sábado, 27 de marzo de 2010

La cabeza como un bombo









Los ciudadanos de a pie y los internautas no son los únicos a los que les quitan la cartera a la fuerza y a regañadientes.

La cosa comenzó con el famoso canon en todos los artilugios digitales que compramos porque, viva la libertad y la democracia y la sociedad avanzada, todos los que usamos para nuestro trabajo un ordenador, internet, un pendrive, un CD y demás herramientas, somos en potencia auténticos piratas. O sea, tenemos que pagar de más por si acaso somos malos chicos y hacemos cosas malas. Si esto no es un impuesto injusto y disparatado, que baje Dios y lo vea.

El problema es que este atraco cuenta con la bendición del Gobierno, que no solo lo autoriza y protege, sino que además va y lo amplía, con festividad y alevosía. Mientras el común de los mortales festejábamos a San José, este Gobierno aprobaba la conocida como Ley Sinde, que en la práctica autoriza un procedimiento administrativo, que no judicial, para cerrar aquellas webs que se considere que propician la descarga ilegal de películas y canciones. Viva la Pepa y viva la libertad. ¿Para qué están los Tribunales de Justicia, entonces? A saber.

Y ya me perdonarán si me pongo así de serio con el asunto, pero es que la ministra responsable (o irresponsable, según) de todo esto me persigue, y que conste que no es paranoia. Ahora que uno se las prometía felices y se preparaba para formar parte de los 14 millones de desplazamientos que la DGT prevé esta Semana Santa, me anuncian que la ministra vendrá a verme… en persona.

Mi origen está en Calanda, en el Bajo Aragón, un pueblo que probablemente es más conocido por ser la cuna de Luis Buñuel que por servidor, donde todos los años, de Jueves Santo a Sábado Santo, mantenemos la tradición de tocar tambores y bombos sin cesar. Se trata de una celebración que se ha hecho tan popular e internacional que congrega cada edición miles de visitantes, entre ellos a gran número de famosos, celebridades y, claro, autoridades. Pues eso: que va y resulta que este año la invitada de honor, para dar inicio a los toques, es la ministra de los impuestos añadidos y las libertades recortadas.

Así que, a mi vuelta, ya les contaré cuánto me ha cobrado la ministra y sus monaguillos por estar tocando la marcha conocida como La Palillera, sin pagar un euro a los herederos de Mosén Vicente Allanegui, su creador hace ya casi un siglo. Y lo malo de todo esto que les digo es que a lo peor no es broma.

Sanseacabó Nº 73, emitido por 98.3 Radio






sábado, 13 de marzo de 2010

Reflexiones oscenses

No lo iba a hacer, pero más de uno (dos) me ha presionado para hacerlo, así que recopilo aquí el balance provisional y personal del XI Congreso de Periodismo Digital y que anoche volqué en Twitter, recién llegado de Huesca, donde lo hemos pasado en grande, aprendiendo mucho y durmiendo poco, riendo como críos y hasta jugando (y ganando :) al futbolín en equipo con mi compadre @rsalaverria. Allí estuvimos los dos con 18 estudiantes de fcom (estudiantas, 16; estudiantes, 2) que han brillado con luz propia, y que conste que no lo digo para hacerles la pelota y me empollen más, sino porque es verdad: hicieron preguntas certeras a los ponentes, defendieron apasionadamente su futura profesión y, sobre todo, ejercieron el análisis y la crítica con acierto y argumentos a la hora de juzgar a los mejores y los menos mejores sobre el escenario del magnífico Palacio de Congresos de Huesca.

Es como para estar orgullosos de que estudiantes de 21-22 años sepan ya aventar el buen periodismo de la paja mental que exhiben algunos apoltronados responsables de medios, siempre empeñados en echar la culpa de todos sus males a todos y a todo, menos a ellos. La autocrítica profesional sigue brillando por su ausencia.

