viernes, 12 de febrero de 2010

El laberinto del goya

El cine español, ya saben, es esa industria que hay que consumir por decreto, guste o no guste, porque para eso está subvencionado. Aquí se concede pasta para producir dramas rurales en la España de la posguerra y cosas así, que encima hay que proyectar sí o sí en salas comerciales para frenar a tanto Spielberg y Cameron. Pues vale.

Aunque no, no vale. Al cine se va por placer y no para sentirse acongojado a contemplar los fantasmas que arrastra desde la infancia cualquier director atormentado. Pero esa es otra historia y aquí no vamos a meternos en profundidades, porque no da tiempo.

Para ser justos, también se hacen películas de calidad, de esas que no necesitan subvención porque tienen talento por arrobas, y el público responde de una forma espontánea. Entre los nominados a los Goya de este año yo tengo debilidad por una película genial, fresca y divertida: sí, Cher Amí está nominada como mejor película de animación y, aunque a priori poco tiene que hacer frente a la favorita Planet 51, estoy pero que muy orgulloso de esta cinta de calidad en la que ha participado de forma muy activa la productora Euroview, de la Universidad de Navarra, y un buen puñado de alumnos y graduados de su Facultad de Comunicación. Los grandes profesionales del mañana se siguen formando hoy aquí, ya sea frente a una cámara de cine, un plató de televisión o en unos estudios de radio. Pero bueno, tampoco sé por qué digo todo esto, si cualquier persona con dos dedos de frente seguro que ya lo sabe… siempre y cuando, claro, no estemos frente a un alien.

Sanseacabó Nº 71, emitido por 98.3 Radio






1 comentario:

Nahum dijo...

Brillante D. Francisco. Cuando leo cosas así, no dejo de pensar que habría que cambiar el sentido de la palabra "subvención".