sábado, 8 de marzo de 2008

Reflexión

Hoy sábado he recibido un correo de un amigo que vive en Pamplona, en el que entre otras cosas colaba alguna reflexión que necesito publicar:
Me he acordado de ti porque esta mañana, al pasar a recoger a M., me he cruzado con Uxue Barkos y su marido.
Lo que más gracia me hace es que no lleva escolta. Justo al pasar a recoger a M., bajaba de su casa el concejal Iribas (son vecinos de edificio), un tipo con cuatro o cinco churumbeles, una esposa que trabaja en [xxx] y... ¡¡dos pedazos de guardaespaldas!!
Algo falla cuando un concejal mindundi tiene que salir de su edificio como si esto fuera Vietnam y la otra va paseando tranquilamente por la misma calle.
En fin, es mi reflexión del día de reflexión. Hay hijos de la ira, sí, pero también mucho hijo de p. que se aprovecha del miedo que otros causan.
Un abrazo ciudadano.
P.D. He vuelto a escuchar tu podcast: tu mejor entonación, la más sincera. Quizá sea eso, Pacotto.
No voy a poner enlaces a Barkos ni a Iribas, pero el lector inquieto encontrará sus perfiles con ayuda del Gran Hermano.

Mis tres certezas, a estas horas de la previa:
  1. Tengo muy claro a quién no voy a votar mañana.
  2. No tengo nada claro a quién voy a votar mañana.
  3. Tengo muy claro, siempre lo he tenido, que mañana voy a votar.
Buenas noches, y buena suerte.
(Por si alguien se confunde: esta frase de despedida y que siento propia es de mi admirado Edward Murrow, no de quien se la apropió en un debate millonario).

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Si dos más dos fuesen cuatro en este caso, si todo fuese así de fácil, quizás no tendríamos este quiste crónico y endémico, este mal que nos carcome y arranca vidas de cuajo. Quizás si todo es así de simple, todo habría terminado ya. O no habría empezado. O habría acabado peor. Es mi reflexión.

Te escribo desde el "mañana", de madrugada (4:22h), desvelado todavía. Dándo vueltas en la cama, pasando hojas de libros, inquieto. Hoy votaré. Por supuesto. No nos podemos permitir no ir a las urnas. Pero desde el viernes sigo inquieto, sacudido.

En Mondragón-Arrasate se volvieron a abrir de nuevo las entrañas de ese averno que conocemos desde hace demasiados años, lo volvimos a ver como siempre (conocemos tan bien este infierno que podríamos ponerle Denominación de Origen) y nos asomamos a él con renovada desesperación. A mí todo esto me quita bastante el sueño y me causa un profundo pesar y malestar. De verdad.

ASí que prefiero no juzgar quiénes son los que se aprovechan o se dejan de aprovechar del miedo que otros causan. O los que se aprovechan más. O los que son más mentirosos. O si la defensa de unas ideas u otras de forma siempre pacífica y escrupulosamente democrática resulta que las vamos a medir con diferente rasero. O si las vamos a pesar a granel. No, creo que no es esa la reflexión. Al menos para mí.

Y eso que nunca nos haremos cargo real, por más que queramos, de lo que supone ir todos los días con nuestra intimidad velada por dos "acompañantes" o tener la sospecha constante de que cualquier día alguien nos llamará la atención por la espalda y será la última. Es fácil solidarizarse, pero imposible tener presente ese pensamiento todos los días de nuestra vida. Todos y cada uno de nuestros días amenazados. A ver quién se atreve a frivolizar con ese pensamiento.

En fin. Buena suerte y ánimo.

P.D.: NO sé si te lo habrán contado ya, pero el día terminó en APOT con desalojo por amenaza. No pasó nada, pero no sería la primera vez. Ni la del edificio ni la mía.

P.D.: Y si te sirve de consuelo tienes más de dos docenas de papeletas entre las que escoger. El voto siempre es útil.

Anónimo dijo...

