viernes, 20 de febrero de 2009

La Edad de Carbón

¿Se arreglará la administración de Justicia con una huelga de sus togados titulares? Va a ser que no. Si ustedes han visitado los juzgados aunque solo sea por cuestiones, digamos, burocráticas, se habrán percatado de que siguen en la Edad de Carbón. Los expedientes se abren a golpe de teclear la olivetti, con papel carbón para tres copias, y archivadores de esos A-Z que llenan estanterías hasta agobiar. Los sumarios son eternos y parece existir una competición encubierta para ver quién llena más folios a base de gerundios (del tipo habiendo y considerando), de modo que el récord debe andar por los doce mil folios para instruir el misterioso caso del insulto a un ciclista por la acera.

Los juzgados se quedaron dormidos en el siglo XIX y a lo peor la culpa es de la famosa "entre todos la mataron y ella sola se murió", pero lo cierto es que se respira naftalina y da muy mala espina porque parecen prisioneros del pasado. Hace muy pocos años, cuando los teléfonos móviles comenzaron a ser de uso corriente, tuve que acudir a un juzgado con varios familiares para unas gestiones, y nos encontramos con que en su entrada habían clavado un cartel que rezaba: 'Prohibido entrar con móviles'. Y mi cuñada, que es muy avispada, soltó a bote pronto: "Bueno, espero que a los sospechosos les dejen entrar por lo menos con coartada".

Si la Justicia, ya de por sí, lleva tiempo oliendo a naftalina, solo faltaba el episodio del ministro de la cosa, Fernández Bermejo, yéndose de cacería (de animales) con el omnipresente juez Garzón, justo cuando éste presentaba su tradicional Colección de Invierno, este año a cargo de modelos del Partido Popular en la pasarela. Si en otras temporadas se decantó por los socialistas, o por las víctimas de la guerra civil, en esta ocasión ha preferido los tonos genoveses para volver a las portadas de los periódicos.

En fin, recapitulemos: estamos ante la misteriosa historia de un ministro que se va a pegar tiros sin licencia y lo hace junto a un juez que a las pocas horas ya está instruyendo sumarios contra la oposición. A mí, como supongo que a muchos, desde el primer momento me recordó a esa España de pandereta tan bien retratada por Berlanga en "La escopeta nacional". Lo que pasa es que, encima, el diario catalán La Vanguardia ha descubierto que en una escena de esa genial película estrenada hace nada menos que 32 años, ya aparecían bermejos y ministros. ¿Casualidad? Puede ser, pero no tiene desperdicio.

Post Emisión: El juez Garzón, hospitalizado por una crisis de ansiedad

Sanseacabó Nº 42, emitido por 98.3 Radio






1 comentario:

El antihéroe dijo...

La diferencia es que La escopeta nacional nos arranca una sonrisa y lo de Bermejo y la justicia da pena. Este señor ministro no ha hecho nada desde que le nombraron como azote de la oposición -no parece ostentar otro cargo, si eso de cazador del Reyno-. Dan igual los motivos de la huelga, se necesitan soluciones en los juzgados ya.

Lo de Garzón es parecido. Da igual que busque las portadas si pilla a los malos. Lo que muchos nos preguntamos es si no habrá más jueces.