La crisis agudiza el ingenio. Adonde no llega la realidad de la nómina lo hace la imaginación del bote de la Primitiva. Pasamos de desvelarnos por un déficit mensual de 440 euros a soñar con que nos toquen 18 millones de eurazos. Aquí los términos medios brillan por su ausencia. A no ser, claro, que el protagonista del cuponazo sea como aquel moroso empedernido al que le tocaron cien millones de pesetas y a la pregunta de los periodistas de que qué iba a hacer con tanto dinero contestó que “pagar a acreedores”. “¿Y el resto?”, insistieron los periodistas. “El resto –dijo sereno–, que espere”.
Los derroteros que está tomando el mercado laboral no dan para coñas, pero esta crisis galopante que existe sin existir, y ante la que José Luis Rodríguez Tancredo se encoge de hombros porque dice que es la fuerza del sino, está propiciando que resucite el ingenio en busca de unos ingresos que ayuden a divisar el día 30. Todo sea por un plato de alubias.
En el renacimiento de la picaresca brilla, con luz propia, el gremio de la brujería, experto en vender ilusión a desencantados y desesperados, ese sector humano que se caracteriza por acudir a Doña Conchi, en las chabolas del extrarradio, para que le estirpe el tumor maligno que los incompetentes médicos le han detectado en el estómago. Qué sabrán ellos. Ay, donde esté doña Conchi y sus ramitas de espliego, que se quite el quirófano; y además tiene tarifas más ajustadas.
A nosotros nos ha vuelto a buzonear el Profesor Musu, con su elegante fotocopia de Word, tranquilizándonos porque ofrece “solución rápida a sus problemas” y además nos ilustra con su currículo: “La Videncia no es un oficio, es un don” y, para rimar, añade en negrita que “No hay problema sin solución”. Bravo por el optimismo. El señor Musu, para convencernos de que sabe lo que se dice, nos explica en la cuartilla: “Gran curandero, soluciona problemas de amor, trabajo, suerte, justicia, fama, exámenes, negocio, mal de ojo, problemas familiares, impotencia sexual, regreso inmediato de la persona amada, ayuda a recuperar lo que se haya perdido, protección del mal con su alta potencia de la magia africana, problemas de alcoholismo, problemas difíciles o graves resueltos en menos de 48 H. Resultados 100% garantizados” y remata semejante ganga, otra vez en negrita: “Mejora su situación económica. Atrae más clientes a su comercio” y ofrece más información de 8 a 21 horas llamando al teléfono tal.
De todas formas, y para los descreídos de la magia, les animo a venderse con humildad, ofreciéndose para todo lo que sea menester con tal de llevar un sobresueldo, o sin sobre, a casa. Tomen ejemplo los angustiados del señor Vargas Vil, que ha grabado esta cuña publicitaria que difunden las emisoras colombianas. Él sí que sabe: honestidad, sinceridad y disposición.
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1 comentario:
Ostras Paco, tienes que poner alguna distinción tipo "para no leer en el trabajo".
Muy buena la canción, y muy triste la situación.
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