miércoles, 30 de abril de 2008

Carta apócrifa de un vasquito al más que excelente presidente

Excelentísimo señor Rodríguez:

Espero que al recibo de la presente se encuentre bien en compañía de los suyos. Le escribo hoy porque me he dicho a mí mismo que, como mañana es la fiesta del Trabajo, igual tiene un rato para contestarme y ayudarme en la pelea que tengo con mi aita, que ya lleva tres meses en Martutene. Bueno, me contesta si puede, claro, pero es que el sábado vuelve a tocar visita y el anterior me puso de los nervios.

Verá, antes de nada le diré que mis colegas y yo estamos tope guay con el despliegue de la fragata y los aviones y tal para escoltar a los pescadores. Qué fuerte, oiga, ver las banderolas por el Índico.

Es que mi aita, que de verdad es bueno pero torpe de morirse, fue pillado por la pasma en enero cuando pagaba 6.500 euros a los intermediarios de los responsables del movimiento de liberación vasca, en concepto de contribución voluntaria al proyecto nacional de reconstrucción y eso. Hombre, a mí lo de los 6.500 mortadelos me importa como que menos, porque era lo que tenía ahorrado para la boda de la imbécil de mi hermana, así que se joda, con perdón. Pero como ha tenido que cerrar su ferretería, la Vuelta de Tuerca, porque desde la cárcel no puede pagar las nóminas de sus dos empleados ni mantenerse al tanto con proveedores y clientes, en casa estamos quemando las huchas mientras mi ama no para de llorar, aunque no nos dice por qué.

Bueno, que le decía que mi aita se puso histérico cuando se enteró de que la fragata no era para liberar sino para acojonar, y me perdone el lenguaje. Y ni le cuento lo que dijo al saber que con la Armada de testigo se soltaron 770.000 machacantes en efectivo a los secuestradores. Él venga a jurar y yo venga a repetirle las palabras de usted de eso que “lo importante es que están liberados y a salvo”. Olé le dije, pero el aita juró más si cabe; eso sí, en castellano.

A lo que voy, para no hacerle esperar con el desayuno a su excelentísima Sonsoles: que lo que yo le dije a mi aita es que no se puede comparar el pago a unos piratas africanos con eso de ceder al chantaje de unos terroristas vascos. Que estos son perversos de narices y lo de los otros pertenece a la esfera de las relaciones internaciones con sus correspondientes organismos, según deduje de las explicaciones del profesor Francisco Sández en su clase del viernes en Educación para la Ciudadanía.

No se lo creerá, pero mi aita se refugiaba tras el peregrino argumento de que estaba muerto de miedo no por él sino por nosotros, y que la pasma no le daba ninguna garantía de seguridad, y que por eso pagó. Como verá, podía haberse buscado una excusa más creíble, pero qué va.

Si es tan amable de contestarme, le pido que me ayude a darle argumentos para demostrarle que él está equivocado. Yo ya lo sé, pero con su ayuda será irrefutable el poder decirle que los 770.000 euros del rescate no los hemos pagado entre todos, no establecen un precedente, no van a financiar el terror en el Índico, ninguna mujer va a ser violada, ningún niño asesinado, nadie se va a comprar armas, y los piratas, tan majos ellos como el Sparrow, aprovecharán este donativo para retirarse del mal y dar de comer a los suyos desde una granja de, no sé, León.

Agradeciéndole el tiempo prestado y esperando que no se le haya enfriado la leche por mi culpa, se despide de usted éste que lo es,






Aitor Mentado

lunes, 28 de abril de 2008

Comunicar por todos los medios

En el Cerro del Águila no están los cañones de Navarone, que es lo que cabría esperar, sino el paradisíaco refugio del IESE, en las afueras de Madrid, en un rincón invisible de la carretera de Castilla. Al taxista hay que ir diciéndole paquí y pallá hasta que atine porque ni el GPS le sirve. Si algún día nos invaden los que todos sabemos, servidor pide asilo en el IESE porque fijo que se salva de la quema.

Bueno, estoy haciendo un poco el Paco Martínez Soria porque ¡madre mía! qué cacho instalaciones tienen instaladas los maestros del máster. Las he descubierto este fin de semana porque yo, cuando me pongo a viajar, me voy a casaquisqui pero ni me entero de las rotondas madrileñas. Pero como había sido invitado al V Seminario FCOM Profesionales, pues hala, a conocer el entorno.

