jueves, 28 de febrero de 2008

La buena prensa

En su libro A arte de fazer um jornal diário, mi amigo Ricardo Noblat, antiguo director de Correio Braziliense y hoy autor del blog político más seguido del Brasil, reflexiona y avisa:
“El periódico no es obra exclusiva de los periodistas. Tanto como nosotros, los lectores son también responsables del buen o mal periodismo que hacemos. Porque ellos tienen el poder, y todo el poder. Pueden comprar un periódico si quieren. Y si quieren, pueden dejar de comprarlo”.
Repesqué este párrafo cuando escribí mi libro, En el corazón del periódico, porque venía al pelo en el capítulo en el que intenté ahondar sobre el papel que un diario, como medio de comunicación, juega en nuestro mundo de hoy. Entre otras cosas, decía (y sigo diciendo):
Que el periódico se publique cada día no significa que cada día comience de cero. Si su objetivo es –que debería ser– el de convertirse en el medio de referencia para su comunidad no puede depender del momento, de lo imprevisto, de lo que suceda (¿y si no sucede nada?).
La franquicia de la Prensa es el análisis, la profundidad y la contextualización, facetas en las que aventaja a los medios audiovisuales, ante los que pierde en inmediatez. Los lectores buscan en el periódico guía, asistencia y ayuda, no sólo hechos.
El que el periódico se proponga trascender las noticias para ayudar al lector a ordenar y entender lo que le rodea no es un objetivo gratuito, ni quijotesco, sino responsable: en una sociedad libre los ciudadanos toman sus decisiones desde la libertad, y la libertad crece en la medida que crece el conocimiento.
Alcanzar ese objetivo pasa necesariamente por huir de la superficialidad y ahondar en la densidad, claridad, precisión y legibilidad de los contenidos. La inflación de informaciones intrascendentes va en detrimento del orden, profundidad, elaboración y descubrimiento de enfoques, hechos y elementos valiosos para los ciudadanos.
El periódico que quiere fortalecer su carácter de referencia presta especial y mayor atención a los problemas de fondo y a las tendencias de la sociedad para realizar, por sistema y con tenacidad, una cobertura más exhaustiva y rigurosa de los temas que descubre como importantes. Desarrolla un periodismo que de forma constante:
1) Selecciona y destila los hechos relevantes.
2) Profundiza, contextualiza y da razón de las noticias, en lugar de presentarlas de forma aislada, y las complementa para presentarlas al lector con todas sus aristas. Los hechos, así, siempre aparecen en un contexto inteligible y lógico.
3)Ayuda al lector a actuar en la vida pública y en su vida privada.
En definitiva, practica un periodismo que no se conforma con presentar instantáneas noticiosas sino que proyecta toda la secuencia informativa.
La realidad es que, en la blogosfera, estamos acostumbrados a ver reflejos de mal periodismo, de meteduras de pata, de risas. Y reconozco que yo soy de los que cae en la tentación porque, si errare humanum est, reírse de los yerros ajenos alcanza la categoría de pasatiempo nacional. Pero bien es cierto que sería de fábula el poder contar con más blogs que se dedicasen a propagar las excelencias que los periódicos saben hacer. Me encantaría leer un blog serio (que no aburrido) que se enfocara en la buena prensa.

9 comentarios:

Nahum dijo...

"En el corazón del periódico". Un best-seller sin paliativos, Don Francisco, un best-seller.

¿Para cuándo el próximo? ¿Quizá un título del tipo "En el corazón del corto. Mi experiencia en el cine", algo que mezcle autobiografía y ensayo, no sé.

Yo también espero como agua de mayo ese blog que nos cuente la buena prensa...

Ander Izagirre dijo...

¡Que viene, que viene!

Anónimo dijo...

Alguien ha tomado buena nota de la petición de Pacotto, porque...

labuenaprensa.blogspot.com

Promete. Poco a poco, puede convertirse en un blog imprescindible para ver y hablar de buen periodismo. Que buena falta hace.

Anónimo dijo...

Paco: Precisamente acabo de descubrir un blog recién sacado del horno que habla de esa "buena prensa". La dirección es www.labuenaprensa.blogspot.com

A ver si te gusta. Me ha gustado esepcialmente el diseño de la cabecera. ¿Quién lo habrá hecho?

Anónimo dijo...

Qué ojo tengo, esta mañana he pensado: Esa cabecera... esas letrajas pacosanchianas (¡a ver si renovamos, Paco, que siempre andas con la misma tipografía a vueltas!)

Bueno, saludos a todos y mucho ánimo con vuestras nuevas empresas.

Paco Sancho dijo...

Caravi, que tengo un estilo, vale. Pero dime quién no tiene un sello, empezando por vuecencia (y me vale cine, música, tipografía, pintura, arquitectura y lo que quieras, por no mencionar a diseñadores gráficos de piñón fijo).
Yo no creo que el problema esté en la renovación sino en la comunicación. Y si algo (me parece) funciona, ¿para qué mudar?
Adivina la tipografía de mi blog y la de La buena prensa y, si aciertas, tienes premio. Y no, no es la misma, Guttenburgui.

Anónimo dijo...

Sí, señor, todos tenemos estilo. Un sello. Yo mismo soy un obsesivo. Lo confieso y cada vez más maniático.
Estoy de acuerdo con todo, salvo en una cosa:
"Y si algo (me parece) funciona, ¿para qué mudar?"

Respuesta a la pregunta: Sí y no. Ni lo niego, ni lo afirmo. Es el argumento del inmovilismo, del estatismo. Si hiciésemos ese argumento categórico nada cambiaría. No habría cambios en el arte, la tecnología, el cine, la música, arquitectura, pintura, la ciencia, la medicina, en lo que quieras.

Y sí, el problema está en la comunicación, en el sentido de que no todo funciona para comunicar diferentes cosas. El diario Qué no puede tener la misma tipografía que El País.

Cómo te picas y... cómo me picas. Cómo sabes. La miraré. Te diré que creo que he escrito con esa tipografía (profesionalmente) en un periódico. Y te diré que me recuerda a una variante de la Georgia. Y te diré que ya han cambiado la cabecera de La buena prensa (o Txema u Octópodo, ahora dudo) así que o me la pasas para que las coteje o tengo difícil ganar la apuesta... que intentaré pelearla.

Abrazo.

Paco Sancho dijo...

La de este rincón es Nimrod. La de la buena prensa era Utopía.

Anónimo dijo...

¡Oye! ¡¡No me has dado tiempo!!
Nimrod y Utopía. Qué míticas. Jesús Zorrilla nos inició en ese arte. Le gustaban.

¿Puede ser que en el Noticias tuviesen una de esas dos para los titulares de reportajes?