martes, 22 de mayo de 2012

El rincón se muda

El Rincón de Pacotto está ahora aquí: pacosancho.net.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Los veintitodos de Berta

De su innato surrealismo ya hablé en su día. Pero no solo por eso se le nota que tiene sus genes plantados en Calanda. Por ejemplo, también se le adivinaba por esa cabeza de melocotón maduro que le acompañó durante sus dos primeros años de vida. Y lo definitivo: a Berta, desde siempre, le gusta más la gente que comer con los dedos; es capaz de coger un capazo en el mismísimo desierto. Por eso, probablemente, siempre se ha quejado de haber nacido en medio de agosto, cuando todo el mundo anda en la diáspora y es tiempo difícil para organizar un cumple en condiciones. Bueno, eso fue luego, porque de cría bien que le gustaba ser cada 18 de agosto la reina de Prado Largo, la casa de Jaca que no le vio nacer pero sí crecer, en una urbanización veraniega rodeada de críos conocidos o no que le felicitaban mientras engullían los triángulos de Nocilla.

A Berta le llevaba a la piscina enganchada del meñique y desde entonces supe que yo era el hombre invisible porque, en los doscientos metros que separan la casa de la zona deportiva, todos con los que nos cruzábamos, de cualquier edad, raza, sexo y condición, le miraban solo a ella y todo eran "hola Berta", "adiós Berta", "¡qué tal Berta?". Un día se me escapó y la localicé poco después, en un banco, preguntando a un anciano cansado que cómo se llamaba su madre y que dónde estaba.

De la pequeñaja guardamos toneladas de anécdotas, pero yo siempre he sentido debilidad por su surrealismo y su personalidad. Mezclaba, con una maestría inexplicable, un carácter del carajo con una bondad infinita que desde siempre ha sido imán de atracción irresistible para cuantos le han ido conociendo. Berta es una suerte de Peter Pan, pero solo eso, una suerte, porque no es que se niegue a crecer sino que le importa un bledo crecer. Siempre ha sabido lo que quiere en la vida y va y lo consigue. Y por eso, entre otras muchas cosas, le quiero y admiro.

No soy supersticioso, pero eso de nacer el 18-8-81 igual tiene algo que ver con esa planificación que le sale bordada. En medio de su genérico amor social siempre, siempre, tuvo debilidad por los niños. Quiso ser médico (pediatra, claro) pero pronto se dio cuenta de que los galenos pasan visita, recetan, pero no toquitean. Y el toquiteo no es que sea importante, es fundamental. Enfermera, claro, a manosear. Y así lleva ya un puñado de años en Palma, cuidando a niños que le caben en la palma de la mano y a los que con un solo dodotis se les puede hacer un fondo de armario. Los soba, sí, pero por eso a lo mejor también salen adelante, porque serán miniseres pero no tontos, y seguro que absorben los latidos del alma de mi Berta.

Hoy, como siempre, me vuelvo a acordar de los millones de cosas por las que me ha hecho feliz y siento la pena de que mi beso haya sido virtual. Pero está en Mallorca con sumadre y sé que está como siempre, que ya ha hecho planes, que se ha organizado la nueva casa, que tiene el calendario casi cerrado para sus viajes a Galicia, a Madrid, a Sevilla, a Pamplona, a todos esos sitios donde siempre estamos un montón de gente reclamando su presencia. Qué envidia de amor.


Collage que hoy le ha regalado su hermana Paula.

jueves, 5 de agosto de 2010

Un gran seminario en Caracas

Conocí a Carmen Riera hace ahora diez años, cuando andábamos por Caracas echando una mano en los periódicos de la Cadena Capriles y ella fue fichada para hacerse cargo del área gráfica de Últimas Noticias y El Mundo, cabeceras a las que luego les nacería un hermanito deportivo, Líder. Carmen es una de las miles de causas por las que me enamoré de Venezuela ya en mi primer viaje y donde intuyo que pasé una vida anterior, porque si no no entiendo cómo es posible querer tanto a un país.

En esta década he tenido la fortuna de verme bastante a menudo con Carmen, bien porque yo iba hasta su casa o porque ella venía a la mía, a los congresos organizados por la SND (Malofiej, ÑH) en Pamplona, Zaragoza y Barcelona, amén, claro, del constante contacto gracias a esto de internet. Carmen tiene muchas, muchísimas virtudes, pero para no ponerla colorada destacaré solo tres: que le acompaña un gran talento, que tiene una capacidad de trabajo increíble y que se está riendo todo el santo día.