Los Seminarios FCOM profesionales son la perfecta excusa académica para el reencuentro. Sí, hay academia, y doctos, pero como diría el dermatólogo, vayamos al grano: veámonos las caras, qué es de tu vida, quién te ha fichado, ¿en serio?, no me puedo creer que te paguen esa miseria, me acuerdo de ti pero no me sale el apellido.


He disfrutado con el programa que, bajo el genial título de Comunicar por todos los medios, nos ha reunido a un centenar largo de efecomes para hablar del mensaje y sus canales de difusión, o sea, lo que nunca me cansaré de escribir: lo importante es lo que tienes que decir y lo secundario cómo lo vas a decir. Bueno, pues ya puesto, pedantería: "If people want information beamed directly into their minds, we will create a cerebral cortex edition" (Arthur Sulzberger jr., editor de 'The New York Times').

Qué voy a decir: pues que de entrada tuve el honor de presentar al maestro José Luis Orihuela (¿en serio necesita presentación?) y que me dejó más que relajadito cuando comprobé que comulgábamos: periodistas necesarios de refundación, periodistas con criterio que marquen camino, calidad frente a cantidad: el profesional de la información seguirá siendo el único referente para aventar la paja del grano informativo. Y luego Adrián Segovia, tan hooligan de lo que hace que da gusto porque se le ve, se le siente un descubridor de las inmensas estepas digitales, y eso que ha puesto el intermitente hacia el marketing. Y otros como Chema, que lleva menos tiempo en la batalla, pero habla con la misma pasión de lo que se ha encontrado enfrente (y mira que me asusta su manía con lo viral…) que es imposible pensar que esté equivocado.

Hay vida. Esto es un universo de comunicación en cuyo bigbang estamos inmersos y es tal el estruendo que muchos no pueden, y no quieren, escucharlo. Los más mezquinos hasta lo niegan (dijo la zorra a las uvas). Pero otros muchos estamos fascinados y pidiéndole a Dios: detén el tiempo para saborear cada paso que damos. Yo me encargo del powerpoint para explicárselo a los descendientes de los descreídos. Nada nuevo bajo el sol. Qué lastima que las revoluciones las sabereen los historiadores y no sus protagonistas.

viernes, 25 de abril de 2008

Día Internacional del Libro

Más allá del Quijote (que siempre queda como bien citar el 23 de abril), si un cliente quiere una obra de Quevedo, o de Lope, o de Galdós, o de Unamuno, habrá que pedirla a la editorial porque será difícil, por no decir imposible, encontrar buenas obras de la historia de la literatura en esas estanterías de los grandes almacenes, atiborradas como están con ejemplares de una presunta novela que la multinacional del marketing se ha empeñado en vender al peso aunque sea mala y escrita con zafiedad.
Queda la esperanza, eso sí, de que pasado un tiempo alguien se atreva a resucitar a los grandes clásicos con una fórmula que propongo desde ya: traducir sus obras a la jerga actual. Porque también esta semana hemos sabido de las diez palabras más utilizadas coloquialmente por los españoles y entre las que no podía faltar, por supuesto, fistro, piltrafilla, malquedas, canijo, friki, petardo o pasmarote.
Por eso, a vuelapluma, se me ocurre ayudar a la venta de los buenos libros adaptando sus títulos a los tiempos que corren. Por ejemplo:
En vez de CIEN AÑOS DE SOLEDAD, MOGOLLÓN COLGAOS.
En vez de MADAME BOBARY, TIPA LELA.
En vez de LOS HERMANOS KARAMAZOV, COMANDO DEL ESTE.
En vez de LA DIVINA COMEDIA, LA FRIKI ENROLLADA.
En vez de CUMBRES BORRASCOSAS, LA QUE VA A CAER, TÍO.
En vez de EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, LLEGAS TARDE, TRONCO.
En vez de EL VIEJO Y EL MAR, EL CARROZA EN CHALUPA.
En vez de GUERRA Y PAZ, A QUE TE DOY.
En vez de LA VIDA ES SUEÑO, ESTOY REVENTAO.
En vez de LA REGENTA, MI VIEJA.
Y, bueno, así podríamos seguir hasta el infinito, pero me reservo las ideas por si alguna editorial se anima y me contrata para ayudarle con las nuevas colecciones.

