Jarabe de Palo
33 Ismael Serrano
33 Bisbal
27 Pereza
24 Efecto Mariposa
23 Amaral
20 Estopa
19 David Summers
17 Manolo García
16 Goñi Revólver
16 Ana Torroja
15 Loquillo
12 Antonio Orozco

Enhorabuena a todos los afortunados y sigamos intentado que este cohete virtual algún día se materialice en real.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Cohete Musical 2007

A petición del respetable abro las taquillas para nominar a los pasajeros del PCM2007, Primer Cohete Musical 2007, consistente en comprar y adjudicar los cinco pasajes sin retorno para personajes que queremos que embarquen en esa nave, que despegará a medianoche del 31 de diciembre de 2007 y sin posibilidades de retorno.

Los candidatos, por necesidades tecnológicas, no pueden superar los 20, así que perdón si un claro aspirante no aparece en la lista, pero ya habrá tiempo de fletar más chismes, incluso fuera del campo musical.

Las reglas son:
  • Cada internauta debe elegir y marcar a sus cinco candidatos.
  • Se puede votar, como máximo, una vez por día.
  • Haciendo sitio en la bodega (y la vista gorda), veréis que me he estirado y dejaré que con un billete embarque más de uno.
  • Si alguien tenía la tentación de votar a Onofre se las verá conmigo.
  • A Melendi no lo incluyo porque se trata de asegurarnos de que el cohete nunca, nunca, regresará a la Tierra.
Pasen y voten (recuerden, cinco candidatos):


domingo, 11 de noviembre de 2007

Un verano trascendental

El verano de 1977 fue uno de los trascendentales, por no decir el que más, en la vida de Onofre García Valderrama. Con diecisiete años recién cumplidos entendía que daba un adiós definitivo a la adolescencia, toda vez que la voz le había mudado para siempre, hasta convertirse en sorda y grave, como siempre deseó. Y encima, el 1 de agosto, como regalo de cumpleaños, sus padres le habían regalado la gran guitarra Eko con resonancias y un amplificador, el último peldaño que le faltaba para alcanzar su sueño: lanzarse con su primera banda, y con instrumentos de verdad, al mundo profesional. ‘Los impecables de Cotillas’ era ya una realidad.

‘Los impecables de Cotillas’ llevaban tiempo ensayando: a la batería, Josema, un camarero ambidiestro que fue el primero en invertir sus propinas en una Roland de bombo y platillo; Juan Luis, el bajo, al que se le adjudicó el instrumento medio en broma por su estatura, pero al que sus padres terminaron por dotarle con una Hofner muy maja para que diera la talla; Vicky, la exemigrante hispanoalemana, que, además de estar bien, se traía de Frankfurt un rimbombante teclado electrónico de marca germana y que ponía a disposición del grupo con la condición, eso sí, de que le dejaran hacer coros; y Alfredito, el hijo del guardabosques, que era muy polivalente como segunda voz y que avanzaba mal que bien en el curso por correspondencia de ‘Andrés Segovia con CEAC’ y que por lo menos tenía guitarra desde que formalizó por correo la matrícula.

Lo importante es que, ahora que Onofre estaba completo como hombre y como músico, el pueblo de Cotillas, tan desconocido al sur de Albacete, comenzaba a sonar. Tanto, que a primeros del siguiente mes ya tenían su primer contrato para amenizar las fiestas en honor de la Virgen del Castillo en Chiva, Valencia, sin que supieran muy bien por qué pensaron en ellos. Onofre preparó para la ocasión un repertorio en el que sabía que se jugaba su futuro: Tony Ronald pero sin intentar impostarlo, Baccara pero en cristiano, Pablo Abraira más electrónico o Basilio sin engolar.

Éxito arrollador. Tras cada pieza, ovación. La Plaza del Ayuntamiento se venía abajo, literalmente, porque estaba descompensada entre escenario y público.

Y al final comenzó todo. Cuando Onofre guardaba su instrumento en el estuche y solo quedaba el fleco de cómo volver a Albacete, se le acercó, tímida, Marijose, rodeada por su grupo de amigas y semiocultando una sonrisa nerviosa. Que qué bien todo y todo eso. Enredaron. Y aquí no me detendré en detalles porque las horas pasan volando. Simplemente diré que, además de perder el autobús, Onofre sintió en el estómago lo que antes sólo conocía por las letras de Víctor Manuel. Onofre descubrió algo más que el mundo musical y esa noche fue un suspiro inspirador. Hubo tiempo, claro, para pasar del conocimiento al juramento del amor eterno.