Imagino que animada por los congresos a los que asistía en Europa y América, Carmen se lio la manta a la cabeza en forma de Cadena Capriles y desde 2007 organiza en Caracas y para todos los periodistas venezolanos el Seminario Diseño de la Información, al que este año, en su cuarta edición, mi amiga me invitó como ponente y sobre la que ya dejé algo escrito aquí.

:: EL FACTOR HUMANO

Y de lo que allí hablamos durante dos intensos días poco voy a decir, porque ya hay excelente información en la página web del Seminario, donde se puede consultar desde el completo programa que cumplimos hasta los resúmenes de todas y cada una de las ponencias. Me quiero centrar en el contacto humano, porque fue increíble el poder compartir conocimientos con un variopinto auditorio cercano a las cuatrocientas almas entre estudiantes y profesores de Comunicación y periodistas de prensa, radio, televisión e internet de todo el país.


De pie: Miguel Ángel Capriles, Mauricio González Venegas, Diego Méndez, Toni Piqué, Paco Sancho, Andrea Hoare, María Eugenia Arias y Gabi Schmidt. Agachados: Nathalie Alvaray, Carmen Riera, Gonzalo Jiménez, Claudio Napolitano, Christian Espinosa y Chiqui Esteban.

Además, junto a Carmen pude volver a reunirme con viejos y buenos amigos de la Cadena, con Miguel Ángel Capriles a la cabeza, y con profesionales como la copa de un pino y con los que en distintas etapas he trabajado codo con codo. No quiero dejarme a nadie pero necesito citar a la gesticulante Nathalie Alvaray, metida ahora en todo el proceso de integración de redacciones, y que es tan buena amiga como fiera ejecutiva; al incombustible Erys Alvarado, capaz de hacer cuatro cosas a la vez y todas bien; y, por supuesto, a mi Hilda Carmona, un ejemplo de trabajo y creatividad periodística en estado puro.

Estos congresos, además, sirven para volver a ver a colegas amigos, desvirtualizar a otros y conocer a algunos, tan buenos, que uno se pregunta por qué no sabía nada de ellos. Entre los primeros estaban Toni Piqué y Chiqui Esteban, con quienes formé el trío de los españolitos, y Christian Espinosa, el amigo ecuatoriano que más sabe de telefonía móvil al servicio del periodista. Desvirtualicé a la gran Gabi Schmidt, diseñadora mexicana a la que llevo tiempo siguiendo su trabajo, a Diego Méndez, un muy buen diseñador de Puerto Rico, a Mauricio González Venegas, cabeza visible de un enorme equipo de periodistas del colombiano El País que está ganando, con justicia, todos los premios con su Reportaje 360 (por favor, échenle un vistazo), y a Luis Carlos Díez, el rey de las redes sociales en Venezuela. Y, en el capítulo de primeros encuentros, conocí a Gonzalo Jiménez, de la Cadena Capriles, a las académicas María Eugenia Arias y Andrea Hoare y, del mundo de la publicidad, al fotógrafo Claudio Napolitano y a la ejecutiva María Elena Días Teixeira.

:: EL FACTOR PROFESIONAL

Ya llevo rato haciendo mantequilla, pero es lo que hay, la pura realidad: profesionales excelentes que nos abrieron los ojos pero, sobre todo, las mentes. Fue curioso el comprobar que, sin estar en absoluto de acuerdo, todos terminamos insistiendo y resaltando cuestiones imprescindibles y globales para el ejercicio profesional y que van mucho más allá del diseño de la información o, mejor dicho, de los aspectos estéticos del diseño de la información. Con ejemplos, con discursos, de cualquier forma todos coincidimos en la primacía de la formación intelectual sobre la técnica, el trabajo en equipo, el empeño por aprender, la constancia y un puñado de cuestiones tan interesantes que les invito a que las lean todas y cada una en la web del Seminario a la que ya he dejado enlace.

Un placer y un honor formar parte ya del SDI. A Carmen, mi reinamora, y a todo su equipo, un millón de gracias por su organización. Mejor, imposible.

lunes, 2 de agosto de 2010

Los sótanos de Maiquetía

El cabo del miedo tiene veintinada años pero lleva la visera hasta el hueso de la nariz que le obliga a ir erguido. Morenazo esquelético, rapado el cogote sin pelillos sobresalientes, cruza las manos tras la casaca de su uniforme de la Guardia Nacional y grita a la cola sin mirar a nadie: “Sapatos, sinturones, objetos, todo de bolsillos a la bandeja”. Sé que es cabo porque lleva un galón en la hombrera y es uno de los cientos que cuidan de la seguridad en el área de embarque del aeropuerto de Maiquetía. Es uno más de los tropecientos agentes de seguridad que me han pedido el pasaporte y me han preguntado que qué he hecho en Caracas y dónde me he hospedado. Cada dos pasos.

