A él le va algo que a mí no me va, por eso creo que tiene más valor (para él, claro): eso de investigar en plan académico lo que no pasa de ser mundo real (para mí, claro) es lo que tiene. Quédense con estas caras de quien es, ha sido y será ad aeternum un grandísimo profesor de Periodismo. Ahora que se va a cascar mes y medio aprendiendo y enseñando en Brasil (onde o sol calienta de frente... e de perfil –Luthiers–), no me queda más que decirle: yo soy parte de la historia que les contarás a tus nietos, aquella de cuando "iba a Barcelona a enseñarles a unos señores que todo comenzó cuando comprendí que el periodismo era mi zzzzzzzz".
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3 comentarios:
¡Hurra!
Conocí al profesor, se lo merece que sí. Pero me alarman los procesos que usan en su país para dar los honores, vamos si he entendido los post anteriores a los que dirigirse. Enhorabuena a usted por su blog que he descubierto acá en Venezuela y un saludo a mis hermanos en la madre Patria.
Ya le he dado la enhorabuena por correo-e. El me ha respondido dándome la envidia desde Salvador de Bahía. Ahora llaman "trabajar" a cualquier cosa, jeje.
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