viernes, 30 de mayo de 2008

A hincar el codo

Para los profesores, cada examen es, como diría Forrest Gump, una caja de bombones o, mejor, una caja de sorpresas en la que nunca sabes lo qué te vas a encontrar. Claro que, por supuesto, son más las alegrías que las penas al comprobar lo que han absorbido los estudiantes a lo largo del curso.
Pero, como no podía ser menos, también te encuentras con respuestas que te dejan atónito. Esta misma semana, sin ir más lejos, y en un prueba de actualidad entre alumnos de la Facultad de Comunicación, hubo respuestas antológicas. Por ejemplo, las de quienes aseguraban que la alcaldesa de Pamplona es Rita Barberá, que el seleccionador nacional de fútbol es Camacho, que el líder del Giro es Miguel Indurain o que Tirofijo es un programa de radio. (Hombre, a este último algo de razón sí que le asiste, o cuando menos se le perdona el despiste, porque hay algunos programas de radio que parecen disparar a todo el que se mueve y no es de su cuerda).
En fin, que en las respuestas de los exámenes se leen auténticas perlas que, algunos profesores, tenemos el hobby de coleccionar. Y no, no por el masoquismo de recordarnos lo mal que les habremos enseñado, sino sencillamente porque nos gusta el humor y predicamos con el ejemplo.
Además, si la mayoría de los estudiantes son buenos y hasta muy buenos, por qué no detenernos, aunque sea un momento, con aquellos alumnos a los que sin duda les afecta algún tipo de indigestión mental transitoria. Que levante la mano el que no haya sufrido alguna. Yo, por lo menos, no la levanto.
Dentro de esos despistes, los profesores de materias que tienen que ver con la redacción de textos periodísticos somos de los que más disfrutamos, para qué nos vamos a engañar. Lo que peor llevamos son las faltas de ortografía pero, al margen de ellas, hay conceptos que son bien innovadores. Por ejemplo, cuando lo alumnos se empeñan en ampliar como sea el Diccionario de la Real Academia con términos tan imaginativos como bucle insignia, gratituidad, reclutación o incomodez. Pero hay quien se supera y le da sentido a los nuevos términos. Por ejemplo, ese alumno que en su texto describía que un niño de doce años llegó a la sala de juegos con su padre y escribió: El niño iba de la mano de su primogenitor… o aquel otro que, en un reportaje sobre las caras de Bélmez, aseguraba que no está demostrado que el origen de todo esto tenga que ver con la intersección de los muertos… o quien escribía que unos terroristas habían reivindicado la autoridad del atentado

Sanseacabó Nº 26, semana 22 de 2008, emitido por 98.3 Radio

miércoles, 28 de mayo de 2008

Periodistas en su punto

Se me cae la baba. Llevo tres días, tres, en los que me he vuelto a chutar adrenalina profesional. Primera reflexión desordenada: qué pena los que trabajan por dinero, los que han planteado su vida para almacenar fortunas que no solo no disfrutarán sino que los que les siguen dilapidarán (llámense hijos o Hacienda). Yo tengo el convencimiento de que una persona que tiene como objetivo en esta vida tener pasta es imposible que sea feliz: si no disfrutas con cada momento, ya me contarás el sentido global de tu existencia. Pero allá ellos.

A lo que voy es que estos tres días han sido de los más locos porque he tenido a una cuadrilla de locos en Tercero de Periodismo cerrando su página web, y a los locos de Cuarto entregando su Proyecto de Licenciatura. De repente, un alumno que no es de mis grupos va y le dice a su profe/coordinador: “Esto es de locos pero me encanta. Si tenía alguna duda sobre mi vocación de periodista se ha esfumado para siempre”. Se trata de gente que sabe que nunca (o difícilmente) hará fortuna con las teclas, y aun así se empeñan en ser felices con lo que les gusta.

Los curros de Tercero están, como digo, recién entregados, pero prometo enlazarlos cuando los lancemos al espacio, que está al caer. Mientras tanto, hoy miércoles han terminado los proyectos los de Cuarto, y también avisaré cuando se puedan cotillear. Bueno, la verdad es que uno de los dos que me ha tocado tutelar ya está a la vista del público: urbit.es, el único ciberproyecto de este año.

