Estos son los infames hechos, contrastados por los periodistas de investigación de ERP, que han dejado a La mirada en una incomprensible cuneta artística, cuando remoza maestría en cada uno de sus fotogramas:
A Javier Romero, el director, se le insinuó que si iba a hacer compañía a la Clínica a uno de los miembros del jurado, recién operado de una rodilla, “tendría posibilidades”.Y del elenco artístico ya hablaremos, porque ésa es otra: toneladas de talento que un jurado de incompetentes ha pretendido tirar por el retrete sin darse cuenta del daño que estaban causando al crecimiento de la Humanidad.
José Manuel López, ayudante de Dirección, descubrió atónito que su tarjeta no le daba acceso a Bibliotecas justo después de decirle a ‘alguien’ que estaba segurísimo de que la competición iba a ser limpia.
Con Ana Fernández, la productora, fueron directamente al grano: número de cuenta y cantidad a ingresar.
El caso de Álvaro Bonet, director de Fotografía, es más espeluznante: un pariente de un jurado le aseguró que si digitalizaba todos los negativos que su familia tenía de sus vacaciones desde 1962 “el premio tendría muchas posibilidades”.
María Jesús Escobedo, directora artística, tuvo que escuchar de un miembro del jurado domiciliado en Madrid: “Chus, oyes, que por qué no vienes, cenamos y te cuento la mecánica de las votaciones”.
A Javier Loza, el editor, un profesor le propuso repintar las paredes grises de fcom en un tono más vivo como “un gesto que tendríamos sin duda en cuenta”.
Inma Barrio, responsable de Sonido, se hizo la sorda cuando otro miembro del jurado domiciliado en Barcelona le dijo: “Inma, va, que por qué no vienes, cenamos y hablamos de bandas sonoras o de cuando yo estudié allí”.
A Borja Álvarez, director de Cámara, algún miembro del jurado le llegó a confesar que no sabía qué pintaba en el jurado, si desde 1998 estaba ciego por un accidente pero que como le seguían llamando todos los años le daba corte negarles la ilusión.
Al ayudante de Borja, Manuel de Llera, le llegó un SMS de llamada oculta desde un edificio que no revelamos (vale: Bibliotecas): “+pasta o kput”.
Daniel García, de Música, se sorprendió cuando, tras rechazar amablemente la petición de un primo lejano de Chenoa para incluir uno de sus temas en La mirada, le dijera: “Como quieras, pero que sepas que tengo amigos en Bibliotecas”.
Carme Raventós y Maite Izrdiaga, de Iluminación, tuvieron en sus manos la nominación de haber aceptado ser las canguros de los niños de determinado señor durante las Navidades.
Y hablando de Navidad: Oiana Goienetxe y Marta Delapeña, responsables de Maquillaje y Peluquería, tendrían (sic) “dorsal de ganadoras” si pasaban la previa de Nochebuena en casa de un jurado de Sevilla “arreglando a mi señora”.
Michelle Beneke, script, tuvo una oferta tentadora: si le recordaba durante un semestre a un profesor dónde había dejado la clase del día anterior “tu peli tiene opciones a los osos, o no, ah, sí, a esos premios del de Mafalda en los que creo que estoy juzgando”.
Patricio Asensi, pertiguista, no fue tentado porque todos los miembros del jurado, tan doctos, entendían que aquí votaban a cineastas, no a olimpistas.
Señoras y señores, juzguen ustedes mismos si no están ante una auténtica obra de arte a la que se le han robado todas las posibilidades por culpa de un puñado de… en fin, no quiero llorar. Disfruten de La mirada.
Para entenderme mejor:
5 comentarios:
Magnífico, Don Francisco, espléndido.
Pero se ha olvidado usted de mencionar la integridad de los actores, sobre todo los secundarios, que también sufrieron una presión enorme.
Cuente, cuente, Don Francisco, cuente las presiones sufridas por la web fcom que usted comanda.
Cuando Pacotto temga un rato, ya me explicará el guión de La mirada. No entendí nada de nada.
¡JURADO MANIPULACIÓN!
¡LA MIRADA NOMINACCIÓN!
Insisto: no entiendo nada. Con argumentos como este, no me extraña que la peña prefiera a Stallone.
Quizás el problema es que hay gente que sólo puede entender los argumentos de Stallone. Digo yo, vaya.
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