Pero… qué duro es el amor en la distancia. Menos de un año después, los celos corroían a Onofre porque Marijose tardaba cada vez más en contestarle a sus apasionadas cartas y el cartero le devolvía dos veces sus paquetes postales, aquellos que enviaba a su amada con las casetes de sus canciones originales grabadas en el granero. El cartero siempre marcaba con una equis de bic la casilla de ‘destinatario desconocido’.

En ese escaso año pasaron muchas cosas, pero lo importante es que tal volcán de sentimientos en tan corto espacio de tiempo hizo que Onofre, ya descompuesto, compusiera a finales de junio de 1978 una de las más bellas canciones que se recuerden para expresar lo que supone ese diablo de los celos que siempre queman. Gracias a rabias sentimentales internas de los grandes genios, la Humanidad hereda joyas como ésta, música y letra de Onofre, grabada en el granero del susodicho por ‘Los impecables de Cotillas’ al completo, una melodía irrepetible:

martes, 9 de octubre de 2007

Ángeles del purgatorio

En fecha indeterminada de la primavera de 1996, Onofre García Valderrama voló a Londres para intentar colocar su última maqueta, recién grabada, con el título provisional de ‘Arrieros somos’ porque quería dedicarle el disco a los machacados agricultores de su tierra manchega. Onofre, ese año, estaba mudando de banda y había oído hablar de la London's moved donde, curiosamente, sobraban agrupaciones musicales de ritmos ligeros y baladeros pero faltaban piezas que repartir para interpretar.

De ‘Arrieros somos’, título provisional, al entonces todavía conocido como El Yeti le gustaba especialmente una creación que, casi seguro, llevaría por título definitivo el de ‘Ángeles’ porque emitía a la perfección un doble mensaje: una metáfora sobre las sufridas esposas de los labradores de Albacete y un homenaje a su cuñada de Cartagena quien, además de llamarse así (Angelines, no Cartagena) cantaba como los ídemes. De hecho, fue su voz la elegida para interpretar ese tema en la maqueta, grabada en marzo de ese año en su granero de Cotillas, aprovechando la reunión familiar por Semana Santa. La orquestación se debe a su grupo Aidón Bilif, con el que todavía se llevaba bien, aunque por poco.

En su tercera y última noche en la city, algo irritado con las discográficas por los portazos educados que había recibido desde su aterrizaje, se animó a entrar en ‘The Accordion’, uno de los típicos pubs de los que tanto había oído hablar. Allí, en el taburete frente a su tercera pinta, se percató de que el tipo tatuado sentado a su izquierda cantaba razonablemente bien, quizás animado por los whiskises que trasegaba sin parar. Se presentó, le dio la mano y el tatuado se la devolvió: era un tal Robbie Williams, quien se le enrolló pero que bien sobre que si los de su banda Take That eran unos sinsorgos, y que como ya no aguantaba a tanto mojigato estaba grabando su primer disco en solitario y que se iba a titular, casi seguro, Life thru a lens, pero que le faltaba un algo, un nosequé, un tema que fuera el estandarte de su renacer.

Onofre García Valderrama, ya por su quinta pinta, no lo dudó y le regaló la maqueta “porque soy tu amigo y siempre te querré, y haz con ella lo que quieras, y si vienes por Albacete llama, que te llevaré donde hacen unas gachas que te mueres”. Onofre hasta lloró en el abrazo de despedida.

A la mañana siguiente, enresacado perdido, ya se estaba arrepintiendo del regalo, aunque se consoló al recordar que la grabación original de ‘Arrieros somos’, título provisional, la conservaba en el granero. Y fue allí mismo cuando meses después escuchó atónito, por la radio, que un tal Robbie Williams se estaba haciendo de oro con su tema, ‘Angels’. Al escucharlo sintió ganas de vomitar porque el tal Williams había destrozado su canción, que en voz del inglés sonaba así de mal:


Casi llorando de profundo dolor en el alma, y mientras decidía que al tal Robbie lo iba a invitar a gachas su santa madre, se consoló de una forma muy inteligente: apagó la radio, encendió la pista de reproducción y dejó que la voz de Angelines le envolviera con el verdadero esplendor con el que siempre debió sonar su canción:

