lunes, 14 de julio de 2008

...¡Pero no tan fuerte, joer!


Lo de titular Agárrate fuerte a mí, Pamplona era un simple juego de palabras pero va la ciudad y se lo toma en serio. Hoy, 14 de julio, tocaría titular esta entrada con un Pobre de mí o algo parecido. Claro que, bien pensado, también podría. Pero no, no porque llevaría a la confusión; una cosa es compadecerse a uno mismo porque se acaban las fiestas de San Fermín y otra es lamentarse porque le han aguado la fiesta con un reventón del 9, de madrugada y a los pies de casa.

Hará cosa de un mes que terminaron de torturarnos durante otro mes, a esos pies de casa, con la típica obra urbana que levanta el suelo, encuentra la cañería y a reemplazarla, con su consiguiente concierto de palas excavadoras, martillos neumáticos y taladrazos a partir de las 08:00 a.m. La contaminación acústica vino acompañada de su correspondiente contaminación física: “Mañana, día tal, se cortará el agua de 08:00 a 14:00 horas. Disculpen las molestias”, decía un cartelito que aparecía cada dos por tres en el portal. Y hombre, uno, como es cristiano, la primera vez les disculpa, pero a partir de la cuarta el acto de perdonar requiere cierto grado de santidad.

Bueno, pues nada, que en esas estábamos cuando hoy, de madrugada y cuando uno andaba concentrado en rendirse al primer sueño, va la cañería y patapumba. La que se ha montado… un estruendo del carajo y el agua hacia arriba y a lo bestia. Los vecinos hemos bajado medio en bata y allí no había, de momento, nadie. Todos llamando a Emergencias y la amable señorita, al parecer encantada de tener turno nocturno en fiestas, contestando con un cansino “que síííí, que ya lo sabemoooos”. Y al rato que llegan para tomar medidas de manual: que nos apartemos, que hay peligro. “¿Peligro aquí? –le digo al agente–, pues imagínese ahí arriba, donde duermo, justo encima del boquete”. Y él, profesional, me razona: “Apártese”.

Al cabo de la hora y media, por fin han cortado el agua –¡argg! Me está bien empleado por no disculparles siempre las molestias– y han aparecido las primeras cuadrillas de operarios que mayormente se supone que entienden de esa problemática. “¿Van arreglarlo ya?”, le pregunto al que parece capataz. “No, esta noche no”, me dice y, al ver mi cara de asombro, me explica: “Es que si empezamos ahora los vecinos nos denuncian por ruidos”. Y ante semejante remolino grouchiano en el que me veo (yo mismo llamando a los bomberos para que arreglen un estropicio para a continuación yo mismo llamar a la Policía para denunciarlos), decido que lo mejor es subir a casa e intentar dormir. Pero no lo consigo.

Bueno, vale, al final lo escribiré: pobre de mí.

3 comentarios:

Luisgui dijo...

Municipal= Funcionario vitalicio, por lo general vago, creído, que si te la puede meter te la mete (multas especialmente) y cuyo grado de consideración con el ciudadano oscila entre el 0 y el - infinito. Toda queja, necesidad o duda del contribuyente implica pensar, eso equivale a trabajar, supone un problema. Y no están programados para eso. Su primer y único mandamiento es complicaciones las justas. O no?

Jurdan dijo...

Vaya, Paco, eso sí que es acabar bien las fiestas... Mientras te secas, te paso dos pantallazos encontrados ayer y hoy. El primero es literalmente escelente, mientras que el segundo va de olores.

Un saludo.

Nico Sangrador dijo...

Ya se podría haber roto hace nueve días para el "no seas rata, que el agua está barata" del chupinazo...