Sanseacabó Nº 23, semana 17 de 2008, emitido por 98.3 Radio

lunes, 21 de abril de 2008

Paraguay resiste, Paraguay existe

Paraguay no tiene petróleo ni mar y por tanto nunca ha existido. Por lo menos, en el concierto internacional. Lleva años abandonado a su suerte, que por cierto es mala, muy mala. Es un país pequeño, apretujado entre Argentina, Brasil y Bolivia en el centro del sur del continente americano, y con un grado de pobreza solo equiparable al de corrupción. Pero el Paraguay no tiene petróleo ni mar, ni siquiera fuerzas paramilitares porque no hay nada con lo que contrabandear, con lo cual nunca ha sido objeto de atención de esos organismos internacionales, tan altruistas ellos, que solo cuidan de la justicia y la solidaridad entre los pueblos. (Esto último lo escribo con ironía, por si no se ha notado).

Al Paraguay, ya lo dije, estuvieron a punto de borrarlo del mapa, literalmente, entre Brasil, Argentina y Uruguay en 1870 en la Guerra de la Triple Alianza. Así que, con semejantes antecedentes, igual fue un mal menor el que todo el mundo le retirara la vista desde 1954, cuando el dictador Stroessner, arropado y bendecido por el Partido Colorado, dio un golpe del que el país nunca se recuperó. El general golpista fue golpeado en 1989 y todo siguió igual, igual de mal, con un Partido Colorado que ha permanecido en el poder con dictadores o con sistemas democráticos viciados.

El Partido Colorado es la versión paraguaya de Luis XIV: el Estado soy yo, somos nosotros. Y así, desde 1947, se ha mantenido en el poder a través de construir un aparato oficial más entramado que una telaraña, donde el clientelismo, los favores, el servilismo, la fidelidad a cambio de unas migajas ha tenido prisionero sin rejas a todo un pueblo. Un pueblo olvidado, digo, hasta ayer domingo, con la primera derrota colorada en las urnas. Ahora, todos los medios internacionales destacan, a coro, que es una derrota histórica después de 61 años de poder ininterrumpido.

Pero durante estos 61 años pocos o ninguno de ellos levantaron la voz para denunciar que ese poder era primero golpista, después corrupto y más tarde fruto de una democracia viciada. Durante décadas, en el Paraguay hubo tantos asesinatos y desaparecidos, o más, que en la Argentina militar, pero los gritos de los pisoteados nunca llegaron a tener altavoz. Eran pocos y pobres.

Fernando Lugo. Foto: Telefuturo

El domingo hubo vuelco de poder después de 61 años, sí, pero nadie destaca que además ha sido la primera vez que hay un cambio de color sin que nadie desenfunde. Lo ha conseguido con los votos pero, como les conozco, imagino que también con la sana rabia contenida de cientos de miles de buenos paraguayos, hartos de ser esclavos por una ración de surubí. Ahora, los medios se entretendrán en la condición de obispo de Fernando Lugo, o sobre sus relaciones con el Vaticano, o que si es teólogo de la Liberación, o que si va a ser un cura rojo a medio camino de Chávez o Evo Morales. Para mí no dejan de ser lecturas mezquinas y tardías de quienes han estado durante décadas mirando para otro lado.

Fernando Lugo es, hasta donde llego, un buen paraguayo que, más allá de la sotana, se levantó hace un par de años para decir ‘basta’ ante tanta corrupción, pobreza y desesperanza. Que supo levantar con él a miles de compatriotas desheredados. Que se le tomó en broma, se intentó manipular y hasta descalificar, pero que ha sabido resistir como un valiente. Por eso, mientras muchos analistas internacionales seguro que se entretienen en tonterías superficiales en torno al cura de los pobres que llegó a presidente, yo me quedo con la imagen de un paraguayo corajudo que cree en su pueblo, en la justicia y en la democracia y que ha llegado al poder como un David ante un gigante, pero sin honda. Será un cura rojo, vale, pero no colorado.

Tiempo habrá para saber si lo hace bien. Pero, de momento, ya sé una cosa que ha hecho de maravilla: traer esperanza a mi querido pueblo del Paraguay.

viernes, 18 de abril de 2008

El cementerio de horas

Los aeropuertos son tremendos cementerios de horas enterradas vivas. Los aeropuertos son campos de concentración consentidos por seres de mucha vida que matan su irretornable tiempo, con lágrimas de impotencia y resignación, por orden de la superioridad. Los aeropuertos son un denigrante gulag al que nos ha mandado a todos alguien que ha vencido en la guerra pero no se le reconoce, que es el terror.