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Cumplimiento de sentencia

[De conformidad a la Ley Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de rectificación, y en cumplimiento de la sentencia exprés dictada en Albacete el 18 de los corrientes por el Ilmo. Sr. Fructuoso María Corral, Magistrado Juez de lo Social de esa Audiencia Provincial, yo, en calidad de Administrador Único del denominado per se ‘El rincón de Pacotto’, vengo a transcribir íntegro el contenido de la carta certificada y a mí remitida por Don Onofre García Valderrama, con D.N.I. 17.441.100-W y residencia en calle Delasmadres 13, urbanización Los Julais, en el término municipal de Cotillas de la citada provincia castellanomanchega].

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Cotillas, a 18 de septiembre de 2007
Sr. D. Administrador Único de El Rincón de Pacotto
Blog, s/n. Internet. España.
Ref: “Duele un horror”

Muy Sr. mío.

En relación a su escrito público de fecha 12 de septiembre del año corriente, y ateniéndome a los derechos que en Justicia son vigentes, exijo de usted que con el mismo destaque y preeminencia que hizo con su no sólo injusto sino arbitrario comentario “Duele un horror” ponga en conocimiento de sus lectores las siguientes precisiones que paso a exponer a continuación sin más dilación ni pérdida de espacio y tiempo:

1º) Considero que resucitar el apodo de mi juventud no viene a cuento, toda vez que en junio de 1999 puse fin a mi exabrupta vellosidad, de herencia paterna, gracias a los quehaceres profesionales de Dermoestética en esta capital y que pude costear gracias a los derechos de autor sobre los Cds vírgenes que gente como Vd. compra con a saber qué delictivas intenciones.

2º) El maestro Mastropiero nunca pasó de ser una levital inspiración. De hecho, fue su composición ‘Quien conociera a María amaría a María’ en la que me basé para perpetrar la que usted menciona como ‘Agárrate a mí, María’, título que fue una burdelesca manipulación de los Urquijo sobre mi original ‘Encantando de conocerte, María’ y del que a la postre surgiría el nombre de mi actual grupo sinfónico, con un guiño al maestro B.B. King.

3º) Tengo al propio Josemari Alcalá, a su esposa y a sus allegados como testigos de mi autoría de la canción que improvisé (con bastante gracejo, según dijeron) en su boda, haciendo parodia de la puerta de entrada a la VPO que les acababan de entregar y no podían abrir.

4º) Puede preguntar a la mismísima Ana Torroja si es verdad o no que me pidió asesoramiento para saber cuándo entraba con falsete en ‘Duele el amor’ en momentos en que aún nos llevábamos bien y no había fotocopiado mis creaciones. Por supuesto, le prohibí el falsete, algo que nunca me perdonó.

5º) Califico de horror espeluznable el que usted y su santa se atrevan a robarme mis creaciones por internet, que es lo mismo que robarme el pan. Que sepa, y así se lo advierto, que ya lo he puesto en conocimiento de D. Teddy Bautista y de D. Ramoncín, por lo que es probable que esté próxima su visita para llevarse lo que es suyo y mío, pero no suyo, o sea suyo de usted este último pero suyo de ellos el primero.

6º) Por último, y como quiero pensar que usted en el fondo no actuó de mala fe, le autorizo a que ofrezca a sus lectores u oyentes un corte del recopilatorio que ya está a la venta en El ídem Inglés y que lleva por título el sugerente ‘Onofre y los beibis cantan al ayer y al hoy’ en el que, es cierto, se adivinan las influencias de los grandes de siempre. La pieza es ‘Chocante’ (quiérese decir el título, mayormente).

Sin más, a la espera de ver cumplida la sentencia, se despide de Vd. su affmo.
Firmado: Onofre García Valderrama



'Chocante', por Onofre y los beibis

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Duele un horror

Onofre y su banda, dándolo todo. Foto: Ana y Paco Sancho.

Onofre García Valderrama, alias El Yeti, fue una de las clarísimas víctimas de la Movida Madrileña. Seguidor entusiasta del maestro Johan Sebastian Mastropiero, intentó adaptar algunas de sus grandes cantatas a los tiempos modernos y ofreció sus resultados a ídolos del momento: a Los Secretos, a Alaska y Dinarama, incluso a Miguel Ríos pero, sobre todo, a Mecano.