Añado: Quizás no he sido suficientemente claro. Sí, algo falla. Pero debe haber una reflexión más profunda, menos reducionista y simple, más honesta.

Anónimo dijo...

"A ver quién se atreve a frivolizar con ese pensamiento".

El viernes, cuando me disponía a volver de Pamplona a Donostia, escuché a dos chavales que rondarían la veintena hablar en la estación de autobuses:

- ¿Sabes que ha habido atentau?

- Espero que no nos paren en el camino.

Yo esperaba que nos pararan treinta, cuarenta, cincuenta veces, nos registraran hasta los calzoncillos, nos revisaran los deneís y nos tiraran a los chuchos encima, para que rastrearan el olor de una nueve milímetros. Y todo por que esos hijos de la ira (por no calificarlos como acertadamente lo hizo la hija de Isaías Carrasco) acabaran cuanto antes ante el juez.

No nos pararon.

Un profesor de ética de mi ikastola se alegraba al vernos debatir acaloradamente ante cualquier tema. Entendía que quienes defendíamos nuestras ideas con palabras jamás recurriríamos a la violencia.

El 11 de marzo de 2004 tuvimos un largo debate. Se había convocado, a raíz de los atentados, una marcha desde el campus de la UPV (justo debajo de mi ikastola, a 5 minutos de paseo) hasta el consistorio donostiarra, donde tendría lugar una concentración.

El debate, decía, fue largo, también tenso. Algunos insistían en saber cuál era, de haberla, el lema de la marcha. Condicionaban su asistencia al contenido de la pancarta.

Ahora iré a votar. Por convicción y porque algunos pretenden apoderarse del recurso democrático de la abstención.

Estoy con caravinagre: debe haber una rflexión más profunda. Incluso diría que las reflexiones simplistas nos llevan a soluciones reducidas. La cuestión no está tanto en que el terrorista no pueda matar, sino que no quiera matar, no apetezca matar. Evitar que pueda asesinar salva muchas vidas, pero no todas.

El problema está en que, como decía mi profesor de ética, quienes hablan, quienes reflexionan, no recurren a la violencia extrema. O dicho sea de otro modo: quienes matan no pueden recurrir a la reflexión. Si ETA no reflexiona seguiremos en las mismas.

Paco Sancho dijo...

No creo que sea una reflexión que reduzca, sino una realidad. Mientras un solo ciudadano necesite que le protejan por sus ideas es que hay una profunda, profundísima desigualdad social.

La reflexión profunda es que hoy, domingo, más de uno no irá a votar, no por convicción, no porque llueva, sino porque le da miedo que le vean votando. Los hijos de la ira no se presentan a las elecciones pero las vigilan.

Mikel: hablando de reflexiones profundas: el terrorista nunca querrá dejar de matar porque no sabe (ni quiere) hacer otra cosa.

Ahora mismo me acuerdo de una historieta del genial Quino (el papi de Mafalda):
En un poblado prehistórico, tres tipos enormes, vestidos con pieles y armados con estacas, se acercan a un ciudadanico y el dicen:
–Nosotros hacer encuesta para gran jefe de tribu y tener orden de respetar tus ideas. ¿Qué pensar tú de gran jefe de tribu?
–¡Que ser un mamut!
Y los tres cavernícolas lo muelen a palos. Al terminar, el que le había preguntado se lo aclara:
–Nosotros tener orden de respetar tus ideas, no tu persona.

Anónimo dijo...