Los terroristas mataron a muchos en las torres gemelas pero nos encarcelaron a todos y son ellos los que han cumplido con su objetivo, que no es otro que conseguir que del primero al último vivamos con pavor: los inocentes tienen miedo de los malos, los malos de los buenos, los buenos de los inocentes. Los buenos, en realidad, no pasan de presuntos, porque permitimos que maten nuestro tiempo en colas interminables y de antelación absurda para llegar a un control donde nos humillan hasta dejar en calcetines y con los pantalones al pairo, mientras clavan sus ojos sabuesos en el cogote, como si ya de por sí fuera poca la tensión malabar que hay que hacer para sujetar las tres bandejas que llevan ordenador, cinturón, chaqueta de marca, reloj, gafas y centavos. Y que no pite, Dios mío. Los estados de derecho han invertido su orden y ahora todos somos culpables mientras no demostremos nuestra inocencia.

Entramos, después de la gran humillación, en los corredores de la terminal, que son los de la dignidad terminal, donde ejecutivos multiculturales y madres multirraciales con críos al pecho caminan con la cabeza gacha, todos denigrados, mientras cumplen tan absurda condena mirando escaparates que les aburren y comprando bobadas que no necesitan y que además deberán tirar en el siguiente control porque viajar con eso no está permitido.

La estampa de los aeropuertos es la prueba viviente de que el terrorismo ha podido con todos nosotros, con el que manda y con el que obedece. Se invierten millonadas en todo menos en saber cómo detener con efectividad a un solo terrorista sin tener que humillar a millones de ciudadanos que pasan miedo, verdadero miedo, y que les provoca no solo el terrorista de carné.

Aeropuerto de São Paulo-Guarulhos, jueves 17 de abril de 2008, 13:00 horas. Faltan tres para que despegue el vuelo IB-6826 con destino Madrid.

miércoles, 16 de abril de 2008

¿Qué es esto?

Finalizado el concurso de Aquellos maravillosos años, en el que la solución era Número 5: Alberto, los ganadores de los premios, sorteados ante el Ilustre Notario del Colegio de La Fresneda, don Aquiles Darán Pena, han resultado ser los siguientes:
• Dos entradas de fútbol: para el señor Anónimo.
• Dos salidas de emergencia: para el señor Sintomático.
Los agraciados pueden retirar sus premios en las oficinas de la Notaría, calle del Tonguillo s/n de la citada población, en horario de 23:59 a 0:01, antes del próximo 16 de abril de 2008.

Bien, pues cerrado un concurso, abrimos otro. ¿Qué se ve en esta fotografía? (Si el concursante hace clic en ella se ampliará en ventana independiente para poder estudiarla). Una pista: la imagen encierra detalles que ayudan a encontrar la solución.
Entre los que acierten sortearemos un fin de semana para tres personas en el prestigioso Hotel Darán de La Fresneda.

viernes, 11 de abril de 2008

A propósito de impuestos

La Hacienda Foral de Navarra ha enviado esta semana, según ella misma informa, un total de 165.411 de las llamadas propuestas de declaración, de las que el 71% –porcentaje en el que me encuentro– son con derecho a devolución. Pero lo gracioso, lo que me ha llamado la atención, es que la Hacienda señala que esto no pasa de ser una propuesta de autoliquidación y que ante ella hay varias posibilidades: primera, estar de acuerdo, con lo cual todo queda como dice; segunda, que creamos que tenemos derecho a más devolución, para lo que deberemos hacer nuestra propia declaración. Y ahora viene lo bueno: dice Hacienda que si creemos que nos ha ingresado más dinero del que merecemos, que por favor se lo devolvamos. O sea, ya se imaginarán ustedes las colas que vamos a formar los más de 117.000 contribuyentes a los que por una vez en la vida la Administración nos ha tratado con cariño.

