viernes, 30 de enero de 2009

Carpe diem

Como no podemos luchar ni contra la economía ni contra los elementos, disfrutemos al menos de ese solecito que por fin se ha dejado ver después de días y días a oscuras y pasados por agua.

Y disfrútenlo a tope porque no parece que vaya a durar. Si hacemos caso a las témporas calculadas por un veterano pastor del norte de Navarra, vienen nada menos que trece ciclos, trece, de mal tiempo, lo que en román paladino viene a traducirse en que adiós primavera y adiós verano. Aunque bueno, siempre nos quedará la esperanza de que este pastor haya hecho sus cálculos con las mismas reglas con las que el Gobierno hizo en su día los cálculos económicos, o sea, que no dé ni una.

Pero si al final tiene razón, o sea, si estamos ante un horizonte negro en lo económico y en lo meteorológico, lo mejor será hacer caso del sabio consejo del poeta romano Horacio: carpe diem. Esto es, aprovechemos el día, el presente, que mañana Dios dirá.

Sanseacabó Nº 40, emitido por 98.3 Radio






jueves, 29 de enero de 2009

Metro se hace el sueco

Los diarios gratuitos entraron a empapelar (literalmente) las ciudades y (metafóricamente) a los editores españoles. A Metro, nacido en Estocolmo en 1995 y que llegó con sus ediciones a España en 2001, le correspondió el honor de inaugurar la invasión de andenes, cafeterías y aceras de las principales ciudades con unos periódicos que proclamaban su gratuidad bajo la consigna de ¿por qué pagar por leer prensa? El gran invento sueco consistía en hacer frente al nuevo modelo informativo implantado en la era internet: un 'producto' ligero, moderno y rentable a base de publicidad y solo publicidad. Un modelo que, decían, eran incapaces de implantar los editores de lo que llamaban "prensa tradicional".

En febrero de 2004 tuve un largo encuentro con Carlos Oliva-Vélez, director general de 'Metro News SL', la empresa responsable de las publicaciones de 'Metro Internacional SA' para Europa del sur y América Latina. En plena euforia del gratis total, en continua expansión, este argentino afincado en Barcelona solo encontraba bondades para su negocio. ¿Las claves del éxito? "La calidad del contenido informativo y la neutralidad ideológica". Para él, los lectores y, especialmente, los jóvenes, mantienen una relación distante con la empresa del papel ya que asumen que la información que les llega se encuentra “saturada de inyección ideológica”, por lo que muestran una “actitud escéptica a la politización de la noticia”. Argumentos, todos, discutibles, empezando por el de la calidad informativa: en diseño, notable alto, pero en contenido... en fin. Y en cuanto a la neutralidad, solo haré una consideración: una cosa es impregnar la información de ideología (en donde en más de un caso no le falta razón) y otra muy distinta es informar de una masacre terrorista con el mismo Ph que de la colocación de dos semáforos en la Plaza Mayor. Sería largo de escribir, y no es el caso, de hasta dónde debe un medio practicar la neutralidad.

Pero Metro no vino a hacer competencia a los periódicos de pago, no. Vino a montar un mercadillo al lado de los kioscos para colocar imitaciones de marca con apariencia de autenticidad. Y es ahí donde montó un negocio tan fácil como lucrativo y que pronto encontró seguidores para levantar su correspondiente chiringuito. En ese febrero de 2004, hace ahora cinco años, Oliva-Vélez declaraba que la cosa iba viento en popa y venga de expansiones, que había pasta por un tubo, que los beneficios crecían geométricamente. El mercadillo. ¿Y quiénes fabricaban la mercancía? Pues mucho me costó arrancarle que "periodistas" pero, a fuerza de insistir, aquellas Redacciones fueron quedándose en cuatro profesionales ayudados, eso sí, por nubes de becarios y textos rebotados por agencias de noticias de Metro Internacional SA.