He trabajado la mar de contento con el grupo que se ha propuesto relanzar el dominical Blanco y Negro para ABC. Un equipo arriesgado, pero no tanto: cuando comenzaron el proyecto se plantaron en la Redacción del decano madrileño para exponer la idea y los prebostes les dijeron: “Qué adelantados… resulta que estamos proyectando esa idea”. Bravo. Ha sido un equipo compacto y solidario, que ha parido de cero a cien un reto bien duro: reinventar lo inventado. Y el resultado es más que notable, como enseñaré en su día. Encima, hasta ya nos han copiado ideas los del XL Semanal (la página 22 del último domingo es una fotocopia del proyecto de sección que les expusieron mis tigres y que ya han adoptado by the face; luego no lo están haciendo tan mal, digo).

Y los de urbit… Como estos sí están visibles urbi et orbe desde las 19:30 de hoy, me remito a las opiniones de quienes los visiten y juzguen si han hecho un buen trabajo o qué.

En fin, no más mocos. Dejo que el resto de profesores presuman de sus equipos en sus respectivos blogs, aunque ya sé, o imagino, que dirán que los buenos resultados son obvios o sencillamente que son buenos. El próximo martes estáis todos invitados a la presentación pública de los proyectos en mi fcom.

domingo, 25 de mayo de 2008

Salvémonos de Eurovisión

La web oficial de la televisión pública española tiene, no ya como eslogan sino como título propiamente dicho, un rosáceo ‘Salvemos Eurovisión’. Y uno se pregunta: ¿por qué carajo tendríamos que salvar tan embalsamado festival? Yo aplaudí a rabiar la genialidad de la factoría Buenafuente que, con su frikinvento, dinamitaba donde más les duele a los engolados prebostes del ente público: un intento genial para acabar con una parida rancia de puro caducada, pero que es una fábrica de billetes para los bolsillos de siempre. Lo que pasa es que al Andreu le salió el cartucho por la culata y a todos nos entró tanto la risa que terminamos por avalar la payasada hasta sus últimas consecuencias.

Los fariseos se rasgan las vestiduras diciendo que qué bochorno hemos hecho al enviar al Chikilicuatre a Belgrado. A ver: que el ridículo lo llevamos haciendo de lejos; que la gamberrada del ‘perrea perrea’ está a la altura, cuando menos, del ‘quién maneja mi barca’ o del coro de triunfitos con acento de Home English. Que los tiempos cambian pero la naftalina permanece. Y no ya solo la de los patrios representantes, sino la de toda su corte: que resulta que Uribarri ha resucitado con sus grititos de yupiyupi por un voto de San Marino, que Rafaela Carrá vive, tú, y conduce galas para llamar a Carmen Sevilla y a Ramoncín para que opinen sobre el injusto puesto en el que ha quedado España. Ah, y Boris.

Al festival de Eurovisión da igual que lleves el Mediterráneo de Serrat que la Ramona de Esteso. La Europa multicultural de ahora está dominada por los países atomizados del Este, que han convertido aquellas galas de casi andar por casa, con una docena de voces, en un gallinero reivindicativo donde los mayoritarios tovarisch parecen decirle al todopoderoso occidente: se siente, pero nos votamos entre nosotros. Y el bacalao está vendido antes de subir el telón. Pero qué más da: para los regidores del ente público lo importante es que dejemos dos cosas: el pabellón bien alto, y la pasta en inútiles SMS.

Y en lo artístico, para terminar: si Rodolfo Chikilucuatre y su corte han hecho el ridículo, me gustaría saber cómo cabría calificar a los ganadores rusos: un cantante más exhibicionista que el Boris, un ambiguo trovador con Stradivarius y un Depardieu/Obelix con patines de hielo y complejo de reinona, escenificando una canción mala de narices, pero en inglés, por supuesto.