Sanseacabó Nº 22, semana 15 de 2008, emitido por 98.3 Radio

martes, 8 de abril de 2008

La mirada (4): así lo hicimos

A los catorce años debuté en un escenario. Fue con Escuadra hacia la muerte, de Alfonso Sastre. Representábamos esta obra no por motivación política, qué va, sino porque mi colegio era machero (no mixto) y el repertorio de piezas para elegir era como que limitado: la Escuadra, los Doce hombres sin piedad y poco más, porque no había guapo que se atreviera a ser, qué sé yo, Julieta. Mi interpretación protagonista en la piel del cabo Goban fue muy aplaudida por todo el público presente, y recuerdo que hasta la inolvidable María Crespo me dijo, en persona: “Muy bien, hijo, ahora a merendar”.

Poco tiempo después, en noviembre de 2007, me hicieron una oferta para volver a los escenarios que no pude rechazar. Y no tanto por el dinero, que siempre motiva y eleva tu caché, sino por el conjunto del proyecto: esta vez no era teatro sino ante las cámaras, con un guión de lo más progresivo hacia la entraña del alma y realizado por un equipo humano de primera magnitud. Se trata, ya lo habrán adivinado, de ‘La mirada’.

El papel que me ofrecieron me hizo estremecer. ¿Sería capaz de sacar todos los matices al personaje del padre bueno/cruel? ¿Podría mantener la intensidad dramática entre escenas oscilantes entre el candor y la crueldad? ¿Aguantaría, sin derrumbarme, con asumir que lo que el director esperaba de mí era la maldad, pero una maldad creíble desde la cotidianidad? ¿Conseguiría transmitir al espectador ese drama de la relación familiar salpicada por el infortunio y el sino del ser humano sin que perdiera el clarísimo hilo del relato?

Decidí pedir celda en el Monasterio de Veruela para recluirme quince días y ver si se me pegaba algo de inspiración a lo Bécquer, pero nadie contestó a mis llamadas a la centralita del cenobio. Inquieto, aposté entonces por entregarme a Ceac y apuntarme a su Método Stanislavski por Correspondencia en Siete días y surtió: el padre poliambivalente que dormía en mí salió a la superficie y así pude enfrentarme al papel de mi vida, con el consabido éxito de crítica y público.

Y por si fuera poca la recompensa emocional que supuso el darme la oportunidad de enfrentarme a mi otro yo y salir airoso, con lo que eso ya de por sí ha cambiado mi vida y percepción, hoy he recibido una sorpresa que, lo confieso, me ha hecho llorar: el impagable equipo de ‘La mirada’ me ha regalado el making of, que comparto con todos ustedes sin más palabras.

domingo, 6 de abril de 2008

El extraño caso del alcalde que se despertó muerto

Desde hace varios meses circula por algunos blogs brasileiros un compendio de textos publicados en periódicos de Río de Janeiro y que son para partirse. Ahora me los ha refrescado mi querido Óscar, director de mi querido Última Hora de Paraguay, unos textos que traduzco aquí con mi modesto portuñol y con la ayuda de mi compadre Armando. Qué bueno es que los periodistas sepamos reírnos de nosotros mismos.

Lo que pasa es que a mí, a la vez que me parto, me entra la zozobra ante determinadas informaciones. Por ejemplo, está claro que si un periodista escribe que la policía y la justicia son las dos manos de un mismo brazo es sencillamente que se ha liado con lo de las frases hechas; y, en otros casos, se intuye que no se ha resistido a una de estas mismas frases hechas porque le venía a huevo: en el pasillo del hospital psiquiátrico los enfermos corrían como locos. Vale, vale. El problema, mi zozobra, empieza al comprobar lo escasitos que andan algunos periodistas de matemáticas básicas, de culturilla general; vamos, que si es difícil de entender que el aumento del desempleo fue del 0% en noviembre, más lo es descifrar que el presidente de honor es un joven septuagenario de 81 años y, mucho más, cuadrar que los siete artistas componen un trío de talento. Y si lo de los números es un lío, no digamos la geometría: el accidente se produjo en el triste y célebre Rectángulo de las Bermudas.

Pero no es solo cuestión de culturilla general o, sin más, sentido común. Un problema típico en los periódicos surge cuando mueves a un redactor de una sección, en la que lleva tiempo, a otra que desconoce. Me da la impresión que es lo que debió ocurrir con un periodista de Economía al que pasaron a Local aunque, ni así, entiendo qué carajo querrá decir al escribir que a pesar de que la meteorología sigue en huelga, la temperatura descendió ayer intensamente. Y si a un periodista que lleva tiempo haciendo Tribunales lo mueves a Sucesos no evitarás que aquí siga siendo prudente y todo sea presunto hasta que haya sentencia firme; por eso, se muestra de lo más cauto y publica: cuatro hectáreas de trigo se quemaron; en principio, se trata de un incendio.