Grandes y extensos pensamientos. En la vida soy práctico y para mí la cuestión es que todo asesino por el mero hecho der serlo es incapaz de reflexionar. Si alguna vez llegara a ser capaz de mirar en su interior y de llegar a la reflexión, no hubiera sido un asesino sea de Eta, los Grapo, el Gal, las FARC, la yihad o el envoltorio que pongamos.
Pero me parece igualmente triste, de vomitivo que haya gente ciega, que no vea el daño enorme, gigante irreparable, que conlleva defender y 'justificar' un asesinato. ¿Qué idea política, qué proyecto territorial, ideológico o lo que se quiera tiene derecho a arrancar la vida de alguien, a destrozar a una familia para siempre?
A veces pienso que si fuera político les daría a estos o a los que fueran un pedazo de tierra en el desierto del Gobbi, que monten su nación-estado o lo que les dé la gana, que nos dejen en paz, que nos dejen vivir o, simplemente y con perdón, que se vayan a la mierda.
Spider

Anónimo dijo...

Spider: Ninguno. Creo que sólo soy inflexible en este pensamiento: Jamás y de ninguna manera, ni en ningún lugar la muerte tiene justificación de ningún tipo. Soy radical en este sentido.

Paco, precisamente un pensamiento me ha inundado justo en el instante de salir de casa y bajar a votar. El pensamiento de que no sólo que estos "hijos de la ira" se apropian del discurso del abstencionismo, sino que además es fácil saber (identificar) al que va o no va a votar hoy. Escalofriante. Mucha gente habrá tenido miedo también de ser firme y desmarcarse o reafirmarse.

Mikel, es cierta una cosa. Es fundamental. Lo abominable de toda esta historia, lo que más me estremece es que haya gente que crea que es legítimo, bueno o lícito asesinar. Que lo piense de verdad. Que se acuesten con ese pensamiento. Ese es nuestro cáncer. Y lo que hay que erradicar también es eso, que a nadie, absolutamente a nadie, en nuestra comunidad/país/municipio/etc se le antoje ese pensamiento jamás. Sólo así acabará aquí y en cualquier parte. Esa es una cuestión de fondo. Eso me atormenta. Es monstruoso convivir con gente que le seduce esa idea. ASí, no sólo es el asesino o el envoltorio, sino la posibilidad de serlo, de que alguien coquetee con la idea en la intimidad.

La participación aumenta en Navarra, según los últimos datos.

P.D.: Spider, creo que vi una pregunta tuya en un chat con candidatos en el Diario.

Ander Izagirre dijo...

Paco, no me convence que se critique a un político por el hecho de que no necesite llevar guardaespaldas. Creo que no se le puede achacar a nadie el hecho de no estar amenazado, porque no son las amenazas de Eta las que dan legitimidad democrática a nadie. Otra cosa distinta es que ese político tenga un comportamiento criticable, perjudicial para los amenazados, insolidario, indiferente... Entonces, sin ninguna duda, leña. Pero la crítica debe ir por ahí: qué hace o qué no hace Uxue Barkos para ayudar a los amenazados como Iribas. Eso es lo que se debe juzgar.
Un saludo.

Paco Sancho dijo...

Será que me he expresado mal. Dios me libre de apuntar a nadie siquiera con el dedo. Pero iba por donde vas tú: si quien vive libre ve a un paisano amenazado y no hace nada comienza a ser responsable; y no es necesario que sea político, ni pretendo criticar a ningún político. Mi amigo habla de una escena "cotidiana", de vecindario, y eso me dice solo que Iribas (al que ni conozco ni voto) no puede hacer otra cosa que protegerse porque algo (y álguienes) falla. En mi anterior contestación escribí, a idea, desigualdad social, nada más ni nada menos.
A lo mejor se hubiera entendido mejor si en mi transcripción hubiera omitido los nombres de los protagonistas de la escena. Nada más lejos de mi intención que hacer política. Me conformaba con retratar el lado oscuro de mi entorno.

Ander Izagirre dijo...

Coincido contigo por completo, Paco.

Lo único que me chirriaba un poco era esa frase de "lo que más gracia me hace es que no lleva escolta". Sonaba a reproche por no estar amenazado. Quizá Barkos sea responsable de otras cosas, pero desde luego no de que Iribas lleve escolta.