Bajo la apariencia de sólidos negocios periodísticos, al final se va desvelando que Metro está en el sector prensa como podía estarlo en el de ladrillos, si Santa Calculadora así lo revelara. Lo que hace cinco años era "una solidez del negocio que nos hará seguir creciendo", hoy jueves 29 de enero es una crisis insuperable la que obliga a la multinacional 'Metro Internacional SA' al cierre de sus siete diarios en España y al despido de sus 83 trabajadores, "en su mayoría periodistas". Vamos, que a la vista está: una solidez digna de la casa de los tres cerditos.

A mí, lo que de verdad me inquieta es la facilidad con que nos creemos las milongas de los vendedores de humo mientras se entierran en beneficios... y la insensible indiferencia con la que aceptamos sus decisiones arbitrarias de echar el pestillo porque la vaca no da más leche. Los que se hicieron ricos a costa de todos hoy mandan al paro, bajo el amparo de San Argumento de la Crisis que todo lo puede, a un puñado de inocentes peones. Y aquí no pasa nada, sigue sin pasar nada.

viernes, 23 de enero de 2009

Bienvenido, Mister Obama


Obama se ha convertido en la gran esperanza, en el nuevo Mister Marshall que creemos que solucionará todos los problemas del mundo con su varita mágica. Obama es ese líder con el que todo pueblo sueña, porque por lo menos habla bien y contagia su entusiasmo a los ciudadanos sin negarles ni ocultarles la gravedad de la situación. Vamos, nada que ver con nuestro ínclito vicepresidente, capaz de declarar (como hizo el pasado fin de semana) que el Gobierno ya no tiene más medidas que aplicar contra la crisis y eso es lo que hay. Así que hemos llegado a tal punto de insensibilidad, que nuestro Gobierno viene a decirnos que cada palo aguante su vela y aquí no pasa nada. Por eso, es normal que otra vez volvamos nuestros ojos hacia Washington y recemos para que Barack Obama sí sepa por qué y para qué ha sido elegido.
Sanseacabó Nº 39, emitido por 98.3 Radio






martes, 20 de enero de 2009

La dictadura de las marmotas

"La prensa diaria tiene problemas de circulación por la competencia de los medios electrónicos y por la aparición de Internet. El periódico es un producto desde muchos puntos de vista, antiguo, del pasado, del siglo XIX. Tiene futuro, juega un papel muy importante en la conformación de la opinión pública en las democracias, pero necesita replantearse empresarialmente desde muchos puntos de vista". Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa, en el XX Congreso de la AEDE celebrado en Pamplona el 25 de noviembre de 2004.
Hasta hace cuatro años, como mucho, el todopoderoso consejero delegado del todopoderoso Grupo Prisa no creía en internet como medio de comunicación, como canal de distribución de contenidos informativos. Es más: tachaba a la red de conspirar contra el papel y su empeño, añadía, era "descubrir cómo Internet, independientemente de que conspire contra el soporte papel, puede servir como un nuevo sistema de distribución de prensa escrita". Esto es, hace tan solo cuatro años, cuatro, que el ejecutivo que más ayudó a restablecer las libertades en este país desde la trinchera del periodismo desde el martes 4 de mayo de 1976, seguía desdeñando el verdadero potencial de la red, y eso que en 1998 ya había publicado un libro de título profético: "La red: cómo cambiarán nuestras vidas los nuevos medios de comunicación". En fin, como verán el enredo es mayúsculo: en el 98 internet es nuevo medio, pero seis años después se degrada a una furgoneta (sin llaves de contacto) para repartir papel.

A El País, como líder en ventas de diarios en España, se le ha atacado y se le ataca desde todos los frentes posibles, como no podía ser de otra forma en la tierra de Machado. Predominan las acusaciones de sectarismo, oligopolio, prepotencia y epítetos que no apetece reproducir. Pero a mí, como me consta que les pasa a otros muchos compañeros del periodismo, lo que más me ha dolido en estos sus casi 33 años de historia ha sido el inmovilismo que, como le ocurre a cualquier persona, se ha ido haciendo más patente conforme engordaba. El País, uno de los periódicos mejor escritos de los que conozco, pasó de mozuelo rebelde y culto a apoltronado ejecutivo en despacho de planta noble. Aquella frescura de tirarse a degüello hasta fichar a los mejores periodistas del mercado popular fue derivando en club selecto con cuota de entrada. Se durmió en el periodismo político que tan necesario fue (y que tan bien hizo) en los 80, para en los 90 estar más pendiente del parqué que de la calle.