Bien, bien, hay que ser prudente, di que sí. Pero una cosa es amarrar para no errar y otra, muy distinta, provocar esa zozobra a la que me refería al principio. En algunos casos no pasa de tratarse de textos para el chiste fácil (después de algún tiempo, el agua corriente fue instalada en el cementerio, para satisfacción de los habitantes) pero, en otros, se juega con cosas más serias, si es que por ejemplo se escribe que la nueva terapia trae esperanza a todos los que mueren de cáncer cada año.

Habría que ser más exactos, sin duda, pero tampoco es como para que el periodista (perdón por este otro chiste fácil) se cure en salud y escriba que la mujer contrajo la enfermedad en la época en que aún estaba viva, para asegurarse de que dice la verdad y solo la verdad. Aunque vete a saber, en el supuesto de que sea la misma protagonista de la noticia que decía que parece que ella fue muerta por su asesino. Como ven, siempre en el hilo de la duda, cuando no del misterio: la víctima fue estrangulada a cuchilladas, dice un periodista, mientras otro cree que en el mundo de los homicidios el orden de los factores no altera el producto: el viejo jubilado, antes de apretar el cuello de la mujer hasta la muerte, se suicidó.

De lo que sí podemos estar seguros es de que hubo víctima mortal, porque un periódico nos asegura que cuando llegó la Policía, el cadáver se encontraba rigurosamente inmóvil y otro hasta nos ubica a la víctima y su circunstancia al escribir que el cadáver fue encontrado muerto dentro del coche. Imagino que, con semejantes antecedentes, ni un solo carioca movería una ceja al leer en su diario que el alcalde (de una ciudad del interior) se fue a dormir sin novedad, pero se despertó muerto.

Errare humanum est. Por eso, lo que de verdad honra a un periódico es que sepa reconocer sus errores y pida disculpas a sus lectores. Aunque, a veces, lo haga sin mucho convencimiento: Nuestros lectores nos disculparán por ese error imperdonable.

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viernes, 4 de abril de 2008

Día Mundial del Trabajo Divertido

No me negarán que se agradece el silencio en el que nos hemos sumergido esta semana, después de la maratoniana campaña electoral. Ahora, ya, con sus señorías ocupando sus escaños, y con Rajoy que ha encontrado a su niña, entramos en la era de la tranquilidad. O por lo menos eso esperamos. Por cierto, y si me permiten la reflexión, ahora que he citado a don Mariano: ya es mala suerte que un hombre con problemas para pronunciar la letra ese elija como portavoz a una mujer que empieza por Soraya, sigue con Sáenz y termina con Santamaría. Pero bueno, tampoco pasa nada: con que se dirija a ella como mi portavoz, asunto arreglado.
Lo importante es que esta semana ha pasado de lo más tranquila, y hasta la primavera se ha animado a dejarse ver. Pero no voy a hablar del tiempo sino de la iniciativa que han tenido dos prójimos de fundar una empresa a la que llaman Humor Positivo, la primera consultoría española especializada en el sentido del humor, y cuyo principal objetivo es que el 1 de abril de cada año se convierta en el Día Mundial del Trabajo Divertido.

Sanseacabó Nº 21, semana 14 de 2008, emitido por 98.3 Radio






martes, 1 de abril de 2008

Periodistas frente a robotistas

El Congreso de Periodismo Digital de Huesca ha culminado su novena sin que me haya podido asomar en vivo, pero sí en directo. Es lo que tienen las nuevas tecnologías y los buenos profesionales: que nos mantienen al tanto y al momento (minuto y resultado, dirían los de la radio deportiva) de lo que pueda suceder que sea de nuestro interés. Es mi caso con el periodismo digital.

Por lo que he podido seguir, y ha sido mucho, creo que después de nueve ediciones estamos ante más de lo mismo: muchos sumandos pero sin suma total, o cuando menos parcial. Están pasando muchas cosas, cada vez más, cada vez más rápidas, cada vez más impredecibles, y aquí somos un puñado los que seguimos empecinados en diseccionar (ahora sí que en vivo y en directo) el ojo del huracán, que no hay forma de que se esté quieto: imaginen a un grupo de operarios galeses de 1788, que es un poner, reunidos en congreso para analizar la Revolución Industrial.