Y volviendo al lado oscuro y a las miserias morales del entorno, hoy me ha entristecido muchísimo que Osasuna no se atreviera a guardar un minuto de silencio o que en San Mamés la banda de desgraciados de siempre lo reventara. Y lo que más me ha desmoralizado ha sido leer las opiniones en el foro de El Correo: muchísima gente consideraba que guardar ese minuto de silencio en San Mamés era política y que el Athletic no se tenía que meter en eso. Matan a un señor y dicen que es política. Siento pena, asco, desesperanza y un hastío enorme.

Paco Sancho dijo...

Como siempre, me quitas las palabras.

Paco Sancho dijo...

Pero espera. Ahora que lo pienso: la esperanza, no, Ander, que no nos la quite nadie. No les demos esa esperanza a los hijos de la ira.

Anónimo dijo...

Ander, no nos caigamos del guindo. Todo el mundo conoce que el coeficiente intelectual de mucha gente que puebla los fondos de buena parte de los estadios de fútbol de este país y de la mayor parte de Europa deja mucho que desear, por un lado y por otro. El fútbol es el opio del pueblo, el tema de conversación en la barra del bar los siete días de la semana y el medio natural de esa banda de gente mierdosa llamados ultras.
Y los minutos de silencio en los estadios de fútbol, lejos de ser un acto de respeto, han sido siempre y son el mejor escaparate para demostrar quién es más tarugo. Es penoso, da asco y desespera pero es lo que hay, y me parece que nadie lo va a cambiar.
**
P.d. Caravinagre, error. Yo no participo en esos bodrios que monta el periódico con los candidatos, me dan alergia.


Spider

Nahum dijo...

Quizá ponga algo de discordancia y discordia en su post, Don Francisco:

A mí me pasa que me cruzaba muchas mañanas con Patxi Zabaleta, exdirigente de HB, fundador de Aralar. Andaba tranquilo, cogía el autobús, leía el periódico sin el retrovisor del miedo.

Yo sí creo que existe cierto reproche en el hecho de que Uxue Barkos no lleve escolta, don Francisco.

En todo caso, me explicaré e intentaré medir mi razonamiento.

En un lugar donde son las ideas las que viajan con escolta, algo debe de hacer mal una representante política si quienes asesinan ciertas ideas democráticas no la han tomado también con ella.

Por supuesto, con esto no quiero decir que el hecho de que un tipo del PP o del PSN lleve escolta sea culpa de la líder de NaBai. ¡Ni mucho menos! Ahí coincido plenamente con Ander. Solo que quizá NaBai no ha sido suficientemente contundente contra los terroristas (o su entorno); que quizá comparta ciertos fines aunque deteste los medios; que quizá haya tenido acuerdos políticos en ciertos ayuntamientos con el brazo político de los terroristas; que quizá anteponga la supuesta existencia de un supuesto conflicto político (esos conflictos políticos que son esencia de cualquier democracia) al verdadero conflicto: que a conciudadanos suyos los matan por pensar diferente...

Se pueden buscar varias razones y creo que algunas de ellas sí que están en la base de las reglas del juego democrático. De ahí mi reproche (o al menos mi sorpresa) a que NaBai no lleve escolta: hay cuestiones básicas -prepolíticas- que en un lugar donde reina el terror y no existe la plena libertad de expresión o de pensamiento deberían anteponerse a cualesquiera otras.

Y me reengancho al ejemplo de Ander con San Mamés y con Osasuna. A mí también me ha causado asco: como si matar a un ciudadano por sus ideas (ser socialista, considerarse tan vasco como español, etc.) fuera una cuestión política. ¡NO! Es algo anterior a la política, algo fundamentador de la democracia, una cuestión moral...

En el décimo aniversario de la muerte de Gregorio Ordóñez (ex fcom, por cierto), Antxon Urrusolo hizo un vídeo que comenzaba con un debate en las elecciones autonómicas del 94 (si no me falla la memoria). Los tres participantes eran Goyo Ordóñez, Fernando Buesa y Joseba Egibar. 6 años después solo quedaba vivo (y sin escolta) uno de los tres. No, claro que Egibar no tuvo nada que ver con el asesinato de sus adversarios políticos, pero no deja de chirriarme que a unos los maten y a otros, como mucho, los increpen cuando se hacen con la alcaldía de Lizartza. Algo falla.