Al aeropuerto internacional de Venezuela hay que ir con tres horas de adelanto, pero al final son cinco porque el vuelo sale con dos más de retraso por cortesía de la Guardia Nacional, que por lo visto ven un Iberia y se ponen como tensos, en prevengan.

Y es al ver tamaño despliegue policial en la Terminal cuando uno empieza a entender por qué la capital está desierta de protección, donde los malandros armados campan a sus anchas recolectando BlackBerrys en semáforos, atascos y donde sea, con total impunidad. Mi amiga, atascada con su Ford y bloqueada por carros por todas partes, ya ni se asusta cuando el malandro de guardia le golpea en el cristal, le enseña la pipa, le obliga a bajar la ventanilla y con un profesional “señora, exprópiese el selular” le invita a que se lo entregue sin que el resto de atrapados conductores hagan nada por la atracada señora. Los móviles, en Caracas, son todos BlackBerry y el mercado negro está más que asegurado.

Así que mientras Caracas sigue en el medallero de las ciudades más inseguras del mundo, donde cada fin de semana las muertes violentas superan la treintena, donde la Policía Metropolitana anda deteniendo más por dentro que por fuera, el grueso de la Seguridad Nacional se concentra en el aeropuerto internacional, no vaya a ser que la monja de Cáceres intente traficar con más dulce de leche del permitido.

De entrada, es otro imberbe de los boinasgranates el encargado de dar la bienvenida a la cola de facturación de Iberia y largarte el primer interrogatorio, tan metido en su papel que hasta se adivina su gozo protagónico en el lance. Paso, pero la azafata siguiente me advierte: ¿Lleva alimentos en la valija?” “No… mmm… sí, una caja de chocolates que me han regalado” “Pues sáquela y llévela con usted, porque los alimentos son lo primero que requisan”. Así lo hago.

La siguiente hora fue normal, nada, tres o cuatro peticiones de documentación con interrogatorio, sin más. Hasta que entrando al área de embarque comienza el rito de descálcese, cálcese, descálcese, cálcese, un, dos, un, dos, y un par de escáneres por si el anterior tenía algo fundido. Al final, consiguen que uno no pierda el equilibrio mientras se acordona los zapatos a lo zancudo mientras responde qué ha venido a hacer aquí y dónde se ha hospedado.

Ya en la puerta de embarque, donde sigue habiendo más uniformes que paisanos, la azafata de Iberia lanza al aire el nombre de la decena de pasajeros que deben presentarse urgentemente en el mostrador y que, como ya habrán adivinado, incluía al SANCHO/FRANCISCO. Falta menos de media hora para el despegue previsto pero qué más da. Las autoridades nos requieren para bajar con chaleco fosforito a las catacumbas aeroportuarias para revisar nuestro equipaje. Allí, en medio de un sótano abierto y apenas alumbrado por dos bombillas huérfanas, un mostrador de caballetes ajados hace batería tras el que se alinean más boinasgranates abriendo las maletas del personal. El suelo, de mugre y agua como para apoyar la mochila.

A los que me preceden (hay que hacer cola, como en el súper con cajeras) les destrozan el plástico protector de la maleta por el que minutos antes les habían cobrado 30 bolívares fuertes [más de cinco euros al cambio oficial]. A la señora de delante, efectivamente, le deshacen su equipaje con la delicadeza de Eduardo Manostijeras hasta que, claro, emergen los dulces y las chocolatinas. Los paquetes con las golosinas para los sobrinos son abiertos con finura, a tirones, y el boinagranate le da un mordisco a una tableta para cerciorarse de que no es el chocolate del moro. “Meta todo y váyase”.

Me toca. Mi maleta es esa gris sobre el charco, sí, la que no lleva plástico porque es de las rígidas. Combinación y llave. Apertura. Allegro ma non troppo. Dos golpes a las tapas por si los dobles fondos. Nada de jalar. El neceser. Espuma, sí. Y va a por mi querido y precioso termo, envuelto en una funda de tela. Ni lo saca. Lo agita como si me fuera a preparar un cóctel para cerciorarse de que nada suena en su interior. OK. Cierre la valija. Y me doy la vuelta, confiado, para juntar las dos partes y terminar de colocar la ropa que desborda. Váyase.