El Congreso ha terminado, como era de prever, con más reflexiones y evidencias que conclusiones; porque decir que la televisión está entrando cada vez más en la red, o que la telefonía móvil tiene todo un horizonte digital por delante es, desde mi punto de vista, una constatación pero no una conclusión.

Lo que yo sí me atrevo a concluir es que el periodismo corre peligro (que no, tranquilos) cuando respetados expertos de la materia se atreven a aventurar que la integración de Redacciones está lejos de ser una realidad, toda vez que el mundo del papel y del bit siguen a años luz de distancia dentro de las mismas cuatro paredes. Pero bueno, éste es un tema que da para más, para mucho más, y que ya trato desde hace años, aunque maldito el caso; puedo quedarme afónico predicando que lo importante es el mensaje y lo secundario el medio, pero ni aun así.

Me quedo, para no dispersarme, con la preocupación que me surge al leer lo que opina un experto del periodismo digital como es Guillermo Culell, gerente de Medios Digitales de El Comercio (Perú) y responsable, antes, de un gran éxito como fue la edición digital del diario argentino Clarín. En una entrevista concedida al diario español 20 Minutos, Culell considera que, a corto plazo, éste es el reto del periodismo digital:
"Tenemos que producir módulos informativos, sin importarnos la jerarquía. Jerarquizar es el resultado de la escasez. Una portada con noticias jerarquizadas es el resultado de que el papel es un rectángulo finito en el que no caben cuatrocientas noticias. En internet no existe esa limitación y lo que podemos hacer son módulos muy atractivos donde mezclemos información que provenga de distintas fuentes, y el sabor está en la mezcla, no en el ingrediente individual".
Y es, ante tajante afirmación de un experto, cuando me entran unos sudores… O sea, cantidad frente a calidad: demos al lector media tonelada de noticias, sin jerarquizar, qué él ya sabrá encontrar el trigo. Me parece, esta tesis, tan sencilla como peligrosa. Y voy a intentar razonar mi firme creencia de que tal sistema es tan fácil como nocivo:

1) Si la labor del periodista se limitara a cosechar noticias, bastaría con tener un macromedio globalizado para montar el GoogleNews de turno, un robotazo muy tecnológico pero tonto de capirote: daría prioridad a los 338 rumores sobre el ganador de Operación Pufo antes que a una sola crónica profesional y profunda sobre el futuro de la Europa del XXI.

2) Si el valor de las noticias dependiera de la cronología en que se producen y ése fuera su criterio jerárquico, al estilo blog, se llegaría a este disparate (y perdónenme la exageración):
16:59.- Previsión del tiempo: seco y soleado de momento, excepto en la zona de Yonolosabia y países limítrofes.
16:31.- Bertín Osborne anuncia su próximo disco de rancheras.
16:30.- Casi seguro: el Gascuña CF descarta ahora el fichaje de Cresponi.
15:14.- La ONU confirma que no hay supervivientes en Yonolosabia.
14:37.- El descubrimiento de unos gemelos atapuercos demuestra la superioridad cognoscitiva humana desde hace trompecientos mil quinientos doce años.
14:02.- El Ejército de Vayabestia arrasa con una bomba nuclear al país vecino de Yonolosabia.
13:34.- El Gascuña CF sopesa fichar al delantero yonolosabo Cresponi.
Me estoy extendiendo más de lo querido, así que voy plegando. Adonde quiero llegar es que al periodista cabe exigirle que descubra la noticia pero también que sepa valorarla y jerarquizarla con respecto al total del menú. Por mucho internet que exista, como pozo sin fondo que es, el ciudadano (en este caso lector, televidente, oyente e internauta como suma) quiere guía, quiere que el profesional de la información le ayude a encontrar lo que busca y le oriente en la distinción de lo imprescindible de lo importante, de lo importante de lo secundario, de lo secundario de lo superficial, de lo superficial de lo prescindible. El periodista, aquí en internet, puede ofrecerle todo al ciudadano, pero es también aquí donde entra su profesionalidad: porque no se trata de ofrecer cantidad, que para están los robots, sino de asegurar calidad, que para eso están los periodistas. Porque al periodista le cambiarán los medios, pero nunca su fin.