Andreu: piensa algo, va.

viernes, 23 de mayo de 2008

Un edredón blanco

Para quienes amamos la montaña, para los que sabemos el sacrificio y recompensa que encierran esos montones de tierra que se escapan al cielo, la noticia absoluta de la semana es, maldita sea, el adiós que Iñaki Ochoa de Olza nos acaba de mandar desde 7.400 metros de altura.
Yo, modesto aficionado a patear cumbres, no he pasado nunca de los tresmiles. Y eso, además, en contadas ocasiones. El sacrificio y la preparación que requieren tamaños esfuerzos físicos y mentales sólo los conocen quienes los han padecido. Y son ellos, también, los únicos que experimentan una satisfacción inexplicable, inmensa, plena, cuando ponen el pie en la cumbre después de horas de auténtica machacada. La montaña es el país de la libertad por excelencia. La montaña recompensa el esfuerzo sobrehumano con un cheque en blanco de paz interior.
El hombre y la montaña nacieron para estar juntos. Algunos, la mayoría, no pasamos de aficionados inexpertos. Pero otros, como nuestro Iñaki, llevan ese afán de conquista a un grado de pasión absoluta que todo lo puede y ante lo que todo lo demás no importa.

Sanseacabó Nº 25, semana 21 de 2008, emitido por 98.3 Radio

miércoles, 21 de mayo de 2008

Para quienes proyectan...

Para los urbanitas. Para los blanquinegros. Para los sinestesiados. Para los obvios. Para los hombres de Paco. Para los calixtos y las melibeas. Para los romeros invisibles. Para los súbditos de Majamed. Para los esclavos del Gran Visir Nahum. Para los huérfanos. Para los filósofos. Para los puntos y las íes. Para los que les sobran tentáculos. Para los desaparecidos. Para las que se desmarcan. Para los que se pelean con el cícero. Para los que pasan por los arcos. Para los que suben sin dudar peñas, collados y colinas. Para los cerebros bien vestidos y mejor amueblados. Para los que se despiden con un hasta la vista. Para los que buscan su puntito. Para los que los domingos siguen trabajando en público. Para los que quieren que el cielo les ayude. Para los que se olvidan del sangrado. Para los italianos exquisitos y para los alemanes de palo seco. Para el batallón de cristinas. Para los que siguen ignorando que las fotos van en cmyk. Para los galanes. Para los que olvidaron que no vale el texto falso. Para los que ya hace rato que tenían que estar en la imprenta. Para los que aún están a tiempo de cambiar un título tópico por un título bueno. Para los que amanecen con rocío. Para los que se atreven a coger al toro por los cuernos y hasta gritar ¡hurra! Para los generosos que están repasando una y otra vez todos los textos para asegurarse de que no hay ni un fallo. Para los que creen que lo tienen todo bien trillado. Para los devotos que ante semejante cruz rezan a la santa María. Para los valientes que desechan textos vacíos, retóricos, tópicos, repetitivos y aburridos. Para las que parece que han estado toda su vida encima de un tablado. Para los que se dedican a escobar lo que sobra. Para los que se convencieron de que esta tarea no era tan espinosa y que torres más altas han caído. Para los que ya lo tienen todo bien atado, aunque sea con cordones. Para los que guardarán para siempre estas fechas en la hucha de sus recuerdos. Para los que se sienten lázaro ante cada tropezón y se levantan. Para los que no quieren buena nota a costa de los demás. Para los que intentan ser un guzmán el bueno. Para los que saben que si necesitan la ayuda de sus compañeros ahí estarán. Para los que se sienten canteros contra granito. Para todos los que están en la recta final del proyecto de Licenciatura en Periodismo de mi fcom… ¡ÁNIMO! (…pero cuidadín, que el miércoles 28 de mayo está ahí, como quien dice…).

sábado, 17 de mayo de 2008

Día de Internet

El maestro Orihuela presume (con razón) de sus comienzos en la red. “Llevo 15 años en internet –escribe en su Cuaderno– y aprendo cada día nuevas cosas de la red y de la gente que hace la red. Es una aventura apasionante y es sólo el comienzo. En el fondo sigo creyendo que estamos en la prehistoria de internet”. Bueno, pues si él lo cree, yo estoy convencido de que no hemos hecho sino arrancar. No llevo quince años pero sí diez largos, y me parece una eternidad la que ha transcurrido desde aquel septiembre de 1997, cuando me conectaba a golpe de módem, que era una carracla de Telefónica a pedoburra pero a doblón. Y encima, como maquero, sufriendo la diaria tortura de cargar páginas en Netscape porque con Explorer se me descuajaringaban.