Arriba de las mazmorras la cosa va al paso. Por el finger vamos entrando en dos filas obedientes, los hombres pegados a la izquierda y las mujeres a la derecha. A pedo burra y olor a Auschwitz. Cacheo antes de llegar a la cabina. Y aquí sí que me tocan los huevos, quiero decir, literalmente, no como las veces anteriores. A un pasajero que se cuela por despiste el cabo del miedo le espeta un “hey broder, a la fila”, así de colega, que para eso nos conocemos de tiempo.

El avión sale con dos horas de retraso. Durante todas esas horas no he visto que a los pasajeros de ninguna otra aerolínea les hicieran lo mismo, solo a los de la española. Pero bueno, a intentar dormir.

A intentar dormir pensando en cosas agradables, por ejemplo, sí, en los innumerables amigos venezolanos que tengo y a los que adoro y que me besan y les beso y que son emprendedores y cariñosos y hospitalarios hasta decir basta y trabajadores y enamorados de su país y enamorados de la cultura y luchadores del progreso y que me han tratado a cuerpo de rey durante una semana. Es tan bueno el recuerdo que, en vez de dormirme, me espabilo y recuerdo que cuando dos días antes les pregunté si nada había cambiado desde la Venezuela del 2002 sobre la que escribí primero me dijeron que no, pero luego se miraron entre ellos y me confesaron que sí.

Cuando llegué a casa y abrí la maleta, el precioso termo ya no estaba allí.

lunes, 12 de julio de 2010

No me lo digas antes, cuéntamelo mejor

El domingo 25 salgo para Caracas, invitado a participar en la cuarta edición del Seminario Diseño de la Información (en Twitter, #SDI2010) con una ponencia que se me ha ocurrido titular “No me lo digas antes, cuéntamelo mejor” porque quiero defender el periodismo profundo frente al precipitado, el veraz frente al chafardero, el profesional frente al presunto periodismo ciudadano.

Y como aperitivo, el diario Últimas Noticias de Venezuela publica hoy una entrevista que Ana María Carrano le hizo a este humilde servidor.

Usted ha trabajado en el relanzamiento de medios europeos y latinoamericanos. ¿Qué diferencias ha encontrado en el modo de hacer periodismo?
No hay muchas diferencias. Por supuesto, cada uno tiene sus características, pero no sólo entre países sino incluso entre ciudades del mismo país. Al final, como escribió David Randall, solo hay dos tipos de periodismo: el bueno y el malo, y ambos son universales.Tanto es así, que un alto porcentaje de problemas, inquietudes, aspiraciones y dificultades es común en medios europeos y americanos. Por ejemplo: problemas de organización, inquietudes por cómo llegar más y mejor a la audiencia, aspiraciones por convertirse en el medio de referencia de su mercado, o dificultades para entender y aprovechar el gran potencial que supone internet para cualquier medio.

¿Qué elementos pueden predecir el éxito de un relanzamiento?
Fundamentalmente, la organización, y no sólo de la redacción, sino de todos los estamentos de la empresa. Me he encontrado con medios que han hecho un auténtico esfuerzo inversor en lo tecnológico pero que, sin embargo, han descuidado el factor humano, sin duda el principal capital de la empresa.Yo siempre digo que la primera reestructuración que hay que hacer es la mental porque, si no, el resto de medidas (integración de redacciones, reorganización editorial) no sirve de nada. En resumen, el éxito del relanzamiento de un medio radica en que todas las personas que integran ese medio no sólo acepten sino que además quieran hacerlo. El resto es trabajo y entrenamiento.

¿Cuáles son las mayores dificultades a la hora de abordar este tipo de trabajo?
Por lo que le acabo de decir, entenderá que son las voluntades personales. Si en un medio el director lidera el cambio, pero sus redactores son reacios, hay un serio problema; si los gerentes o directores generales de los departamentos no colaboran, será difícil avanzar; si el presidente de la compañía quiere un relanzamiento pero la redacción ve con temor cualquier reordenación, el trabajo se hace muy cuesta arriba. Le pondré dos ejemplos opuestos: un caso en Latinoamérica (que no citaré por razones obvias), donde presidente y director querían el relanzamiento, pero la mayoría de la redacción, acomodada por años a un trabajo rutinario, se negaba a secundar, eso sí,de forma disimulada, sin colaborar. Al otro extremo se sitúa, y aquí sí puedo citar, el caso del diario Última Hora de Paraguay, donde desde el primero hasta el último de los integrantes de la plantilla creyeron en su futuro y hoy, después de meses de gran trabajo, se convierten en los líderes de su mercado.Ha sido uno de mis trabajos más satisfactorios.