Es el manido poema de Brecht: "Primero vinieron a por los constitucionalistas, pero como yo no lo era..."

Ignoro las razones exactas por las que Uxue Barkos o Patxi Zabaleta no lleven escolta. Lo que sí tengo claro es que, en ese caso, su primera misión como políticos democráticos es hacer todo, todo, todo lo posible para que sus adversarios políticos compitan en igualdad de condiciones que ellos. Las carreteras, las opciones lingüísticas, el derecho foral, la trucha de Corella en extinción o el vallado de los Sanfermines deberían quedar relegadas hasta que no se solucione esa desigualdad de condiciones. Todo debería quedar relegado hasta que defender unas ideas democráticas deje de conllevar una sentencia de muerte "in pectore".

Y cuando eso se arregle, entonces jugamos el partido de todo lo demás: once contra once, sin el árbitro comprado y las porterías del rival más grandes.

Ése es mi reproche, Don Francisco.

Ander Izagirre dijo...

Muy bueno, Nahum. Por eso se te echaba de menos en la blogosfera.

Anónimo dijo...

Siento haber polemizado, pero lo único que tenía era un enorme pesar y un gran dolor. Y un descomunal hastío, una desesperanza profunda. Estoy bastante afectado.

"Paco, no me convence que se critique a un político por el hecho de que no necesite llevar guardaespaldas. Creo que no se le puede achacar a nadie el hecho de no estar amenazado, porque no son las amenazas de Eta las que dan legitimidad democrática a nadie." [Ander] Adscribo al 100%.

"En mi anterior contestación escribí, a idea, desigualdad social, nada más ni nada menos." [Paco] Totalmente de acuerdo, una profunda desigualdad.

Y sí, "su primera misión como políticos democráticos es hacer todo, todo, todo lo posible para que sus adversarios políticos compitan en igualdad de condiciones que ellos." [Nahum]. De acuerdo.
Aunque NO podemos permitir tampoco a los hombres del seso de pólvora que la trucha de Corella se muera, las carreteras no se construyan o los modelos lingüísticos no se desarrollen por su antojo. La prioridad es la que señalas, pero debemos avanzar en el resto, por convicción y valentía.

Es muy cruel también hacer complice a quién no lo es o sacar rédito de la memoria de las víctimas. Por eso dije que no se puede frivolizar con la idea de que una persona tenga todos los días de su existencia amenazados. De la misma manera que la que no haga todo lo que esté en su mano para evitarlo, deberá cargar con ese peso.

P.D.: Spider es que vi a otro 'Spider' preguntando. Perdón por la confusión.

P.D.2: "que quizá comparta ciertos fines aunque deteste los medios". Entonces, ¿el fin los convierte también en criminales? ¿Se contagian acaso? ¿aunque no sólo detesten los medios sino que los repugnen y los combatan? ¿Se convierte en ilegítimo? ¿Entonces cuál es la lección democrática que debemos aprender de todo esto...?
Creo que he expresado antes que la brutalidad de todo esto es que alguien coquetee en la intimidad con la posibilidad de utilizar la violencia, así que la pedagogía que tenemos que hacer en nuestra sociedad es erradicar la posibilidad de que a nadie se le pase por la cabeza ser violento. Y que cualquier opción que respete escrupulosamente los derechos humanos podrá ser defendida por medios pacíficos y democráticos. La desgracia, la mayor carga que llevamos a la espalda y arrastramos hacia el futuro es esa: que alguien pueda pensar mañana (y hoy) que es legítimo matar. Que existe alguna excusa aquí o en cualquierlugar del mundo. Esa es la tragedia. El germen al que hay que erradicar. Ese pensamiento es el que engendra el desastre.