La gran sorpresa y amargura de El Yeti fue comprobar cómo era rechazado por unos y otros sin que, eso sí, le devolvieran las partituras. Años después, en declaraciones al programa Sopas con Onda de Radio Cadreita, llegaría a reivindicar la autoría de Agárrate a mí, María, de La puerta de Alcalá y de Santa Lucía, entre otras. Confesaba, entonces, que el robo que más le dolió, sin embargo, fue al comprobar cómo Ana Torroja, a coro con Aleks Syntek, le plagiara Duele el amor. "Duele, y mucho", llegó a decir.

Pero Onofre García Valderrama no es de los que se rinde, no. La pasada primavera volvió a reunir a su antigua banda que, rebautizada como Conocerte es amarte, baby, recuperó sus grandes éxitos y ofreció conciertos por las principales plazas españolas. La rejuvenecida banda de Onofre, enriquecida con más cuerda, más viento, más percusión, más coros, arrasó por el suelo patrio. Y la Sony, que no es tonta, le siguió y por fin le fichó: grabó en directo el indescriptible espectáculo que ofrecieron en el Estadio Olímpico de Mula (no confundir con eMule). Y aunque el disco no saldrá a la venta antes de Navidades (Onofre Vive), gracias al trabajo y perseverancia de mi Ana, gran detective en el universo musical, hemos conseguido el corte del primer sencillo que es, como puede oírse, una venganza en toda regla contra la Torroja, y que ofrecemos altruistamente a todos ustedes.

Por favor, conecten sus equipos estéreos y suban al máximo su volumen porque merece la pena. Hagan clic aquí abajo, y a disfrutar.


martes, 26 de junio de 2007

Barricada junto al Lar Gallego

El Drogas et al. Fotos: Ana&Paco Sancho.
Víctor Jara tenía razón: la vida es eterna en cinco minutos. En la jacetana noche de San Juan convivían, a menos de cien metros, los carrozones de Barricada (¡¡¡o-ku-pa, o-ku-pa!!!) con los jovenzuelos del Lar Gallego.

En un parque, punkis que no cumplirán los cuarenta principales movían el cachi y otras cosas ocultas bajo camisetas negras al ritmo de la gala benéfica que ofrecían Drugs & Friends by the face. Adónde hemos llegado. Y, al ladico, en otro parque, cien jubilados de la M-80 tiraban las lágrimas al son de los que soplaban las gaitas, mecidos entre la morriña y la saudade, mientras los palés de supermercado ardían en rito sanjuanero y al ritmo de Soy un gallego que viene de Lugo y traigo la gaita..., que es de lo que más le gusta a mi Berta.

¿Qué nos une? Ni idea. Pero sé lo que nos separa: al borde del parque de Barricada estaba la pasma, bien desplegada, paraporsiaca. Y junto a mis jubiladinhos estaban los bomberos para apagar el fuego, por aquello de la incontinencia.

Y entonces ocurrió lo que tenía que ocurrir: nada. Todos estábamos viviendo, incluso los de guardia. A mí me hubiera gustado juntarlos a unos y otros, qué carajo, a las prematuras de negro con los maduros de negro. Seguro que nacían romances porque embrujo, lo que se dice embrujo, habíalo en los dos escenarios.

domingo, 17 de junio de 2007

El sargento de 1967

No, no me olvidé de su cumpleaños. Sé perfectamente que la fecha exacta de su nacimiento (o por lo menos con la que ha pasado a la Historia) fue el jueves 1 de junio de 1967. El sargento Peppers es géminis, como servidor. Y tampoco me faltaron ganas para publicar esta entrada el día de su cumple.

Lo que pasa es que tenía un compromiso conmigo mismo: los de la revista Nuestro Tiempo me habían pedido una pequeña colaboración para su número de junio, cuyo tema de portada está dedicado, precisamente, el 40 aniversario del álbum que marcó (suena a tópico pero es verdad) un antes y un después en el rock. Pero ahora, como la revista acaba de ver la luz, es cuando pego el textito que allí publico, en medio de un reportaje sensacional escrito por verdaderos especialistas.