Desconozco todas las razones –aunque sé algunas e intuyo otras– que le han llevado ahora a perderse, como quien dice, la primera década del siglo XXI. La relación de El País con elpais.com darían para una tesis (y al doctorando que la ataque le regalo el título: Historia de un incomprensible desencuentro). Por un lado, el negocio digital es algo que por lo visto todavía no se estudia en ningún MBA y, así, los derroteros por los que ha pasado el puntocom son más propios de Don Pésimo que del líder mediático español. Los bandazos que han pegado en estos últimos diez años son un caso práctico continuo de decisiones equivocadas.

Pero, en las empresas, más allá de los números están las personas. Por causas imaginables, demasiados responsables de la Redacción de papel llevan años tratando con desdén (indiferencia y despego que denotan menosprecio) a su hermanico pequeño, a ese que siguen llevando en pantalón corto aunque hace tiempo que tiene vello en las piernas. Se ha impuesto la voluntad del grandote, del que se sale con la suya no porque lleve razón sino porque el padre (empresario) le tiene más miedo al grandote del primogénito que al pequeñajo listo, ágil, rápido, generoso, sonriente y capaz de hacer miles de amigos en un plisplas. El grandote, el dinosaurio de la Redacción que tanto manda, grita y se impone, lo hace porque tiene miedo de perder su estatus, su poder del que tanto ha disfrutado durante décadas. El cáncer en las redacciones empieza por esa dictadura de las marmotas, periodistas que se durmieron un día de puro gusto y hoy no quieren despertarse ante un nuevo mundo que lleva años amueblando la sociedad de la información, mientras ellos dormían, y que son incapaces de entender ni, mucho menos, aceptar.

Ahora, hoy, Juan Luis Cebrián ha anunciado la que asegura será la definitiva fusión de las redacciones de papel y digital de El País. Dios le oiga. Pero mucho me temo que hace falta algo más que órdenes para conseguirlo. En agosto de 2005, Bill Keller, editor ejecutivo de The New York Times, envió un correo a su staff en el que anunciaba la convergencia de sus también redacciones impresa y digital y justificaba la operación, entre otros argumentos, con esta sentencia: "Para atender informativamente al público como se merece, es necesario reorganizar nuestras estructuras y nuestras mentes". Y aunque en el fondo estoy de acuerdo, creo que en este caso el orden de los factores altera del todo el producto: si no hay primero una reorganización mental, de nada servirá la estructural. Y las marmotas, ay las marmotas, están para poca reorganización mental, porque bastante cacao tienen. Parecen dispuestas a morir ahogadas, pero lo peor es que arrastrarán al fondo a los que les llevaban el chaleco salvavidas.

miércoles, 14 de enero de 2009

P.E.R.I.O.D.I.S.T.A.


P
asión volcada en cada minuto de lo que haces y en cada detalle que descubres.
E
sfuerzo por conseguir un poco más que ese otro que también tiene información.
R
igor en lo que dices, en todo lo que dices, en cada cosa que dices.
Inquietud para ganarte a pulso el apodo de culo inquieto, di que sí.
O
rgullo por tus ideas, tu honestidad, tu libertad, tu independencia, tu profesionalidad.
D
ecencia cuando se trata de reconocer tus limitaciones, los errores, tu fragilidad.
Ilusión por sentirte cada día más útil, servicial, imprescindible dentro de tu humildad.
Serenidad para huir del falso amigo, de intereses creados.
Temple de hierro para mantenerte en tus principios sin cheque que valga, o no valga.
Alegría por saber que has hecho pleno al decidir que querías ser periodista.