Eran tiempos en los que pasaba más rato conectado al BBS de Mac, que nació y se mantuvo gracias a los distribuidores de Apple España (Random y cía), y que se convirtió en mi primer café virtual, donde conocí a un montón de gente estupenda. De ellos aprendí la primera lección magistral de la red: la generosidad en compartir lo que se sabe y lo que se tiene, en un mercado de trueque de conocimientos. Bueno, ni siquiera trueque, porque todos daban sin pedir nada a cambio.

Y después de esos pioneros días, y a velocidad de relámpago, ha llegado hoy, donde me cabreo si un archivo de un terabyte tarda más de dos minutos en transferirse… Aunque cueste creerlo, antes de internet ya había vida, pero la verdad es que casi ya ni me acuerdo. En cuatro días mal contados hemos olvidado no ya el correo postal sino hasta cómo se hacía cola en el banco para sacar veinte euros tres mil pelas con la cartilla.

Pero en fin. Todas esas reflexiones dan para tesis y no es plan. Sólo quería recordar que hoy es el Día de Internet y me pregunto si no sería más propio instaurar el Día sin Internet, para que sepamos lo que es bueno. Hace cosa de dos o tres años, en una encuesta a periodistas españoles menores de 40 años, se les preguntó cómo harían su trabajo si un día llegaban a la Redacción y se encontraran con que internet no iba a chutar en todo el día. Más del 80 por 100 respondió que no tenía ni pajorela idea de lo que haría: ni agenda, ni teléfono, ni cafelito con fuentes, ni pasillos, ni callejear; un bloqueo total que da para pensar.

Claro que la ciberdependencia actual no es patrimonio de las nuevas generaciones. Sin ir más lejos, ayer mismo daba por fin señales de vida un buen amigo brasileño, periodista de mi quinta, al que llevaba una semana bombardeando a correos (electrónicos, claro) para que me contestara a una cuestión urgente, y el muy no decía ni mu. Bueno, pues ayer recibí la ansiada respuesta, de la que transcribo un cacho: “Perdón por no contestarte antes. Hace dos días que no tenía conexión a internet, problemas en la central de mi barrio. (…) Por supuesto que viví estos días buscado conexiones inalámbricas en cybercafés y restaurantes, los ojos rojos, las manos temblando... La gente me miraba con pena, como uno mira a un adicto en crisis de abstinencia. Confieso que he enganchado una y otra vez a la red de un vecino que alcanza a mi piso y no tiene contraseña (pero me permitía 15 segundos de navegación por vez, antes de desenganchar). Días terribles!”.

Para el tango veinte años no serán nada, pero para internet diez años son toda una vida y, lo que es más, toda una revolución cultural. Y, encima (lo que son las paradojas...), no ha hecho más que empezar.

martes, 13 de mayo de 2008

Una de cacao mental

El profesor de Historia de aquel instituto catalán sintió que hasta casi le resucitaba la vocación cuando uno de sus alumnos quinceañeros le preguntó que quién había sido Nicolae Ceacescu. Intentó contener la emoción ante la olvidada sensación de explicar algo que despertaba, por lo menos, algún interés en su interlocutor. Pero no pudo contenerse y se embaló explicando los más de veinte años de dictadura comunista a los que sometió a Rumanía, con una represión feroz y llevando a su pueblo al borde de la hambruna y…
–…¿y por eso lo fusilaron? –le interrumpió el noi.
Al profe le vino el bajón, claro, y le repreguntó:
–Y si sabes que lo fusilaron, ya sabías quién había sido, al menos.
–No, qué va –le contestó el chaval–. Lo único que sé es que he visto cómo matan a ese tío en el YouTube.

