sábado, 28 de marzo de 2009

Los fariseos salen a la luz


A los sabios de turno, al parecer cada día más desocupados, no se les ha ocurrido otra cosa que proponer un apagón mundial, de una hora de duración, como protesta contra el cambio climático. Y a mí, les soy sincero, este tipo de acciones, que florecen como churros (y más con la llegada de las redes sociales) me parecen una solemne bobada.

Vamos a ver: mi tesis es que cada uno ya debería estar lo suficientemente educadito como para saber lo que es el despilfarro, o sea, para salir de casa después de cerrar el grifo. Pero en el supuesto de que no fuera así, ¿qué se consigue con una acción de sesenta minutos si luego cada cual sigue a su bola?

Me parece que es tan absurdo intentar matar moscas a cañonazos como pretender hundir un buque a perdigonadas. Y así vemos, en un telediario sí y en el otro también, cómo los gobiernos no se ponen ni por asomo de acuerdo en cuestiones capitales como son el protocolo de Kioto, los niveles de emisión de CO2 o la contaminación industrial mastodóntica, y resulta que si yo apago mi luz una hora, el planeta tiene futuro.

En España, la campaña del apagón general está previsto para el sábado 28 de marzo, de ocho y media a nueve y media de la tarde, y ya me perdonarán si por poco se me escapa la carcajada. ¿Qué por qué precisamente de ocho y media a nueve y media de la tarde? ¿No tendrá algo que ver que justo media hora después, a partir de las diez de la noche, televisan el partido de fútbol España-Turquía? Pues eso, ¿por qué no proponen el apagón de diez a once, que parece más normal? Pues yo les diré por qué: porque en estefariseísmo entran también las cadenas de televisión, que apoyan iniciativas como ésta pero, eso sí, siempre fuera de los horarios que para ellos son perjudiciales.

Sanseacabó Nº 47, emitido por 98.3 Radio






2 comentarios:

El antihéroe dijo...

Motaegi ya lo ha dicho: Encender y apagar las luces sale mucho más caro que mantenerlas encendidas. ¿En qué piensan los que deberían pensar?

Jurdan dijo...

En hacer cualquier cosa menos pensar.