Con la inmediatez que ha derivado de las redes sociales, pareciera que ha quedado de lado la profundidad. ¿Qué tipo de periodismo vendrá?
Yo soy un defensor extremo de la profundidad y no creo que haya descendido la demanda. Por mis sondeos e investigaciones puedo decirle que cuando la profundidad merece la pena, el ciudadano le dedica su tiempo. Ahora bien, si la presunta profundidad es en realidad un fuego de artificio, es normal que los usuarios huyan de la web. Por ahí irá mi intervención en Caracas: “No me lo digas antes, cuéntamelo mejor”.

¿Cómo considera que ha influido el periodismo ciudadano en la manera de contar historias?
Pues mire, igual que le acabo de decir que defiendo hasta el final el periodismo de profundidad, no creo para nada en el llamado periodismo ciudadano, si por tal se entiende que es el ciudadano el que aporta contenidos al medio. Esto es lo de siempre, es decir, que el ciudadano es una fuente que aporta datos al periodista, pero nunca podrá apurar una información como lo hace un profesional. Ahora tiene más medios, sí, porque además de llamar al medio puede enviar fotos y videos pero, insisto, eso no pasa de ser una fuente más. Mejor equipada, pero una fuente más. Para mí el periodismo ciudadano es el que desarrollan los profesionales de la información al servicio único y exclusivo de su comunidad, de sus vecinos, no de los poderes políticos y económicos, que por desgracia es también una práctica casi universal.

¿Qué nuevas narrativas se generan con el periodismo multimedia?
Hay un debate abierto, más académico que profesional, sobre el concepto de nuevas narrativas.A mí, personalmente, los nombres o las definiciones me importan más bien nada. Lo que está ocurriendo, gracias a los avances tecnológicos y de telecomunicaciones, es que el periodista tiene cada vez más y mejores herramientas para enviar su mensaje al receptor. En estos momentos el video sigue siendo el rey de internet, junto a infografía interactiva, y se están dando pasos en busca del video interactivo. Las redacciones son un constante laboratorio de experimentación. La interactividad, cada vez más, se está imponiendo: ahora las retransmisiones en directo de un evento ya es normal que vayan acompañadas de los comentarios de los usuarios a través de su identidad en las redes sociales.

¿Hacia dónde debería reformularse el periodismo en papel?
Es el debate sempiterno. Yo vengo del papel, llevo tinta en las venas, y me duele más que a nadie ver periódicos languideciendo, indecisos y, si se me permite, hasta cobardes. Yo no creo para nada en la muerte del papel, pero está claro que una gran mayoría sigue sin reaccionar. Mi defensa apasionada del periodismo impreso pasa por el destierro de información caducada, de declaraciones interminables, de agenda pública llena de intereses creados y otras metástasis que arrastra desde hace tiempo. Cuando el periódico recupere lo que se espera de él, que es el análisis, el contexto y la profundidad, además de complementarse con la edición digital, entonces volveremos a ver su futuro.

domingo, 16 de mayo de 2010

A la parrilla

A petición del respetable (don Honorato Valcárcel Segurola y otros doce incondicionales más, o menos) repesco la tuiterada que me casqué anoche cuando supe que Su Excelencia, o Ilustrísima, o eso, o sea, el ministro José Blanco, alias Puesandaquetú, había elegido a Belén Esteban para contarle a la España real lo que estaba pasando. Y ya, ya sé que si tu Gobierno va a 'La Noria' a contar sus problemas, tú tienes un problema, por burro.

Pero a lo que iba. Me hice una parrillada televisiva basada en José Blanco, al que no le importa que le llamen en breve y diminuto, amén de un apellido como para jugar con el de otros. Decía (dije) yo anoche, que es lo que quería refrescar don Honorato y otros doce locos, con origen en este @guillermocat:
Así que seguí yo un rato:
  • ¿Hay alguno que no lo esté?
  • ¿Te imaginas al ministro Blanco haciendo su trabajo en vez de machacar al que no es ministro? Guao.
  • El blog del ministro Blanco está en ídem. O peor: tienen comentarios (moderados) de adictos con ganas de tesis. No enlazo.
  • Y Zapatero mañana en El Conciertazo. Envíe 5555 para botar.
  • Y Pajín en Los Mundos de Yupi Yupi
  • Y Mlikito en Sigue habiendo un Circo
  • Y Bibiana presentará Barria Sésama
  • Y Camps saldrá en Saber Vivir
  • Y Garzón en Expediente X
  • Y Uxue Barkos en Vaya Semanita
  • Y Rajoy en Sálvame
  • ...O Garzón en cese i
  • Y Elena en Salgados por la Campana
  • Y Correa en Hay una carta para ti
  • Y nosotros... sin Padre de Familia
  • Lo mejor de no ver la tele es (...¡no vais a creerlo...!) no ver la tele.
Well, don Honorato, espero que al recibo de la presente se encuentre bien en compañía de los suyos. Sálveme.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El socialismo no es esto

