Esta noche me estoy perdiendo el cóctel, digo la presentación del libro en el que se recoge el mejor diseño periodístico del año en España y Portugal. Un libro eminentemente gráfico, con reproducciones de lo mejorcico (o por lo menos premiado por nosotros) que se publica en esta península. Como no llego, por lo menos comparto con los lectores de este rincón el minitexto que, como miembro del jurado, escribí y que si no me lo han censurado (es broma, Javier), dice tal que así:
Aquí estoy, en primera línea del jurado, dispuesto a jugármela eligiendo a los ganadores. Sólo con ver la calidad de mis compañeros me tranquilizo... o me pongo más nervioso. O yo qué sé.
Falta explorar másSupongo que tendré huecos para escribir desde allí, pero por si acaso aconsejo consultar el programa [PDF] porque es sabrosón de verdad. Me atrae, sobre todo, el fuego cruzado que se adivina entre el papel y la web; entre medios rivales y complementarios; entre convergencia o trincheras separadas. El viernes moderaré, si soy capaz, una mesa redonda de primera división que, bajo el título (ahí es nada) 'Por qué se rediseñan los diarios. Presente y futuro de la prensa de papel y del soporte digital', reunirá a estos ocho fieras: Ignacio Escolar, director de Público, España; José Manuel Fernandes, director de Público, Portugal; José Antich, director de La Vanguardia, España; Juan Varela, director de adn.es, España; José Antonio Carrizosa, director de Publicaciones del Grupo Joly, España; José Manuel Calvo, subdirector de El País, España; Eduardo Inda, director de Marca, España; y Mario Tascón, director de Contenidos de Prisacom, España.Sobre las largas mesas de la Facultad hemos visto miles de páginas. Lo más duro, para un jurado novato como yo, ha sido decidir en poco tiempo si cada trabajo que tenía delante “valía o no valía”. ¿Puedo, en segundos, valorar las horas de trabajo que se encierran en cada trozo de papel? Lo más sensato es abstraerse y concentrarse en las bases. Con ese prisma, y poco a poco, han comenzado a relucir unos más que otros. El hecho, además, de ser diez personas –bien distintas en su forma de ser y de percibir– las que votan da cierta tranquilidad y seguridad de que los juicios finales son lo suficientemente sensatos.La sensación que me queda, sin embargo, es la de no haber visto grandes obras rompedoras. Los periódicos, todavía, tienen mucho que explorar para situarse como deben en el escenario de la comunicación del siglo XXI: los códigos han cambiado, la sociedad receptora de mensajes poco tiene que ver con la de no hace ni una década y, sin embargo, da la sensación de que los periódicos siguen enfrascados en los mismos esquemas de hace años; por decirlo suavemente, sí es cierto que evolucionan, pero no revolucionan y, a lo mejor, es eso lo que está esperando una sociedad cada vez más “empantallada”. Ojalá entremos de una vez por todas en un nuevo mundo para los periódicos.
Si salgo vivo de ésta prometo contarlo.
2 comentarios:
Curiosa moda en los títulos de los congresos. En Donosti están celebrando ahora mismito uno que se llama "LO MEJOR DE la gastronomía".
De Barcelona para Barcelona:
-El Páis, que bonito oiga. ¡Y que bien le queda la tilde!
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