Así que de los buenos y muy buenos contenidos que hemos escuchado en el Congreso durante jueves y viernes no voy a escribir porque ya lo han ido haciendo requetebién Rosa para El País y @juanlarzabal para 233grados y mucho más para su periodismo al pil pil. Y, además, ya se han publicado las conclusiones aunque yo, personalmente, preferiría llamarlas resúmenes de lo dicho porque conclusiones, lo que se dice conclusiones... si lo fueran, algunas serían terribles. Bueno, la verdad es que también pueden considerarse como tales algunas de mis reflexiones después de lo visto, oído y vivido y que son éstas:

Reflexión visual: los editores gráficos con calcetines cian provocan que más de uno se ponga magenta.
  1. Triunfa el ponente que expone con humildad su camino, no el ingeniero con planos.
  2. El periodista que lleva 15 años hablando de nuevos medios es que ni los ha visto.
  3. Si un periodista va a un Congreso sin saber qué va a decir es que nunca sabe qué va a decir.
  4. El periodista que se hipnotiza con el retrovisor se la pega, seguro, porque nunca ve lo que le viene.
  5. La cuestión no es el periodismo digital: es si los periodistas entienden el periodismo.
  6. El periodista charlatán es un cansalmas.
  7. El periodista profeta es un estafador.
  8. Si el periodista no entiende "lo" de internet... cómo carajo va a entender a su público.
  9. Al periodista, hoy y siempre, se le reconoce porque tiene algo que decir, no por dónde lo va a decir.
  10. Los periodistas que lloran porque han perdido sus fuentes es porque nunca las tuvieron.
  11. Los periodistas que no avanzan por culpa de sus empresas, que cobren y callen, pero no lloren.
  12. El periodismo no es digital. Es vital.
  13. El 13 es inevitable: el periodista venido a empresario y/o el empresario venido a periodista es la mecha.
  14. Delibes escribió al camino, Machado lo versó, Serrat lo cantó. Y yo camino por el periodismo.
  15. El mejor periodismo sigue emanando de suelas desgastadas: world press noquea a wordpress.
  16. Por favor, no me lo diga antes. Dígamelo mejor.
  17. El periodista de papel sorprendido porque el lector ahora le puede contestar fue un virrey indigno.
  18. Los periodistas intermedios (en edad y rango) andan perdidos y pierden a los que vienen andando.
  19. Para enseñar alguna vez periodismo tienes que estar toda la vida aprendiendo.
  20. El periodista que llega a decir "yo llegué hasta aquí porque..." es porque nunca llegó ni llegará.
  21. Si un periodista de 37,4 años le dice "es que antes las cosas eran distintas"... huya y llame al 112.
  22. El ponente que dice tacos en su intervención está faltando al respeto al público que le escucha.
  23. El ponente que se espatarra en su butacón sobre el escenario está faltando al respeto al público que le escucha.
  24. El periodista que se expresa con palabras inexistentes ante un auditorio de profesionales y futuros profesionales deprime.
  25. ...?
Gracias por su atención y gracias especiales a Toni, periodista de raza que como tal ha publicado este balance en primicia mundial porque en principio yo no iba a hacerlo y le pedí que lo hiciera él. Además de colegas, amigos.

[Actualización a petición de Javier F. Barrera (@juanlarzabal): "Te rogaría incluyeras http://cort.as/HNE http://cort.as/HNC http://cort.as/HA3 http://cort.as/HND para que no se mosqueen mis jefes". Eso, como si tus jefes me fueran a leer... O_O].

lunes, 8 de marzo de 2010

Montar el pollo

El Diccionario de la Lengua Española ya tiene enmendada la entrada pollo para incluir, como quinta acepción, coloquialmente, lío, escándalo. Hasta ahora lo recoge solo como frase después de los significados y señalando que "montar el ~" es armar un escándalo. A mí me valen las dos definiciones, aunque no estoy del todo de acuerdo porque se puede montar un pollo sin necesidad de llegar al escándalo, pero bueno, me quedo con lo del lío y, si pudiera opinar, también me decantaría por el castizo follón. Lo digo porque a mí montar escándalos no me va, pero montar pollos... me gusta más que un ferrari sin alonso.