Iba a decirlo en Twitter, donde habito más espontáneo, pero para lo de hoy no hay 140 caracteres que puedan comprimir mi cabreo. España lleva metida más de ¡dos años! en un cirio cósmico donde es más difícil defender el sentirse socialista que el sentirse cristiano, que ya es, pero por obra y gracia de la globalización va y lo que ocupa y preocupa a la @peña es que han suspendido de empleo y sueldo a un periodista por llamar hijo de puta a un superior y no retractarse, confundiendo la popularidad con la obediencia debida o la parte por el todo, sin conocimiento de causa y, para qué, saber qué ha pasado. ¡Libera a Barrabás!

Desde el imperio del pan y circo hasta hoy, ¿qué ha cambiado? Pues poco. Bueno, sí: que el pan empieza a escasear, pero el circo es de alta velocidad, instantáneo e interactivo. De tarifa plana. Aquí la economía se va por el desagüe de la mediocridad de unos líderes que fían su continuidad a la fragilidad de la memoria colectiva, a que en segundo de EGB rozaron el notable, a la mentira y al desdecirse sin mover una ceja, mientras el personal está pero que muy tuitpreocupado por el recorte de libertades que supone que una empresa privada decide lo que le brota, y allá su cuenta de resultados. Que no pare el carrusel.

En Twitter, hoy, ha ganado por goleada mi colega #pacogonzalez, que es el circo, mientras mi gobierno era incapaz de decirme por qué se empeña en llamarse #socialista si recorta todo lo social que tiene a mano, improvisa a lo bestia, no tiene rumbo, le enseñan a comer los guiris como en la guardería, le ordenan lo que tiene que hacer y machaca tantos logros como los que recordamos los que tenemos memoria, socialismo, ganas y canas. Lo mejor que hoy le ha pasado a los miembros y miembras de un desmembrado Gobierno es que suspendan a Paco González, al que admiro. Mi @suegro se verá capado en su pensión tras 50 años de trabajo de sol a sol, a mi @suegra le quitarán la ayuda para cambiarle el pañal, @yoallatú veré si cobro pensión pero yo me sentiré contento y agradecido porque Zapatero, que desde el 2004 no gasta ni para café, se recortará el sueldo en 1.200 euros al mes, que es con lo que sueñan ganar al mes cinco millones de españoles.

La globalización y las tecnologías es lo que aportan al alma humana: nada si no hay nada más detrás. Por eso la esperanza sigue intacta.

lunes, 10 de mayo de 2010

Pedro I el Gallardo


Pedro Lozano Bartolozzi no necesita ser conde ni marqués ni mucho menos ir precedido de un don para provocar mi respeto. A Pedro le tuteo porque le reverencio. Y le venero desde aquel invierno de la Pamplona universitaria en blanco y negro cuando le conocí y me enseñó relaciones internacionales, que a la postre son relaciones personales. Yo creo que Pedro nació profesor, pero no estoy seguro, así que no lo publicaré, porque a la vez tengo mis dudas sobre si fue antes profesor o periodista, alma o carne.

Pedro Lozano Bartolozzi, que siempre se hizo tarjetas divertidas (o sea, inteligentes), se presentaba como ingeniero de noticias, creo. Pero qué más da. En esos años de b/n era el delegado en Pamplona de La Gaceta del Norte, que mira por dónde terminaría siendo mi diario, y a la vez enseñaba lo mucho que sabía en esta Universidad de Navarra donde años después la Pamplona ya en color nos ha vuelto a juntar.

Cuenta la leyenda (se non è vero, è ben trovato) que Pedro tenía dos chaquetas, dos paquetes de Ducados y dos cajas de cerillas. En su mesa de Redacción de la plaza Príncipe de Viana dejaba una americana colgada en la silla, una cajetilla y unos mixtos al lado de su Olivetti y se bajaba a la uni a enseñar. El caso es que si alguien preguntaba por él la respuesta, después de mirar a su mesa, era invariablemente: "No sé, pero debe andar por aquí".

Años más tarde, ya licenciado (servidor) volví a coincidir con él en la sede central de La Gaceta en Bilbao. Y una tarde que se bajó a tomar café con alguien volvió cabreao, y contó sus razones: había quedado con una fuente que le iba a contar algo y, como no se conocían, se describieron; Pedro le dijo que entraría en la cafetería con un clavel en la solapa y un ejemplar de El Quijote bajo el brazo; su fuente le dijo que iba de azul marino, con gafas de concha, pañuelo en el bolsillo de la chaqueta y cuatro revistas de actualidad bajo el brazo. "¿Y os encontrasteis?" "Sí." "Entonces, ¿por qué estás mosqueao?" "Porque el tío era negro, lo podía haber dicho".

Desde la izquierda, un catedrático de teorías cósmicas, el receptor de futuras promociones que mola, el chambelán del conde, la guardiana de la finca, el conde propiamente dicho y el embajador del entorno. Foto: Manuel Castells.

Ahora, por lo visto, Pedro ha cumplido algo que no entiendo y va y se retira, después de haber ayudado a fermentar a cuarenta promociones de periodistas, pero dejando a los que vengan al pairo. Y uno, dentro de esa inmadurez que ni siquiera profesores como Pedro consiguió macerar, no puede entender que un sabio como él se jubile. Claro que mucho me temo, y celebro, que le seguiré viendo y gozando. Porque lo que hoy nos ha regalado no ha sido una lección magistral, sino una lección más, una de las suyas. Y para eso hay que tener un don.

sábado, 24 de abril de 2010

Cuajada de ratas

Copio y pego de lo publicado en la web de 98.3 Radio a propósito del Día de ellos/nosotros mismos, celebrado ayer viernes 23 de abril:

En el Día de 98.3 Radio los alumnos de la Facultad de Comunicación fueron los dueños de la antena durante 13 horas de programación. Comenzaron, a partir de las 8 de la mañana con "El informativo de las ocho", y les siguieron varios programas culturales e informativos de cine, naturaleza, información universitaria, etc. hasta las 3 de la tarde.

A partir de tres, la emisora tomó el relevo. En concreto, fue Cristina Viguín y su grupo de alumnos de "Contraportada", un programa de libros que conmemoró el Día del libro, que también se celebraba el 23 de abril.

Una hora más tarde, dieron paso a una edición especial de Cara B, más en directo que nunca. Desde la cafetería del Edificio de Ciencias Sociales, Santi Echevarría y Ana Pérez comandaron este programa único que contó con múltiples actuaciones: los ganadores del Concurso Pop Rock Cantautores de este año, The Coconuts y con los mejores según la audiencia de nuestra web, Azul y Gris, los grupos navarros Innerve, Inocua y El señor Ramón y una jamming sesion que fusionó el tambor africano, la txapalarta y la guitarra eléctrica. Durante el programa, como invitado especial, estuvo el locutor y presentador de "Como lo oyes" de Radio 3, Santiago Alcanda.

El programa de deporte navarro "Con el 9", a las ocho de la tarde, también ofreció una edición especial, ya de vuelta a los estudios. Dos jugadores de Osasuna, Javier Camuñas y Jon Echaide, se enfrentaron a una docena de niños cuyas preguntas no tuvieron que envidiar nada a las de los periodistas profesionales.

La programación se cerró a las 22:00, con una edición especial de "Sanseacabó", de Paco Sancho. Junto con Inma de Reyes y Álvaro Calleja, desgranaron todo lo que había dado de sí el Día de 98.3 Radio, gracias a lo que ellos llamaron "Oficina Oficial de Gazapos".

Y esto es lo que hicimos Inma, Álvaro y servidor:

Sanseacabó Nº 74, emitido por 98.3 Radio






jueves, 8 de abril de 2010

Agregar a Lynch como amigo

El año pasado, por estas fechas, tuve el honor de tutear a uno de los grupos de Proyectos de 4º de Periodismo de mi fcom. Un puñado de cuerdos locos por su profesión, que se tiraron por la ventana de internet para parir el Jacinton Post, una web tan periodística como surrealista, tan profunda como fresca, tan realista como satírica.

En Proyectos yo les pico para que echen a volar toda su creatividad, para que hagan el mejor periodismo, para que contacten con los mejores colaboradores. Y para todo ello hay muy pocas reglas: decir que entre ellas están, inexcusablemente, el respeto a la verdad, el derecho sobre los contenidos, la honestidad y el rigor me parece que sobra, pero va a ser que no.

Un año después de su sobresaliente proyecto, los integrantes del JP se han visto sometidos a un linchamiento público y coreado por obra y gracia de las redes sociales. Resulta que una de las geniales colaboradoras externas del genial JP, de frágil memoria, ha lanzado en su perfil de Facebook una indignada proclama en la que dice que los del JP se apropiaron de sus contenidos sin su consentimiento. Y, en paralelo, envía un correo al contacto de la web en el que le conmina a retirar todo su contenido, so riesgo de enviar a la Guardia Civil a inmovilizar y desactivar a mis retoños licenciados. La cosa no pasaría de anécdota si no fuera porque la presunta perjudicada goza de una merecida y amplia red social, que ha servido para pisotear el trabajo y el honor de un puñado de excelentes nuevos periodistas.

El comentario de la susodicha, en su red social, ha provocado un tsunami de reacciones, de las que extraigo joyas morales y lingüísticas de estos quilates:

A.M.M. Ostiaaaa xxx, que mamones. Supongo que los demás blogs que tiene el tal jacinton, también deben ser robados.

P.K. que fuerteee, vaya morro le echan algunos

M.B.G. La verdad xxx es que la gente tiene muy poca verguenza...

J.Á.G. Ostia, que fuerte!!!

I.L.L. ¡ Impresentables...... como si te tuvieran en nómina !

F.F. k morro el koleguita,,,jajajaajaj,,,:)

J.R.M. i què se puede hacer??? lo boicoteamos o lo hundimos de mensajes??

C.A. Buena idea J.R.M...lo de hundirlos con mensajes me ha encantado...aunque no creo que causemos ningún hundimiento debido al peso de sus conciencias....seguro que enredamos y molestamos un rato...Voto por tu idea...

S.F. Que morro tiene la peña! A bombardearles el blog!

P.G.G. ¡¡La osticalapela!!! q-u-e-f-u-e-r-t-e no se ni como expresarlo.... Lo siento xxx. Tu dirás, estoy a tu disposición para hundirlo si se nos ocurre la manera de hacerlo. Por cierto no se le puede denunciar de alguna manera como a los de blogger?

P.G.G. No me dejaba ver los comentarios y ahora que puedo ya veo que te han aconsejado de todo, tu eres la leche y dominas el medio como naide, lo dicho si necesitas algo ya sabes.... ;)

S.F. Encima el tio tiene montado un emporio de blogs con contenidos de otros, Escolar, Piedrahita! es total!

E.C. Al menos señalan, en el staff, al responsable Paco Sancho: Responsable ante los tribunales de la autoría intelectual de Jacinton Post. psancho@jacintonpost.com

LA AUTORA. Relajemos los pezones chicos! Ya les he mandado el mail de rigor y desde luego lo que no voy a hacer es perder energia con ellos (ya me han robado suficiente). Seguramente nunca reciba respuesta, porque ese sitio está completamente muerto. Así que vamos a dejarlo criando malvas. Gracias a todos por vuestra solidaridad :D

M.O. Que jetas...

I.L. Qué fuerte! y además utilizan tu nombre y se quedan tan campantes. Sabía que es una practica habitual y que además funciona: utilizan tu marca y tratan de dirigir el tráfico a su página, luego ofrecen su espacio de publicidad justificando el tráfico alcanzado y a ganar dinero. Pero este caso es de caraduras. Cómo decís parece que ha dejado de hacerlo pero me parece super fuerte.

A.L.G. Pues sale todo el equipo en: http://www.jacintonpost.com/contacto/ ¿Se atreven a dar la cara?

A.P. Hay que darles duro

S.R. Ke poka vergüenza...

R.A. les damos un susto, xxx??? sólo tienes que decírmelo y tu abogada rottweiller les mete el miedo en el cuerpo a la voz de YA¡¡

L.C. equis consiguió que cerraran uno en donde le hacían lo mismo. Así que dáles duro.

Nunca hubiera traído a este rincón idioteces, irresponsabilidades, atentados ortográficos y carencias culturales y menos aún cerebros planos si no se hubiera puesto en tela de juicio el valor y la integridad de un puñado de nuevos profesionales a los que otro puñado de viejos profesionales nos propusimos enseñarles desde la humildad el valor de la verdad y el veneno de la irresponsabilidad. Esto de inmolar a alguien sin haberle escuchado no viene de internet, ni de los Simpsons. Es una red social.

Por supuesto, conservamos los correos en los que la susodicha daba no solo su consentido sino incluso entusiasta permiso para reproducir su obra en aras del éxito del proyecto, como así fue. Pero lo dicho: qué frágil es la memoria, qué fragil internet, qué frágil la personalidad.