sábado, 8 de diciembre de 2007

Tener reflejos

La ciudad vieja reflejada en la ciudad nueva. Foto de Lejana y editada por Servidor.

Cuentan que Enrique Jardiel Poncela, o Miguel Mihura, que lo mismo da, fue detenido en la aduana de los Estados Unidos por contestar con un depende a la absurda pregunta de si venía con intención de matar al presidente. En el interrogatorio al que fue sometido por los poligringos de grandes culos burgerking se explicó: "En principio no tengo nada contra él, pero si es él el que viene a por mí, me defenderé".

En aquellos tiempos lejanos en los que sí daba gusto escuchar los debates en el Congreso, un diputado republicano increpó a su adversario cedista por su postura conservadora diciéndole que "claro, qué menos se podía esperar de un señorito que usa calzoncillos de seda", a lo que el aludido respondió a botepronto: "Lamento que la esposa de su señoría sea tan indiscreta".

Tener reflejos no es estar a la defensiva (o sea, no contestar al saludo "¡Cómo estás!" con un "¡Pues anda que tú!") sino despierto. Cuentan también que un alumno aprobaba todo en los exámenes orales, y a pesar de no pegar ni chapa, porque siempre dejaba en fuera de juego a sus profes; pasó Religión, por ejemplo, tras este breve ejercicio mental:
Profesor: A ver, Jacinto, primera pregunta: ¿el Padre es Dios?
Alumno: ¿El Padre de quién?
Hoy es notario en Logroño. El alumno.

Pero, ojo. Tener reflejos no significa ser más listo que el otro porque puedes pasarte de listo. Mi amigo Anselmo, sin ir más lejos, fue descalificado por arrancar antes del pistoletazo de salida. Llegaba un lunes a la Facultad y nuestro compañero Gabriel, algo trapajoso en el hablar, se interesó por su escapada donostiarra:
–Hom...bre, Ansel...mo. ¿Qué, qué tal por Sanse...
–¡Genial! Estuvimos de marcha sin parar, nos dio tiempo a hacer surf, a ir de pintxos por el Casco, a visitar los museos aunque no te lo creas, otra vez de callejeo... ¡Una gozada!
–...bastián?

Creo que tener reflejos es fundamental en esta vida: para saber hablar y para saber callar. Y por supuesto, para saber mirar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífica foto, sin mas. Bueno, también me he reido.