Yo me siento pletórico, eufórico, radiante, inmenso, orondo, divertido, ideal, satisfecho, titánico y agitado al contemplar vuestro magnífico trabajo. Enhorabuena.

domingo, 11 de enero de 2009

Jugar con los blancos

Los periódicos los seguimos comprando a doblón a pesar de que antes era un gasto obligado pero ahora es una pasta con destino alternativo: pagamos por leer lo que ya sabemos y por saber lo que opinan los que nada tienen que opinar. A los gurús anclados en el pasado les gusta hablar de basics, porque siguen predicando que pan, leche y periódico componen la dieta matinal del antes y del ahora para el ser humano. Pero no. El pan vale lo que vale y la leche es la leche porque no ha llegado todavía el dietista que sustituya semejante hábito, pero a ambos los necesitamos porque por ahí no ha evolucionado la sociedad. Pero los periódicos... ay, los periódicos. Siguen cambiando el envase pero dejan el contenido caduco y así justifican el aumento del precio, por los costes y tal. Mientras hasta el televisor de plasma nos aumenta las pulgadas, duplica su definición y reduce el consumo a la mitad de precio, el periódico se dedica a "jugar con los blancos", esto es, a decirnos que se ha rediseñado para hacernos "más agradable la lectura", donde "el aspecto gráfico cobra protagonismo" y con un orden coherente en sus contenidos. O sea, que yo hasta hoy: a) estaba comprando el caos, o b) les regalaba mi dinero. Pero ahora me van a informar acorde a los tiempos que corren tras abonar el coste adicional que supone. Atento estoy.

Lo último, el gran invento del diario, es regalar una obra maestra del cine con cada ejemplar dominical que cuesta la friolera de 2,20 euros. Mi pregunta, la pregunta que me corroe, es por qué no alteran el orden de los factores y dicen que con cada obra maestra del cine, al increíble precio de 2,20 euros, regalan un periódico. Al fin y al cabo, ya sé de qué va la película y qué dice el periódico.

Si la salida a la crisis suicida que sufre la prensa pasa por su rediseño aderezado con un topmanta, que se pare el mundo, que me apeo.

[EL MUNDO abre con comillas: declaraciones de ayer de Rajoy requetescuchadas.
EL PAÍS abre con comillas: entrevista a Obama que repesca de The New York Times.
Valoración: 4,40 euros.
]

viernes, 9 de enero de 2009

Manuales de Instrucción Masiva

¿Quién o quiénes son los encargados de redactar los manuales de instrucciones de los chismes que nos han echado los Reyes? Para mí que se trata de unos esclavos mal pagados que se vengan de su precaria situación laboral haciendo todo lo posible para que seamos incapaces, siquiera, de poner en marcha el aparatito de última generación. Los manuales de instrucciones, escritos en 32 idiomas incluido el sánscrito, suelen arrancar con un esquema gráfico numerado y letrado en el que se nos indica que la palanca J-32 hay que sincronizarla con el panel de tareas C-24 antes de introducir el código de serie cuyo número, por supuesto, está grabado en bajorrelieve en la tapa posterior de la caja que ya habíamos tirado.

Pero, curiosamente, estos manuales se olvidan de explicarnos cómo se pone en marcha el chisme. Hombre, no se trata de que nos den todos los pasos elementales, como por ejemplo en aquellas bolsas de cacahuetes que daban a los pasajeros de una compañía aérea americana y que en su envase podía leerse Instrucciones: 1. Abrir la bolsa. 2. Comer los frutos, o en aquella caja de jabón Dial que especificaba como principal instrucción Utilizar como jabón normal, pero sería bueno que ayudaran un poquito en lo más elemental.

Porque ése es uno de los principales problemas de los manuales: que dedican páginas y más páginas para explicar (bueno, lo de explicar es un decir) funciones que el común de los compradores nunca, pero nunca llegaremos a utilizar, y sin embargo se olvidan de traducir correctamente para una mente de inteligencia media las diez funciones elementales de las que nunca pasaremos.

Sanseacabó Nº 38, emitido por 98.3 Radio






martes, 6 de enero de 2009

Con los ojos de Lejana

El año bisiesto tiene 31.622.400 segundos o uno, según se mire o, mejor, quién mire. Y hay maestros de la mirada progresiva que son bifocales. Aquí, para empezar el año, dejamos una selección cronológica de 180 instantes de 2008 retenidos en los ojos de Lejana. Un año paso a paso.