lunes, 6 de octubre de 2008

El ojo ajeno

Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu ojo? (
Mateo 7, 3 )

Dentro de un rato tenemos clase de Diseño periodístico y hoy toca hablar sobre la edición gráfica en Prensa. Así que, entre otras cosas, repasaremos la manipulación fotográfica a través de los tiempos. Llevo material propio preparado, pero enriquecido con el suministrado por Txema y por Hani Farid. Los tres pertenecemos a ese montón de cazadores mediáticos que está a la que salta en, sobre todo, la prensa impresa y la digital. Pero no siempre para cobrar errores, qué va, también para aplaudir logros y aciertos. Y en clase proyectaré un hermoso puñado de gran periodismo gráfico.

Lo que pasa es que lo de los errores y la manipulación tiene más morbo, y debe ser por eso que la tropa apunta(mos) con prioridad a su guarida. A los cazadores de la manipulación se sumó el otro día, como comenté, la edición digital del británico The Daily Telegraph, con un reportaje titulado Doctored photos: 20 memorable picture fakes, en las que repasaba algunas de las imágenes más falsas que judas, muchas de ellas publicadas en medios impresos y digitales en los últimos años. El caso es que, para repasar cosas de clase, me voy al reportaje del Telegraph y me encuentro con que... el enlace no funciona y manda error. A lo mejor es una cosa temporal, pero vive Dios que lo intenté en distintas horas y que si quieres arroz. Y el mosqueo va in crescendo porque, si le metes al buscador del Telegraph doctored photos arroja el reportaje en cuestión como primer resultado de los aproximadamente 280 que tiene absorbidos.

¿Qué habrá pasado? Misterios para el Iker. Lo que ocurre es que es inevitable pasar a ser mal pensado y entrever alguna maniobra en la oscuridad. Así lo deduzco al caer en la cuenta de que, en el top de las fotografías manipuladas, el Telegraph se cuida muy mucho de 'olvidarse' de al menos una en la que el prestigioso rotativo fue protagonista del birlibirloque. En la famosa imagen de la estación de tren recién reventada el 11-M, fotografía de El País que luego se distribuyó por agencia y fue publicada por la mayoría de los periódicos de todo el mundo, se adivinaba la presencia de lo que parecía ser un trozo de cuerpo humano. Con esa imagen, los diarios hicieron juegos malabares para editarla, unos con más acierto que otros, e incluso algunos –pocos– con una manipulación descarada. Y sí, lo han adivinado: entre estos últimos se encontraba The Daily Telegraph.

De todo ello vamos a hablar en clase largo y tendido, pero aquí dejo como aperitivo y entretenimiento general la imagen original, como salió en El País, y otra tal y como fue publicada entre otros por el Telegraph. A ver quién encuentra la diferencia.
La sesión la suelo terminar con una frase algo cursi, pero qué le vamos a hacer, si además a mí me gusta: Photoshop está para mejorar la fotografía, no la realidad.

2 comentarios:

Jurdan dijo...

Me avisa el blogroll y vengo rápido a destapar la diferencia... Hablamos del trozo de cuerpo en el cuadrante inferior izquierdo, ¿no?

Más allá de la cuestión gráfica -que no es menuda-, comentas otro grave "error" que intentan esconder debajo de la alfombra como si no pasara nada: la ocultación de las meteduras de pata (o al menos dificultar el acceso a ellas).

De eso y de más saben bien por determinado diario regional que cuando acudes a su hemeroteca para añadir enlaces que amplíen informaciones actuales, voilà, las noticias que aquellos días ocupaban dobles páginas han desaparecido. Dos pifias en una.

Un saludo.

Unknown dijo...

En El País Semanal de este fin de semana, que tenía un especial sobre moda de otoño -una excusa como otra cualquiera para acabar con un bosque- hablan de Pascal Dangin. Este simpático personaje se dedica, mediante herramientas digitales, a retocar fotografías para embellecer el mundo de la moda. Al parecer la realidad ya no vende. Como dice en la misma revista el director de la revista Esquire "si quieres ver gente real, mira por la ventana" En el mundo de la moda es a lo mejor comprensible, porque vende ficción. Pero la prensa debería "mirar por la ventana"