Que haga clic el que no tenga en su entorno a un querido encefaloplano empeñado en enviarle powerpoints con frases de felicidad sobre postales de enamorados. Que levante la mano el que no mataría a ese primo que cree que nos descubre el mundo con los powerpoints del machismo o de cualquier tontería que te hace derrapar un cuarto de hora todas las mañanas y total para nada. Pero es mi primo y no voy a cortarle, aunque maldita la gracia sus chorradicas.
Puestos a hacer cadenas, y a ver si pico, me quedo enamorado de los ciudadanosdeuropadeleste que me inundan con mensajes de que, como soy cliente de Caja Madrid, que no lo soy, debo revisar mi cuenta para no perder mis fondos. El mensaje es desternillante, en español de robot y de partirse, con enlaces falsos y todo a la vista; o sea, para no picar, pero resulta que el timo de la estampita era, y es, efectivo. Yo siempre contesto con números y cuentas, a ver qué pasa. Y nada, tú.
Internet, como era de suponer, es abono para cadenas solidarias: unas malas de narices y otras buenas, de esas que avalaría Dersú Uzalá. A la gente buena me remito cuando acepto ser incluido en una cadeneta bloguera que alguien llama solidaria pero que, gracias a Dios, más de uno matiza como humana hoguera vanidosa de ciberamiguetes en la que, llegado el caso, ponemos la mano en el fuego como seguidores de buenos comunicadores y a los que encima quiero. Así, de carambola, veo que este rincón ha sido marcado por alguien con síntomas de un indicio de algo que está sucediendo o va a suceder.
Como le quiero, lo acepto. El problema surge cuando, para seguir el juego, tengo que marcar a mis recomendados porque, aunque yerno de relojero, voy siempre retrasado: como diría Ander, así a topa tolondro, todos los que tenía en mente ya tienen su club de fans. O sea que sólo me queda desnudarme, no recomendar blogs al tuntún y confesar que vivo profesionalmente de Ramón y de José Luis, aunque también visito a menudo a Lucía y a Rosa (cuando no habla de toros sino de todos); necesito dosis de nueva música cuando mi fundamental Sinco se digna actualizar sus entradas, o saber qué se cuece en las alturas del montañismo literario con la más fea del lugar, por no citar a mi añorado Nahum neoyorquino que está pronto al regreso y del que me siento bastante responsable por haberle tirado a la piscinosfera y sin flotador.
Pero...
...Pero la blogosfera tiene un antes y un después. Los citados, como otros muchos que me dejo en el tintero (y a los que pido disculpas), poco tienen que hacer frente a un personaje que nació al cibermundo en agosto de 2006. Desde entonces, y ya son quince meses, su blog es un referente imprescindible en el que los mensajes profesionales se mezclan con los personales y con los vitales sin solución de continuidad. Estoy tan, pero tan dependiente de este blog que me siento incapaz de arrancar un solo día de mi vida sin antes haber leído su mensaje cotidiano y puntual: cada jornada marca una senda, una contraseña, una clave fundamental para desenvolverse sin tropiezos en la selva vital.
Incomprensiblemente, su eco no llega todavía a los grandes centros decisorios, ni figura en clasificaciones de sitios fundamentales para entender el devenir personal y social de cada uno. Inaudito. Yo, personalmente y en lo más profundo de mi ser, soy otro desde que conocí su blog y, aunque adictivo, me siento en la obligación de compartirlo con todos los visitantes de este rincón, aun sabiendo que cambiará sus vidas como lo hizo con la mía:
EL BLOG DE PAWI
4 comentarios:
¡Es usted un cachondo, Don Francisco!
Yo ya me he quedado cautivado por el Blog de Pawi. Tiene usted razón: marca un antes y un después.
Y por cierto, me empujó usted a la piscina y ahora ya nunca pasa por mi txoko para dejarme recados sobre mi forma de nadar.
Solo entra para recoger premios...
Gracias por el cariño, que lo sabes de ida y vuelta. Por cierto, en Maquetadores de Paco Oca hay una referencia a tu galería fotográfica sobre los ÑH04, post en el 26-N. Abrazos.
El blog de Pawi es cojonudo a nivel de blog. ¿Vas contando cuántos picamos, Paco? ¿Nos lo dirás?
A mi el blog de Pawi me ha parecido una obra renacentista. ¿Y qué decir de Pawi?
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