La escena nos fue narrada, al cierre del VIIè Congrés Premsa Comarcal en Valls, por Ferran Sàez Mateu, autor del volumen ‘Mitjans de Comunicació i Valors’, un interesantísimo (y estremecedor) informe de este profesor de la Universitat Ramon Llull. Amén de otras conclusiones, el investigador reflexiona sobre el evidente ‘superávit informativo’ al que está sometida la juventud, superávit que se agrava por las cada vez más difusas fronteras entre realidad y ficción que transmiten los medios, con la inestimable ayuda de las nuevas tecnologías. El empacho informativo en un escenario que no distingue realidad y ficción lleva, como no podía ser de otra forma, a un cacao mental de incertidumbre y confusión (y, añado yo, a una total y paradójica desinformación).

Estas reflexiones me reafirman en el convencimiento de que nunca estará de más reivindicar la calidad frente a la cantidad en lo que a información se refiere.

Y acabo con otra cuestión bien preocupante que aborda el investigador (al que desde ya pido disculpas por mi torpe y libre traducción):
Muchos programas televisivos acaban creando una imagen distorsionada de los procesos democráticos, al convertir al espectador/consumidor en juez de determinados hechos de actualidad, pero amparado en un anonimato que le hace literalmente impune y, al final, irresponsable. Además, este fomento de la opinión se encuentra severamente mercantilizada: la principal fuente de ingresos de algunos programas ya no es la publicidad sino los mensajes SMS. También son frecuentes las falsas percepciones sociológicas: “¿Qué opinan los catalanes del tema x? Envíen un mensaje al…”. Estas pseudoencuestas no tienen ningún valor, pero eso no significa que no tengan ninguna influencia. Para una persona que desconozca esta clase de mecanismos, los porcentajes que aparecen posteriormente en pantalla son equiparables a un estudio sociológico riguroso que a menudo ha tardado años en realizarse.

viernes, 9 de mayo de 2008

Los mejores de El Mundo

No tengo mucho tiempo porque me voy a Valls al VIIè Congrés Premsa Comarcal (del que ya escribiré alguna cosilla a mi regreso), pero no puedo dejar de expresar lo orgulloso que me siento por esto.

martes, 6 de mayo de 2008

Doble

El 4 de septiembre de 2004, El País publicó esta página y de ella me hice eco en el blog como una muestra de mala pata: media página para el casting del musical de Nacho Cano y la otra media para la peli del Bardem en el cuerpo de Ramón Sampedro. El hallazgo fue de Ander, que a estas horas debe andar muerto de frío entre inuits y aquí le estamos esperando muertos de envidia.

Desde aquello poco me he cebado con el tema, y mira que da. En mi libro sobre periódicos y periodistas, publicado meses antes de esto, recogí varios casos de meteduras antológicas, pero con la única intención de servir como prueba ante mi convencimiento: que el director de la Redacción lo es de todo el periódico, y que de nada sirve decir que "esa página, o esa media, es de los de publi".

Y ahora va y me llega una doble página, servida por otro de mis topos, para repostar. Se trata, como verán, no de una cuestión eminentemente producto de la casualidad, sino de una convicción de fondo. A ver: nunca he entendido (ni espero entender) una línea editorial que defienda valores para los textos periodísticos pero que se desentienda, por ejemplo, de sus mensajes publicitarios. Nunca creeré en un director que jure defender la dignidad de la mujer en sus editoriales pero que sus páginas comerciales están prostituidas. O estamos o no estamos. Hasta creo recordar que en su día escribí sobre un editor de cierto país que se hacía (y se hace) el salvador con un quality paper mientras se llenaba (y se llena) los bolsillos con un mal llamado periódico popular que lo único que vende es un cóctel de sangre y tetas. O estamos o no estamos.

Clic a la imagen para ampliar.

Pero bueno. Aquí lo ¿divertido? es que este periódico mete la pata con premeditación y alevosía: vende la página 34 a ¡su competencia! con un anuncio más que desafortunado, y parece querer enmendar el error publicando en su encarada, la 35, un reportaje de concienciación y compromiso. Resultado: lamentable.