Sin salirme de mi facultad, el año pasado montamos el pollo al montar una gallina sobre la mesa del informativo 'Los altibajos del día', del Jacinton Post, en el plató de televisión. Y este año hemos montado otro pollo al meter un caballo hasta la cocina para rodar el lipdub (nótese que utilizo el plural mayestático como para diluir responsabilidades).

Y por supuesto que hay otras muchas formas de montar el pollo. Hace años, un amigo mío y que por entonces era presidente de una Cámara de Comercio hispana, me decía que en este país, y en lo que a oficios se refiere, reinaba el mecagüen la leche y me ponía un ejemplo: "Tú encargas una piscina para tu jardín, vienen los operarios de turno, toman y apuntan las medidas a palmos, excavan, traen la cubeta y, mecagüen la leche, no cabe por treinta centímetros". Pollo montado.

¿Será cierta la fama de nuestros operarios de ser, por decirlo suavemente, chapucerillos en sus cosas y especialistas en montar pollos? Si juzgan por lo que van a oír a continuación, va a ser que sí.







viernes, 5 de marzo de 2010

Andióscar goustu...

Bienvenidos a la semana del cine por excelencia, a la semana donde una alfombra roja será pisada por tacones carísimos bajo vestidos imposibles. En la noche del 7 de marzo, hora de Los Ángeles (madrugada del lunes en España), se celebrará la anualmente esperada gala de entrega de los Oscar al mejor cine del año pasado.

En estos casos, lo de menos suele ser quién ganará, porque la mayoría del personal, los millones de espectadores que siguen el espectáculo por televisión, suelen estar más pendientes de ese espectáculo en sí mismo que de los resultados que esconden los sobres sellados. A decir de los entendidos, la ceremonia de los Oscar se convierte, año tras año, en el acto cultural más visto del planeta, pero yo, personalmente, cuestiono eso de 'acto cultural' porque me parece, por encima de todo, un 'acto social'. Pero qué mas da. Lo importante es que la gente se lo pasa en grande, bien aplaudiendo a su película favorita, bien criticando el vestido fucsia de la actriz hortera de turno. El espectáculo está servido.

Avatar, la película de James Cameron y que ya ha batido el increíble récord de sobrepasar los dos mil millones de dólares de recaudación en salas de cine, parte como favorita. Y lo cierto es que, si hay que otorgar los premios sobre la base del éxito popular, esta película de ciencia ficción situada en el año 2154 debería llevarse un montón de premios. Su gran rival es En tierra hostil, un thriller que se centra en las actividades de un Equipo de Desactivación de Explosivos del ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Iraq.

Y, al margen de estos dos grandes favoritos, otras ocho películas optan al sueño del gran triunfo, así que habrá que estar atentos, porque la sorpresa es posible.

Aunque, en lo referente a los representantes españoles en la competición, pocas esperanzas parece haber. Ahí tenemos a la omnipresente Penélope Cruz como candidata a mejor actriz de reparto por Nine, pero cómo estará la cosa de pachucha que hasta su gran amigo y descubridor Pedro Almodóvar da el premio por perdido. Pero quién sabe: a lo mejor la actriz gana su segundo oscar consecutivo y Almodóvar se equivoca. El director manchego, por cierto, también ha declarado que la gran triunfadora de la noche va a ser precisamente Avatar. ¿Y por qué, por su calidad? Pues puede que también por eso, pero sobre todo porque ha generado esa montaña de dinero y en Hollywood, según dicen, son muy sensibles a las películas que fabrican beneficios.