Mi cosa la titulé 'Un día (muy especial) en la vida' y dice:
¿Cuarenta años? ¡Madre mía! Para mí que son algo menos, porque entonces yo tenía trece recién cumplidos y me suena que la banda del sargento entró en mi corazón algo más crecidito. Pero no me fío de mi memoria en lo referente a fechas. De lo que sí doy fe es de que este LP cambió mi visión del mundo musical. Desde luego, en los años 60 era difícil hacerse a tiempo con buenos discos, y gracias a los entonces habituales ‘encierros de amigos’, uno podía compartir música en casa de alguien, donde cada invitado aportaba su material. Y como este uno era pobre de solemnidad, estaba condenado a escuchar los gustos ajenos; por fortuna, sobresalían los seguidores de esta banda.

Pero el LP del SPLHCB entró, por fin, en casa. Creo que fue el primer ejemplar pop-rock de nuestra discoteca, hasta entonces surtida, sobre todo, de música clásica. La joya costó trescientas pesetas, pero si tuviera que calcular su rentabilidad por el número de veces que lo escuché, cada audición me saldría a perra chica. El salón de casa estaba presidido por un equipo hifi de última generación. Y con el poco dinero que tenía me compré unos estupendos cascos Pioneer, de esos enormes que ahora ya sólo llevan los aparcaaviones en los aeropuertos. Allí, sumergido en el sillón orejero, comenzó mi hipnosis y rendición incondicional ante la banda del sargento Pepper. Sin tener ni idea de inglés, fue mi primera lección gracias a esa contraportada inaudita con todos los textos. Allí, taponado por los enormes cascos, con el volumen a toda pastilla, comencé a desentonar (pero con mucha pasión) y a torturar a voz en grito a toda la familia al son del aired denius tudei ouboi… una y otra vez. Todavía me estremezco.

En el mismo número, mi guardaespaldas Sincopado, el verdadero experto en la cosa musical, escribe, bajo el título 'Un recuerdo en pantalones cortos' lo siguiente:
Si hay algo que odié durante mi infancia fueron los pantalones cortos y los calcetines hasta las rodillas. Mi primer recuerdo de los ‘cuatro fantásticos’ es inseparable de esta imagen. No puedo decir con exactitud cuando escuché por primera vez a los Beatles, aunque era tan pequeño que aún guardaba los dientes para el Ratoncito Pérez.

Recuerdo que los Reyes Magos, o quizás alguien por mi primera comunión, me habían regalado un walkman. Era un aparato negro, grande como un ladrillo, con tres únicos botones: play, stop y forward. Era lento y para rebobinar las cintas lo mejor era utilizar un bolígrafo y hacer girar la casete como si fuera una carraca.

Mi padre tenía grabados en un par de cintas de BASF, que aún conservo, los álbumes azul y rojo. Los escuchaba los domingos en el coche de camino a la comida familiar. Mi hermano y yo compartíamos los auriculares, aunque a mí me gustaba acaparar aquel armatoste sinfónico que devoraba pilas. Oí esos discos tantas veces que renegar de los Beatles sería como renegar de los estudios que recibí en el colegio.

Sentía pasión por Drive my car, Paperback writer y She said so, y estaba convencido de que entre sus letras había mensajes en castellano. Bendita niñez. Más tarde me adentré en el mundo del Sgt. Pepper y enloquecí con Revolver. Ese fue el punto de no retorno.

Hace unos meses que me reencontré con el mejor grupo de la historia, una especie de regreso al pueblo en el que uno pasó la infancia. He descubierto que creo en ellos como los niños en los superhéroes. Creo con fervor cada vez que escucho A Day in the life, Blackbird y Norwegian Wood, y me doy cuenta de que aun existen lugares, entre pentagramas, en los que todo es perfecto.

Si en algo coincido con Sincopado es en la pasión por A Day in the Life. Vamos con ella...



miércoles, 13 de junio de 2007

El Príncipe Zimmerman

Mi padre decía: "A mi edad, los homenajes ya ni me molestan".

Hoy hay un reconocimiento al trovador que ayudó a ( por lo menos) mi generación a saber que las respuestas están en el viento o en el interior de cada cual. Seguro que no le gusta el premio pero me importa un bledo; con que no le moleste... Es el Príncipe de Asturias, pero con armónica.

Tengo la necesidad imperiosa de escuchar la canción que más me marcó, que más me ayudó. Para mí es la historia del huracán que nunca debería dejar de soplar. La letra, para quien no la conozca, es una parte esencial para entender lo que digo cuando hablo de trovador. Aquí viene la historia: