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miércoles, 5 de noviembre de 2008
viernes, 25 de julio de 2008
Rotos y descosidos
La crisis agudiza el ingenio. Adonde no llega la realidad de la nómina lo hace la imaginación del bote de la Primitiva. Pasamos de desvelarnos por un déficit mensual de 440 euros a soñar con que nos toquen 18 millones de eurazos. Aquí los términos medios brillan por su ausencia. A no ser, claro, que el protagonista del cuponazo sea como aquel moroso empedernido al que le tocaron cien millones de pesetas y a la pregunta de los periodistas de que qué iba a hacer con tanto dinero contestó que “pagar a acreedores”. “¿Y el resto?”, insistieron los periodistas. “El resto –dijo sereno–, que espere”.
Los derroteros que está tomando el mercado laboral no dan para coñas, pero esta crisis galopante que existe sin existir, y ante la que José Luis Rodríguez Tancredo se encoge de hombros porque dice que es la fuerza del sino, está propiciando que resucite el ingenio en busca de unos ingresos que ayuden a divisar el día 30. Todo sea por un plato de alubias.
En el renacimiento de la picaresca brilla, con luz propia, el gremio de la brujería, experto en vender ilusión a desencantados y desesperados, ese sector humano que se caracteriza por acudir a Doña Conchi, en las chabolas del extrarradio, para que le estirpe el tumor maligno que los incompetentes médicos le han detectado en el estómago. Qué sabrán ellos. Ay, donde esté doña Conchi y sus ramitas de espliego, que se quite el quirófano; y además tiene tarifas más ajustadas.
A nosotros nos ha vuelto a buzonear el Profesor Musu, con su elegante fotocopia de Word, tranquilizándonos porque ofrece “solución rápida a sus problemas” y además nos ilustra con su currículo: “La Videncia no es un oficio, es un don” y, para rimar, añade en negrita que “No hay problema sin solución”. Bravo por el optimismo. El señor Musu, para convencernos de que sabe lo que se dice, nos explica en la cuartilla: “Gran curandero, soluciona problemas de amor, trabajo, suerte, justicia, fama, exámenes, negocio, mal de ojo, problemas familiares, impotencia sexual, regreso inmediato de la persona amada, ayuda a recuperar lo que se haya perdido, protección del mal con su alta potencia de la magia africana, problemas de alcoholismo, problemas difíciles o graves resueltos en menos de 48 H. Resultados 100% garantizados” y remata semejante ganga, otra vez en negrita: “Mejora su situación económica. Atrae más clientes a su comercio” y ofrece más información de 8 a 21 horas llamando al teléfono tal.
De todas formas, y para los descreídos de la magia, les animo a venderse con humildad, ofreciéndose para todo lo que sea menester con tal de llevar un sobresueldo, o sin sobre, a casa. Tomen ejemplo los angustiados del señor Vargas Vil, que ha grabado esta cuña publicitaria que difunden las emisoras colombianas. Él sí que sabe: honestidad, sinceridad y disposición.
Escuchen:
Los derroteros que está tomando el mercado laboral no dan para coñas, pero esta crisis galopante que existe sin existir, y ante la que José Luis Rodríguez Tancredo se encoge de hombros porque dice que es la fuerza del sino, está propiciando que resucite el ingenio en busca de unos ingresos que ayuden a divisar el día 30. Todo sea por un plato de alubias.

A nosotros nos ha vuelto a buzonear el Profesor Musu, con su elegante fotocopia de Word, tranquilizándonos porque ofrece “solución rápida a sus problemas” y además nos ilustra con su currículo: “La Videncia no es un oficio, es un don” y, para rimar, añade en negrita que “No hay problema sin solución”. Bravo por el optimismo. El señor Musu, para convencernos de que sabe lo que se dice, nos explica en la cuartilla: “Gran curandero, soluciona problemas de amor, trabajo, suerte, justicia, fama, exámenes, negocio, mal de ojo, problemas familiares, impotencia sexual, regreso inmediato de la persona amada, ayuda a recuperar lo que se haya perdido, protección del mal con su alta potencia de la magia africana, problemas de alcoholismo, problemas difíciles o graves resueltos en menos de 48 H. Resultados 100% garantizados” y remata semejante ganga, otra vez en negrita: “Mejora su situación económica. Atrae más clientes a su comercio” y ofrece más información de 8 a 21 horas llamando al teléfono tal.
De todas formas, y para los descreídos de la magia, les animo a venderse con humildad, ofreciéndose para todo lo que sea menester con tal de llevar un sobresueldo, o sin sobre, a casa. Tomen ejemplo los angustiados del señor Vargas Vil, que ha grabado esta cuña publicitaria que difunden las emisoras colombianas. Él sí que sabe: honestidad, sinceridad y disposición.
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martes, 6 de mayo de 2008
Doble

Desde aquello poco me he cebado con el tema, y mira que da. En mi libro sobre periódicos y periodistas, publicado meses antes de esto, recogí varios casos de meteduras antológicas, pero con la única intención de servir como prueba ante mi convencimiento: que el director de la Redacción lo es de todo el periódico, y que de nada sirve decir que "esa página, o esa media, es de los de publi".
Y ahora va y me llega una doble página, servida por otro de mis topos, para repostar. Se trata, como verán, no de una cuestión eminentemente producto de la casualidad, sino de una convicción de fondo. A ver: nunca he entendido (ni espero entender) una línea editorial que defienda valores para los textos periodísticos pero que se desentienda, por ejemplo, de sus mensajes publicitarios. Nunca creeré en un director que jure defender la dignidad de la mujer en sus editoriales pero que sus páginas comerciales están prostituidas. O estamos o no estamos. Hasta creo recordar que en su día escribí sobre un editor de cierto país que se hacía (y se hace) el salvador con un quality paper mientras se llenaba (y se llena) los bolsillos con un mal llamado periódico popular que lo único que vende es un cóctel de sangre y tetas. O estamos o no estamos.
Pero bueno. Aquí lo ¿divertido? es que este periódico mete la pata con premeditación y alevosía: vende la página 34 a ¡su competencia! con un anuncio más que desafortunado, y parece querer enmendar el error publicando en su encarada, la 35, un reportaje de concienciación y compromiso. Resultado: lamentable.
Voy a seguir leyendo La buena prensa para recuperarme de este bajonazo.
jueves, 7 de febrero de 2008
De hojas y propagandas
Como tengo aquí mismo declarada mi incongruencia, voy a dar pruebas de ella: a pesar de haber trabajado un porrón de años en una Hoja del Lunes (y además con momentos muy duros), pocas cosas me ponen más nervioso que el que alguien le llame hoja a una página de periódico (“ese diario lleva cuatro hojas de Nacional”, arggg); y si además hablan de propaganda cuando se refieren a la publicidad, mis casillas se quedan vacías. Aquí no me consuela ni el DRAE que lo parió, por mucho que tenga tales definiciones aceptadas mal que bien. Yo creo que se me disparó la alergia el mismo día en que el orondo gerente de un periódico explicaba a una visita, en medio de la Redacción, el proceso: “Y luego están estos, los periodistas, que son los que llenan con noticias los huecos que quedan libres en las hojas después de pegar la propaganda”.
Más de un periódico se ha dado el batacazo por estar pilotado por lumbreras de la empresa que lo mismo les da vender noticias que ladrillos, servicio público que influencias. El proceso de estos próceres, por lo general, es vender primero los espacios publicitarios y después endosarle a los plumillas la apasionante misión de completar los huecos que queden libres de propaganda en las 32 hojas del imprescindible suplemento ‘Especial sales de baño’. Y, bueno, cuando se trata de suplementos aún tiene un pase, pero es que la técnica se extiende a toda la superficie impresa: “Usted tranquilo, don Gregorio, que nos pone esa media hoja con la propaganda de su constructora y los chavales le entrevistan en la otra media y no, no me dé las gracias, que para eso estamos, y además, mire lo que le digo, si pone la hoja entera, nos olvidamos de sacar nada sobre la vista preliminar que tiene el martes”.
Las relaciones entre el departamento Comercial y la Redacción de cualquier medio suelen ser, digámoslo suavemente, tensas. Y así debe ser, dando por supuesto que unos y otros son la mar de profesionales y solo miran por el bien general de la empresa. Pero, por desgracia, no suele ser así y la batalla se torna cruenta y además breve, porque el ejército comercial casi siempre se merienda a las huestes periodísticas en un plisplás. Cuando hace algún año trabajé como asesor en un diario de una gran ciudad turística, un redactor de Cultura publicó que “Vargas Llosa hablará a las 19:30 horas sobre su última novela en un céntrico hotel”. “Pero hombre –le dije–, con la cantidad de hoteles que hay es de cajón que pongas su nombre porque si no vuelves locos a los que estén interesados en ir”. “Es que no puedo ponerlo –replicó– porque lo tengo prohibido por el gerente”. “¿Qué?”. “Pues que como esa cadena hotelera no se anuncia con nosotros, nosotros no ponemos nunca su nombre”.
La publicidad, en un periódico libre de estas carcomas a las que me refiero (y de otras sobre las que tiempo habrá de abordar), es en sí misma información. Tengo publicado y además requetedicho a los alumnos que, en más ocasiones de las que uno puede imaginar, la publicidad es una pista inagotable para descubrir fascinantes historias de nuestros conciudadanos. Si alguien, por ejemplo, anuncia que traspasa su negocio “céntrico, muy barato, con clientela fija y altos beneficios demostrables”, ¿es que le ha tocado la bonoloto o qué? Por lo menos da para sospechar.
Por ejemplo también: ya dije en su día que siempre me han mosqueado los “brutales descuentos” de “hasta el 70% en todos nuestros artículos”. Yo, de economía, lo justo, pero para mí que si un sofá se puede rebajar de 1.000 a 400 euros es que, antes de la oferta, el comerciante estaba trincando de lo lindo, o por lo menos lo parece. Claro que, más allá de estos ejemplos tan clásicos como habituales, hay otros anuncios puntuales que, tras los consabidos “precios de escándalo”, esconden historias que se adivinan inquietantes.
Se ve que algunos no dudan en mezclar su vida privada con el negocio con tal de sacar la pela. Yo, ya puestos en plan creativo publicitario, me quedo con el ingenio de aquel mesonero de la Ribera navarra que, ante el auge que estaban experimentando en los años 70 los restaurantes de comida rápida al lado de la autopista, no dudó en plantar cara a la advenediza competencia y puso este cartelico en la entrada de su tasca: Se da de comer de repente. Y su vecino, el de los ultramarinos, se pegó a rueda y rotuló este otro en el escaparate de su tienda: Frutas y verduras al dorso.
Más de un periódico se ha dado el batacazo por estar pilotado por lumbreras de la empresa que lo mismo les da vender noticias que ladrillos, servicio público que influencias. El proceso de estos próceres, por lo general, es vender primero los espacios publicitarios y después endosarle a los plumillas la apasionante misión de completar los huecos que queden libres de propaganda en las 32 hojas del imprescindible suplemento ‘Especial sales de baño’. Y, bueno, cuando se trata de suplementos aún tiene un pase, pero es que la técnica se extiende a toda la superficie impresa: “Usted tranquilo, don Gregorio, que nos pone esa media hoja con la propaganda de su constructora y los chavales le entrevistan en la otra media y no, no me dé las gracias, que para eso estamos, y además, mire lo que le digo, si pone la hoja entera, nos olvidamos de sacar nada sobre la vista preliminar que tiene el martes”.
Las relaciones entre el departamento Comercial y la Redacción de cualquier medio suelen ser, digámoslo suavemente, tensas. Y así debe ser, dando por supuesto que unos y otros son la mar de profesionales y solo miran por el bien general de la empresa. Pero, por desgracia, no suele ser así y la batalla se torna cruenta y además breve, porque el ejército comercial casi siempre se merienda a las huestes periodísticas en un plisplás. Cuando hace algún año trabajé como asesor en un diario de una gran ciudad turística, un redactor de Cultura publicó que “Vargas Llosa hablará a las 19:30 horas sobre su última novela en un céntrico hotel”. “Pero hombre –le dije–, con la cantidad de hoteles que hay es de cajón que pongas su nombre porque si no vuelves locos a los que estén interesados en ir”. “Es que no puedo ponerlo –replicó– porque lo tengo prohibido por el gerente”. “¿Qué?”. “Pues que como esa cadena hotelera no se anuncia con nosotros, nosotros no ponemos nunca su nombre”.
La publicidad, en un periódico libre de estas carcomas a las que me refiero (y de otras sobre las que tiempo habrá de abordar), es en sí misma información. Tengo publicado y además requetedicho a los alumnos que, en más ocasiones de las que uno puede imaginar, la publicidad es una pista inagotable para descubrir fascinantes historias de nuestros conciudadanos. Si alguien, por ejemplo, anuncia que traspasa su negocio “céntrico, muy barato, con clientela fija y altos beneficios demostrables”, ¿es que le ha tocado la bonoloto o qué? Por lo menos da para sospechar.
Por ejemplo también: ya dije en su día que siempre me han mosqueado los “brutales descuentos” de “hasta el 70% en todos nuestros artículos”. Yo, de economía, lo justo, pero para mí que si un sofá se puede rebajar de 1.000 a 400 euros es que, antes de la oferta, el comerciante estaba trincando de lo lindo, o por lo menos lo parece. Claro que, más allá de estos ejemplos tan clásicos como habituales, hay otros anuncios puntuales que, tras los consabidos “precios de escándalo”, esconden historias que se adivinan inquietantes.

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martes, 8 de enero de 2008
Una transición inquietante
La cosa comenzó con un contundente “hínchate a marisco” como prolegómeno navideño. Nos lo gritaba el eslogan de una macrosuperficie robotizada para convencernos de que, si les comprábamos a ellos las consolas para entrenar las mentes de los chaveas que no saben hacer la o con un canuto (o sí, si son habilidosos echando el humo), podríamos hartarnos de percebes con lo que nos íbamos a ahorrar. A gastar, pues, en lo que sea, por mucho que sea inútil: para el chaval la Nintendo porque nientiende nientenderá y para la familia el marisco porque de lo que se trata es de reventar, que para eso son las fiestas.
Luego vino el aluvión de anuncios en la tele, en los que no me detendré por ser asunto manido: ya se sabe que la clave para que ellos regalen colonia a ellas es que la actriz diga paegfum y que, para regalar o de coloñ a los maromos, el actor debe mostrar cachas y hasta almohadillas en mar, piscina o bañera (pero siempre a remojo, como con indirecta). La novedad creativa de esta temporada, entre tanto adonis de babel, ha sido para mí la campaña de esa bebida energética que te da alas y que se ha inventado, en un insuperable ejercicio de imaginación de sus creativos, un cuarto Rey Mago para que le regale al Niño unas latas de eso para dar alas a su corte de ángeles, que es por ello que pueden volar. Uau.
Así que nada, chino chano hacia la transición anual sin mayores sobresaltos, hasta que dan las uvas. Y resulta que cuando todos estábamos en la sempiterna discusión sobre “cuidado con los cuartos, que son cuatro y entonces no, que luego hay que empezar”, va y aparece en la tele un tipo con greñas, al que no tengo el gusto, y nos dice que le toca trabajar, que qué le va a hacer, y menciona hasta lo mucho que quiere a su sobrino Manolito, mientras una tarjeta de crédito se come las uvas, que es lo único que le quedaba por arramplarnos en estas presuntas entrañables fiestas.
Bueno, pues a pesar de los pesares, feliz año y todo lo demás. Brindemos. Y, como no salimos de casa, veamos qué grandes espectáculos enlatados echan. Los de siempre, claro, con confetis de chino, público que tiene que hacer como que está en directo y la misma nómina de cantantes y chistosos, que hay que ver lo ágiles que están en una noche tan especial para ir a toda pastilla de unos estudios a otros y sin despeinarse.
Y en una de estas de zapeo va y sale el grupo Chambao con su último éxito, ‘Papeles mojados’. Una canción que, tras un ritmo andalusí, desgrana una letra cuajada de tragedia sobre los inmigrantes africanos que mueren en el mar mientras intentan llegar a España:
Total, que por fin se acercaban los Reyes y uno imaginaba que las cosas irían volviendo a su sitio, pero quiá. De entrada, resulta que al personal se le controla no solo por la Prensa que lleva bajo el brazo, que es lo que manda la tradición ibérica, sino ahora también por quién es el generoso regalador en su hogar, que es de lo que me he enterado por una historia que cuenta mi amigo Ander y que sería para desternillarse si no fuera tan inquietante y cuya lectura recomiendo con fervor.
Pero la puntilla me llegó el 5 de enero, la visperísima. Me escondí en casa para intentar tranquilizarme leyendo los periódicos que acostumbro, a salvo del espionaje de cualquier Prospector, y resulta que fue peor el remedio que la enfermedad: cerré el diario, más inquieto si cabe, nada más ver este titular que acompaño y cuyo texto ya no tuve fuerzas para leer, porque quedaba manifiesta la mayúscula irresponsabilidad mostrada por la Confederación Hidrográfica del Tajo. (Claro que, si alguien tiene fuerzas para leer el texto, puede pinchar en la imagen).
Luego vino el aluvión de anuncios en la tele, en los que no me detendré por ser asunto manido: ya se sabe que la clave para que ellos regalen colonia a ellas es que la actriz diga paegfum y que, para regalar o de coloñ a los maromos, el actor debe mostrar cachas y hasta almohadillas en mar, piscina o bañera (pero siempre a remojo, como con indirecta). La novedad creativa de esta temporada, entre tanto adonis de babel, ha sido para mí la campaña de esa bebida energética que te da alas y que se ha inventado, en un insuperable ejercicio de imaginación de sus creativos, un cuarto Rey Mago para que le regale al Niño unas latas de eso para dar alas a su corte de ángeles, que es por ello que pueden volar. Uau.
Así que nada, chino chano hacia la transición anual sin mayores sobresaltos, hasta que dan las uvas. Y resulta que cuando todos estábamos en la sempiterna discusión sobre “cuidado con los cuartos, que son cuatro y entonces no, que luego hay que empezar”, va y aparece en la tele un tipo con greñas, al que no tengo el gusto, y nos dice que le toca trabajar, que qué le va a hacer, y menciona hasta lo mucho que quiere a su sobrino Manolito, mientras una tarjeta de crédito se come las uvas, que es lo único que le quedaba por arramplarnos en estas presuntas entrañables fiestas.
Bueno, pues a pesar de los pesares, feliz año y todo lo demás. Brindemos. Y, como no salimos de casa, veamos qué grandes espectáculos enlatados echan. Los de siempre, claro, con confetis de chino, público que tiene que hacer como que está en directo y la misma nómina de cantantes y chistosos, que hay que ver lo ágiles que están en una noche tan especial para ir a toda pastilla de unos estudios a otros y sin despeinarse.
Y en una de estas de zapeo va y sale el grupo Chambao con su último éxito, ‘Papeles mojados’. Una canción que, tras un ritmo andalusí, desgrana una letra cuajada de tragedia sobre los inmigrantes africanos que mueren en el mar mientras intentan llegar a España:
Miles de sombras cada noche trae la marea,Pues nada: como la canción invita, el público se pone en pie con sus gorritos de papel y sus matasuegras, lanza el confeti al tuntún y se une en una cadeneta de conga venga a bailar y a lanzar vivas de pura alegría festiva mientras las pateras se van al garete. (Y luego, que nos retiran al embajador).
navegan cargaos de ilusiones que en la orilla se quedan.
Historias del día día, historias de buena gente.
Se juegan la vida cansaos, con hambre y un frío que pela.
Ahogan sus penas con una candela, ponte tú en su lugar,
el miedo que en sus ojos reflejan, la mar se echó a llorar.
Muchos no llegan, se hunden sus sueños
papeles mojaos, papeles sin dueño.
Total, que por fin se acercaban los Reyes y uno imaginaba que las cosas irían volviendo a su sitio, pero quiá. De entrada, resulta que al personal se le controla no solo por la Prensa que lleva bajo el brazo, que es lo que manda la tradición ibérica, sino ahora también por quién es el generoso regalador en su hogar, que es de lo que me he enterado por una historia que cuenta mi amigo Ander y que sería para desternillarse si no fuera tan inquietante y cuya lectura recomiendo con fervor.
Pero la puntilla me llegó el 5 de enero, la visperísima. Me escondí en casa para intentar tranquilizarme leyendo los periódicos que acostumbro, a salvo del espionaje de cualquier Prospector, y resulta que fue peor el remedio que la enfermedad: cerré el diario, más inquieto si cabe, nada más ver este titular que acompaño y cuyo texto ya no tuve fuerzas para leer, porque quedaba manifiesta la mayúscula irresponsabilidad mostrada por la Confederación Hidrográfica del Tajo. (Claro que, si alguien tiene fuerzas para leer el texto, puede pinchar en la imagen).

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jueves, 4 de octubre de 2007
Pasalacabra
–Con la C: reacción que provoca el vídeo de Juventudes Socialistas.
–¿Carcajada?
–No: conmiseración.
–Con la D: el que mezcla churras con merinas.
–¿Divertido?
–No: demagogo.
–Con la P: necesario para defender, a veces, a los socialistas.
–¿Pasión?
–No: paciencia.
–Con la R: condimento imprescindible para la convivencia.
–¿Risas?
–No: respeto.
–Con la S: autores de un vídeo para ridiculizar a la derecha.
–¿Socialistas?
–No: sosos.
–Con la T: identificar a todos los de derechas con el pijerío.
–¿Tablarrasa?
–No: topicazo.
En resumidas cuentas: que si no me gusta lo de Educación para la Ciudadanía es que soy un mojigato de derechas superguay. O tempora, o mores! Además de simples, cursis.
Y una vez expuesto a que me coloquen la etiqueta de Lacoste, me quedo de lejos con esta genial parodia del conocido concurso. Como diría un amigo mío, que no fue educado en la ciudadanía sino en el campo, no se pué contimparar.
–¿Carcajada?
–No: conmiseración.
–Con la D: el que mezcla churras con merinas.
–¿Divertido?
–No: demagogo.
–Con la P: necesario para defender, a veces, a los socialistas.
–¿Pasión?
–No: paciencia.
–Con la R: condimento imprescindible para la convivencia.
–¿Risas?
–No: respeto.
–Con la S: autores de un vídeo para ridiculizar a la derecha.
–¿Socialistas?
–No: sosos.
–Con la T: identificar a todos los de derechas con el pijerío.
–¿Tablarrasa?
–No: topicazo.
En resumidas cuentas: que si no me gusta lo de Educación para la Ciudadanía es que soy un mojigato de derechas superguay. O tempora, o mores! Además de simples, cursis.
Y una vez expuesto a que me coloquen la etiqueta de Lacoste, me quedo de lejos con esta genial parodia del conocido concurso. Como diría un amigo mío, que no fue educado en la ciudadanía sino en el campo, no se pué contimparar.
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lunes, 17 de septiembre de 2007
Vaya tonterío
Una dama se queja, en carta al director que éste destaca con recuadro y todo, de que el anuncio institucional del Gobierno de España ‘Si tú lees ellos leen’ esté protagonizado por el padre: “De nuevo –dice Isabel– es la figura del hombre la que da ejemplo a sus hijos”. Y añade tajante: “El hombre es el único que educa, ¡qué mentira más grande!”. Pues claro que sí, tontina, claro que es mentira.
Venga, tómate algo y cálmate, que vamos a charrar. A ver, ya que vas de políticamente correcta: ¿quién te dice que el otro parental de la chavala no es también maromo, unido en matrimonio al cultivado protagonista? Ah, claro, entonces habría que hacer la versión B del spot para que fueran dos mamás el matrimonio protagonista que educa a sus hijos adoptados o inseminadamente correctos. Claro que, bien mirado, debería contemplarse también entonces la C del travestismo.
Gracias a vigías como vos la publicidad televisiva es, en líneas generales, de un exquisito equilibrio que, aunque más falso que Judas, queda como que muy bien. Ya no hay creativo que se atreva a poner a la señora de la casa al frente del lavavajillas, y si no hay más narices que sacar a mamás dando de merendar a las hijas, pues que éstas sean chinas y no de Torrelodones, para que quede patente su solidaridad y sensibilidad.
Lo que pasa, Isabel, es que mientras te concentras en absurdos rizos de presunta discriminación (¿a qué mente se le ocurre interpretar machismo en el anuncio de marras?), la televisión que educa a tus hijos de 17:30 a 21:00 es un lupanar que, por lo visto y leído, te la trae el pairo. O sea, no importa que el nene (perdón, o la nena) se trague en esos talkshow o como se diga que Fulana fingió embarazo para cazar al futbolista, o que en los culebrones haya más cuernos que en La Maestranza, o que en las toneladas de videojuegos lo importante es matar y no participar, o que los bloques de anuncios de veinte minutos le vuelvan en un imbécil consumidor compulsivo, no.
Supongo que en la cena, cuando hables con ellos y ellas, les filtrarás lo que han absorbido, mientras tu marido, perdón, pareja o parejo, termina de hacer la tortilla. Entonces, supongo, les explicarás también que la violencia de género sí que es masculina y que hay que acabar con tanto machismo y lenguaje sexista.
Di que sí. Yo, en mi condición de periodisto, me he caído del guindo gracias a las instrucciones gubernamentales; fíjate que yo pensaba que toda la violencia era de género (masculino contra femenino, masculino contra masculino, femenino contra masculino, femenino contra femenino, neutro contra neutrex). Pero de todo esto ya he hablado con un buen amigo, que además es colego –y de verdad muy buen persono– y le he dicho a las claras: “Camarado, desde hoy tenemos que ser mejores papós y educar en igualdad a nuestros vástagos y vástagas”. Y, alcanzado el consenso, nos hemos ido de cañas adonde la Mentxu, que las escancia con profesionalidad (iba a decir que las tira de cine, pero ya no me atrevo, por si vas al dire acusándome de subliminal).

Gracias a vigías como vos la publicidad televisiva es, en líneas generales, de un exquisito equilibrio que, aunque más falso que Judas, queda como que muy bien. Ya no hay creativo que se atreva a poner a la señora de la casa al frente del lavavajillas, y si no hay más narices que sacar a mamás dando de merendar a las hijas, pues que éstas sean chinas y no de Torrelodones, para que quede patente su solidaridad y sensibilidad.
Lo que pasa, Isabel, es que mientras te concentras en absurdos rizos de presunta discriminación (¿a qué mente se le ocurre interpretar machismo en el anuncio de marras?), la televisión que educa a tus hijos de 17:30 a 21:00 es un lupanar que, por lo visto y leído, te la trae el pairo. O sea, no importa que el nene (perdón, o la nena) se trague en esos talkshow o como se diga que Fulana fingió embarazo para cazar al futbolista, o que en los culebrones haya más cuernos que en La Maestranza, o que en las toneladas de videojuegos lo importante es matar y no participar, o que los bloques de anuncios de veinte minutos le vuelvan en un imbécil consumidor compulsivo, no.
Supongo que en la cena, cuando hables con ellos y ellas, les filtrarás lo que han absorbido, mientras tu marido, perdón, pareja o parejo, termina de hacer la tortilla. Entonces, supongo, les explicarás también que la violencia de género sí que es masculina y que hay que acabar con tanto machismo y lenguaje sexista.
Di que sí. Yo, en mi condición de periodisto, me he caído del guindo gracias a las instrucciones gubernamentales; fíjate que yo pensaba que toda la violencia era de género (masculino contra femenino, masculino contra masculino, femenino contra masculino, femenino contra femenino, neutro contra neutrex). Pero de todo esto ya he hablado con un buen amigo, que además es colego –y de verdad muy buen persono– y le he dicho a las claras: “Camarado, desde hoy tenemos que ser mejores papós y educar en igualdad a nuestros vástagos y vástagas”. Y, alcanzado el consenso, nos hemos ido de cañas adonde la Mentxu, que las escancia con profesionalidad (iba a decir que las tira de cine, pero ya no me atrevo, por si vas al dire acusándome de subliminal).
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sábado, 31 de marzo de 2007
Juegos peligrosos

Una reunión que va a ser bien difícil de celebrar: resulta que Arkhos Biotech es una empresa ficticia, creada como juego virtual (‘Alternative Reality Games’) en la web de Zona Incerta. (Si entiendes el portugués puedes leer aquí la noticia completa).
Es lo que tiene de histerismo este cibermundo en el que vivimos. Poco a poco vamos confundiendo realidad y ficción. Hay millones de personas que ya se han inventado una segunda vida para hacer con ella lo que no quieren o no se atreven en la real. Esto supera con creces a los conocidos pero mucho menos practicados juegos de rol. Ahora es el totum revolutum, donde ya no sabes si tu vecino de escalera es real o se ha escapado de Matrix.
CITAS PELIGROSAS
Y para cerrar el mes con más sonrisas, os dejo con el anuncio que están pasando estos días por CNN en español. Yo lo titulo 'Ximena con X' y me parece real, muy real...
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viernes, 30 de marzo de 2007
El infierno de la Prensa
Tiene ya un tiempo, algo más de un año, pero me sigue pareciendo buenísimo... y desgraciadamente actual (y lo que te rondaré). Por eso, para recordar los pecados capitales de esta bendita profesión, os invito a ver, o a revisar en su caso, el multipremiado spot del diario Últimas Noticias de Montevideo, Uruguay.
Me encantan las penas eternas impuestas.
Me encantan las penas eternas impuestas.
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domingo, 19 de diciembre de 2004
Otra muestra de mala pata
Una muestra de los fallos a los que están sometidos los medios: El País publicaba (además en domingo, día de máxima difusión) esta página con dos anuncios. Creo que sobran los comentarios (pero si queréis hacerlos, hacedlos).
Bien es cierto que esta página salió así sólo en la edición nacional; alguien debió darse cuenta y en las siguientes ya no se "pegaban" tan sorprendentes reclamos.
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sábado, 6 de diciembre de 2003
Demasiada hipocresía social
Caso 1: La publicidad del tabaco
Aquí la única cuestión es si fumar es legal o no. Y como lo es, porque al Estado le interesa seguir con la montaña de dinero que le proporciona el humo, pues que nos dejen en paz. Las esquelas son de mal gusto, atentan contra la libertad de elección y, además, no sirven para alejarnos del tabaco. Y si van a seguir, exijo que:
::Toda botella de vino y demás alcoholes lleven esquela de chupar puede matar.
::Todo coche salido de fábrica lleve esquela de conducir puede matarle a usted y a los que están cerca de usted.
::Todas las carnicerías tengan esquela en el escaparate de la carne puede producirle graves enfermedades.
Caso 2: La publicidad de la televisión
Algunas asociaciones sociales andan revueltas y exigiendo la retirada de determinados anuncios porque atentan contra la dignidad de las mujeres, de los animales y demás causas. Bien, están en su derecho.
Pero sorprende que no exijan que se retiren los anuncios de...
...ese detergente donde un tontolaba a lo harry potter no hace más que ensuciarse y su madre, subnormal, encantada porque tiene ese detergente que no me acuerdo.
...los osos chupando coca-cola, que seguro les sienta fatal y estamos todos muy sensibles tras lo de copito.
...Y muchos más, casi todos.
Frente a tanta sensibilidad ante unos creativos que la mayoría de las veces hacen maravillas, las asociaciones no dicen ni mu ante la telebasura que nadie retira, ante unos telediarios más manipulados que la fruta en la huerta y ante unos bloques de anuncios que duran más que el programa en el que se emiten.
Aquí la única cuestión es si fumar es legal o no. Y como lo es, porque al Estado le interesa seguir con la montaña de dinero que le proporciona el humo, pues que nos dejen en paz. Las esquelas son de mal gusto, atentan contra la libertad de elección y, además, no sirven para alejarnos del tabaco. Y si van a seguir, exijo que:
::Toda botella de vino y demás alcoholes lleven esquela de chupar puede matar.
::Todo coche salido de fábrica lleve esquela de conducir puede matarle a usted y a los que están cerca de usted.
::Todas las carnicerías tengan esquela en el escaparate de la carne puede producirle graves enfermedades.
Caso 2: La publicidad de la televisión
Algunas asociaciones sociales andan revueltas y exigiendo la retirada de determinados anuncios porque atentan contra la dignidad de las mujeres, de los animales y demás causas. Bien, están en su derecho.
Pero sorprende que no exijan que se retiren los anuncios de...
...ese detergente donde un tontolaba a lo harry potter no hace más que ensuciarse y su madre, subnormal, encantada porque tiene ese detergente que no me acuerdo.
...los osos chupando coca-cola, que seguro les sienta fatal y estamos todos muy sensibles tras lo de copito.
...Y muchos más, casi todos.
Frente a tanta sensibilidad ante unos creativos que la mayoría de las veces hacen maravillas, las asociaciones no dicen ni mu ante la telebasura que nadie retira, ante unos telediarios más manipulados que la fruta en la huerta y ante unos bloques de anuncios que duran más que el programa en el que se emiten.
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