Sanseacabó Nº 72, emitido por 98.3 Radio






jueves, 4 de marzo de 2010

Requiem in pacem

Si por ellos fuera, por los directores del periódico de papel, por los guardianes del futuro del medio por excelencia, estaríamos al pairo. Esto dicen los tres directores de los tres supuestos principales periódicos de papel. Ni siquiera creen en lo que hacen (por lo que cobran mucho) y se suman a los argumentos tan obvios como tópicos. Es el abc de un país que vive en un mundo que no tiene ni zorra de por dónde le viene el aire. Atentos al tópico del ignorante que carga las culpas en el mundo mundial menos en su propia responsabilidad de haber perdido la fe de su comprador. "Si perdemos –vienen a decir– es por el exterior, pero nada tiene que ver con nosotros". De verdad que...

(El vídeo que sigue es una edición personal del reportaje emitido por Informe Semanal el sábado 27 de febrero de 2010).

El periodista obsoleto

Amo a los periódicos, los adoro porque me criaron. Los quiero y el olor a tinta es parte de mi ser, si no mi ser. He vivido entre bobinas y tintas, mamado de jefes que me hicieron crecer y equipos que me hicieron creer. Amo a los periódicos y me moriré queriéndolos. Me moriré, gracias a Dios, sin verlos desaparecer.

Y todo esto a pesar de esto, del que aspira a dormirse en sus laureles sin saberse a santo de qué.

martes, 2 de marzo de 2010

Cobardes punto com


A un muy buen amigo mío le han dado hasta en el carné de identidad por salir a defender, dando la cara, a un muy buen amigo suyo al que le acababa de dar hasta hartar un púgil sin rival, desde su identificado blog. O sea, nada que objetar. Hasta aquí defiendo a muerte al autor del comentario y al comentador del comentario. Sé perfectamente quiénes son y también sé a qué nos exponemos los que tenemos los torrelodones de tener un blog para mostrar nuestras vergüenzas en público... y a lo que nos exponemos. Y si no tenemos blog, qué más da: mostramos una identidad pública, universal y reconocible en cualquier red social y sin vergüenza.

Lo que pasa es que lo que siguió al comentario de mi amigo se fue convirtiendo en un tentempié de media tarde para gente de color (y que antes podíamos denominar como merienda de negros sin que nadie se ofendiera), toda vez que los comentarios anónimos al comentario de mi amigo, identificado, eran para ponerlo a los pies de los caballos, mezclando churras con merinas, acudiendo a los tópicos de la señorita pepis, cargados de sofismas, incultura, proclamas y viva cartagena. El surrealista caso llegó al extremo de que mi amigo iba contestando, con tanta educación como cultura y temple, a los anónimos que le llovían, y los anónimos necesitaban identificarse ("soy el anónimo 3") para que supiéramos por dónde iba la ¿conversación? Era obvio que los comentadores anónimos eran/son hinchas del autor del blog, como debe ser. Pero se acabó la conversación. Mi muy buen amigo se retiró, e hizo muy bien, del asunto, y dejó que los ultras embozados siguieran haciendo la ola y cantando victoria.

El anónimo de internet me da pena porque sigue ocultando su pensamiento tras una máscara, y en esto el mundo digital no ha logrado ninguna evolución. Los cobardes, los inseguros, los débiles, los desarmados mentales se siguen atrincherando en el anonimato para proteger su insostenible fragilidad como terapia personal y, a lo peor, cuando se encuentren ellos en grupo se aplaudan y digan "yo soy el anónimo quince, ya sabes, qué fuerte lo que le dije y que se joda".

El otro anónimo típico no es el quince, sino el que se registra bajo una cuenta con nombre Dudua88 o FlipoColega y así tener pasaporte, sin más datos, para ofender, insultar, cuestionar, fastidiar a los hacedores. Y cuando los hacedores los suprimen o los bloquean, estos imbéciles apelan a la libertad de expresión y censuran la censura en aras de esa expresión libre.

Pero si no eres capaz de dar la cara, no tienes nombre. Y si yo permitiera los comentarios anónimos, o camuflados, en mi blog y resto de redes sociales, estaría haciéndome cómplice del cobarde. Dime lo que quieras, pero primero dime quién eres.

A Noé le vas a hablar de agua, tú.