Voy a seguir leyendo La buena prensa para recuperarme de este bajonazo.

domingo, 4 de mayo de 2008

Los triunfadores

Tengo la impresión de que todos los años escribo lo mismo pero qué le voy a hacer, si no tengo más remedio. Es que ayer tuvimos la fiesta de Licenciatura de la promoción 2008 de mi Facultad de Comunicación y me lo pasé bien, mejor que bien: primero, durante el acto académico en el Baluarte y, después, gran novedad: cena conjunta de alumnos y profes por los pasillos de la Facultad. Todo muy bueno y muy abundante.

Sobre el acto académico, donde toda la promoción iba más que guapa con sus togas y todo, donde papis y mamis estaban más que orgullosos de sus pimpollos, planeó lo dura que está la salida laboral para esta bendita profesión que, eso sí, es una de las más poderosas que se puede ejercer, como recordó mi decana en el cierre del acto.

Bien, pues yo, desde este humilde rincón, rompo una lanza por el triunfo. Es verdad que el periodista lo tiene más crudo, en la línea de salida, que cualquier otro titulado universitario; aquí parece instalada la cultura empresarial de que como a los chavales les mola el periodismo, pues que ya les vale con un contrato de becario y poco más. Y digo yo que algo de culpa tendremos los que estamos a este lado de la muralla docente, cuando les damos los nombres de recién licenciados excelentes, aun a sabiendas de que nos los van a exprimir pero que bien en la Redacción de turno. No sé: esto sí que es de verdad una asignatura pendiente.

Lo que yo les intento transmitir, por lo menos a los que de verdad les corre el periodismo por las venas, es que van a triunfar, sí o sí. No conozco a ningún buen adicto a esta maravillosa locura que le vaya mal. Triunfar, claro, significa trabajar con pasión en lo que te gusta y ganar cuando menos un salario digno. Esto hay que decirlo clarito porque, creo, cada vez más se impone el concepto de triunfo asociado a la fama y al dinero, cuando no a los puestazos; y no es así, o por lo menos yo siempre he creído que el triunfo verdadero tiene que ver con uno mismo y no con los demás.

Y doy fe de que esta cosecha de COM’08 sale tan bien criada como, por lo menos, la del año pasado. Bueno, por lo menos, en lo que respecta a la mayoría de los que he tenido la fortuna de compartir clases y amistad. Precisamente, con un puñado de ellos compartí anoche mantel junto a otro profe, un tal Nahum que se nos atrofió un otoño en Nueva York y no ha vuelto a dar señales de cibervida. A mí me encerraron entre Susana e Inés, mi querido dúo “El punto y la i” que, en la noche de la blogosfera, se atrevieron a crear un blog para darme cera, blog que duró… una entrada, porque a Susana se le olvidó la contraseña, tú. Bueno, por lo menos Inés se lo tomó más en serio y hace meses que tiene un blog bien divertido.


En fin, que nos reímos hasta hartar y servidor, de paso, recibió una clase magistral sobre ‘Alumnos y Moda’, que daría para un seminario si las dos se lo propusieran. Dejo un puñadico de fotos. Pocas, porque medio a oscuras y entre carcajadas otras muchas han ido directamente a la papelera. Pero a juzgar por el montón de cámaras y flashes que vi, intuyo que la blogosfera se llenará estos días de sorprendentes retratos de una noche mágica donde, por una vez, el solomillo con guarnición sustituyó a la epistemología de la comunicación.

Chicas, chicos: todavía no os habéis ido y ya os estoy echando de menos. Acordaos de mí cuando triunféis, va.

viernes, 2 de mayo de 2008

El puenting

Estimados currantes: supongo que estarán de puente pero bueno, siempre quedará personal que, como nosotros, permanezca al pie del cañón. Pero la mayoría de los currelas, no. La mayoría está de holganza, como lo demuestran los datos de millones de desplazamientos registrados por la Dirección General de Tráfico y la ocupación hotelera en las playitas, que están al cien por cien. Bueno, la verdad es que ya se sabe que el ser humano es una paradoja en sí mismo y, por tanto, qué mejor que hacer fiesta el Día del Trabajo, y a ser posible alargando el festejo practicando nuestro deporte nacional preferido: el puenting.

Sanseacabó Nº 24, semana 18 de 2008, emitido por 98.3 Radio