El lema de la ciudad de São Paulo, tiene narices, es la frase latina Non Ducor, Duco [No soy conducido, conduzco]. Ja. Esta mañana, que ha llegado con un buen aguacero, los atascos de tráfico alcanzaban los 166 kilómetros, que se dice pronto. Pero aquí nadie se pone nervioso porque están acostumbrados a un ritmo de vida al son del tra-tra, que es el de quienes consumen su vida entre el tráfico y el trabajo. Un amigo madrileño me decía, hace bien poco, que estaba feliz porque desde su nueva casa sólo tardaba hora y cuarto hasta la oficina. Wao. Pero esto, a mis pares de esta macrourbe (la tercera del planeta), no les hubiera provocado ni una mueca. Aquí hay que tener cuidado cuando te dicen "vamos a almorzar aquí cerca" porque se te hace de noche en el trayecto. Eso sí: lo que tiene de bueno mientras estás contribuyendo al monumental atasco es que puedes respirar.
Porque el sino del paulistano es éste:
a) si llueve, se lanza con su coche a la ciudad a sabiendas de que va a ser uno de los millones atrapados en un caos circulatorio indescriptible pero, eso sí, con un ambiente respirable porque el agua ha arrastrado las toneladas de porquería ambiental;
b) si hay bochorno, utiliza a lo mejor otros medios de transporte y por tanto se suavizan los atascos pero, claro, casi no puede respirar por la macropolución que como una boina corona la ciudad.
Prometí pruebas del cof-cof de São Paulo y aquí traigo una contundente, gracias a mi compadre Armando, que me hace llegar la portada del diario 'O Estado de S. Paulo', de hace pocos días, ilustrada con esta expresiva imagen cuyo pie reza: "Éste es el aire que el paulistano respira". [Si quieres ver la foto más grandecica, haz clic en ella]. Con ese pie, poco comentario se puede añadir, creo.
Así que el paulistano se levanta cada mañana y tiene que pensar, antes de correr las cortinas para ver qué tiempo hace, si ese día prefiere asfixiarse yendo ligerito a su destino o respirar amuermado en medio de una caravana de chapas mientras se entretiene estudiando el ric-rac de su limpiaparabrisas. Menudo dilema.
POSDATA.- Incorporo al apartado de pruebas la foto de portada de hoy (sábado) del mismo periódico, OESP. El pie dice que la lluvia en vísperas de un puente prolongado provocó el mayor atasco del año en São Paulo con retenciones de hasta 166 kilómetros (¿veis cómo no me invento nada?), cuando la media a esas horas de la mañana de un día "normal" es de "sólo" 94 kilómetros...
Pero, que conste (y aprovecho el añadido para constatarlo), los paulistanos están felices con la belleza caótica de su ciudad. [Una aclaración para quienes pinchen en el enlace anterior: allí se habla de diez millones de habitantes, pero aquí todos hablan de veinte, porque suman todo el cinturón del llamado Grande São Paulo y que son, a la postre, las almas que conviven aquí día a día, todos los días].
4 comentarios:
Buenas Don Sancho (me suena mejor que Don Francisco...)
Grandioso lema el de los paulistanos que, por cierto, y teniendo reciente el Dia del Libro, me hace recordar una famosa cita de Santa Teresa de Jesús: "Lee y conducirás, no leas y serás conducido". A mi querida Toletum, y esto sí es para quejarse, le han puesto "ciudad 5 estrellas", cómo la cerveza. Spanish creativity. En fin... felicidades por el blog!
(Primero y por favor, ningún don en ningún sentido)
Toletum debe reivindicarse y no caer en esa p punto m punto de eslogan de todo a cien. La creatividad española es altísima porque es una cultura que sabe de dónde viene, aunque no sepa adónde debería ir en este momento.
Y, lo principal: me gusta que te guste este blog. Por eso lo construyo, para divertirme y para divertire.
El 23 de abrli es, debería ser, nuestro principal día.
Con el don no quería ofender; ídem con la creatividad, que no hablaba de un modo genérico, pero es que últimamente hay algún que otro eslogan... irritaciones mías, je je. Reitero mis felicitaciones y siga así (de bien, claro). Y páselo bien por aquellas tierras.
Tudo que foi escrito é verdadeiro. Porém uma metrópolis desse porte, têm muito mais a oferecer e muito mais à descobrir. O transito em N.Y. ou em Tokio, não é tão melhor.
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