viernes, 30 de noviembre de 2007

El puente sobre el trío Guay

Estamos construyendo nuestro anual puente sobre el trío Guay, que son Saturnino, Francisco Javier e Inmaculada quienes, con ayuda de la Constitución, nos levantan a los contribuyentes forales una estructura festiva resistente a calendarios laborales y a lo que le echen. Un puente que une y aúna a todos los navarros y que no hay jabato que se atreva a suprimir. Y si no, escuchen lo que ocurrió la única vez que alguien de Madrid se acercó a Pamplona con la intención de acabar con tanto día festivo.
Sanseacabó Nº 7, semana 48 de 2007, emitido por 98.3 Radio

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miércoles, 28 de noviembre de 2007

Un blog imprescindible

Que haga clic el que no tenga en su entorno a un querido encefaloplano empeñado en enviarle powerpoints con frases de felicidad sobre postales de enamorados. Que levante la mano el que no mataría a ese primo que cree que nos descubre el mundo con los powerpoints del machismo o de cualquier tontería que te hace derrapar un cuarto de hora todas las mañanas y total para nada. Pero es mi primo y no voy a cortarle, aunque maldita la gracia sus chorradicas.

Puestos a hacer cadenas, y a ver si pico, me quedo enamorado de los ciudadanosdeuropadeleste que me inundan con mensajes de que, como soy cliente de Caja Madrid, que no lo soy, debo revisar mi cuenta para no perder mis fondos. El mensaje es desternillante, en español de robot y de partirse, con enlaces falsos y todo a la vista; o sea, para no picar, pero resulta que el timo de la estampita era, y es, efectivo. Yo siempre contesto con números y cuentas, a ver qué pasa. Y nada, tú.

Internet, como era de suponer, es abono para cadenas solidarias: unas malas de narices y otras buenas, de esas que avalaría Dersú Uzalá. A la gente buena me remito cuando acepto ser incluido en una cadeneta bloguera que alguien llama solidaria pero que, gracias a Dios, más de uno matiza como humana hoguera vanidosa de ciberamiguetes en la que, llegado el caso, ponemos la mano en el fuego como seguidores de buenos comunicadores y a los que encima quiero. Así, de carambola, veo que este rincón ha sido marcado por alguien con síntomas de un indicio de algo que está sucediendo o va a suceder.

Como le quiero, lo acepto. El problema surge cuando, para seguir el juego, tengo que marcar a mis recomendados porque, aunque yerno de relojero, voy siempre retrasado: como diría Ander, así a topa tolondro, todos los que tenía en mente ya tienen su club de fans. O sea que sólo me queda desnudarme, no recomendar blogs al tuntún y confesar que vivo profesionalmente de Ramón y de José Luis, aunque también visito a menudo a Lucía y a Rosa (cuando no habla de toros sino de todos); necesito dosis de nueva música cuando mi fundamental Sinco se digna actualizar sus entradas, o saber qué se cuece en las alturas del montañismo literario con la más fea del lugar, por no citar a mi añorado Nahum neoyorquino que está pronto al regreso y del que me siento bastante responsable por haberle tirado a la piscinosfera y sin flotador.

Pero...

...Pero la blogosfera tiene un antes y un después. Los citados, como otros muchos que me dejo en el tintero (y a los que pido disculpas), poco tienen que hacer frente a un personaje que nació al cibermundo en agosto de 2006. Desde entonces, y ya son quince meses, su blog es un referente imprescindible en el que los mensajes profesionales se mezclan con los personales y con los vitales sin solución de continuidad. Estoy tan, pero tan dependiente de este blog que me siento incapaz de arrancar un solo día de mi vida sin antes haber leído su mensaje cotidiano y puntual: cada jornada marca una senda, una contraseña, una clave fundamental para desenvolverse sin tropiezos en la selva vital.

Incomprensiblemente, su eco no llega todavía a los grandes centros decisorios, ni figura en clasificaciones de sitios fundamentales para entender el devenir personal y social de cada uno. Inaudito. Yo, personalmente y en lo más profundo de mi ser, soy otro desde que conocí su blog y, aunque adictivo, me siento en la obligación de compartirlo con todos los visitantes de este rincón, aun sabiendo que cambiará sus vidas como lo hizo con la mía:
EL BLOG DE PAWI

domingo, 25 de noviembre de 2007

Periodistas de papel

Capítulo II del ÑH04

En una de las cabezadas que eché en el avión con el que regresaba de Barcelona, ayer de madrugón, me vi como el protagonista de saben aquel que diu que iba un tío por la autopista a toda pastilla y en sentido contrario, haciendo slalom para esquivar a todos los que venían de frente, cuando escuchó por la radio: “Interrumpimos nuestra programación para dar un aviso urgente a los usuarios de la autopista: tengan mucho cuidado porque hay un loco que va en dirección contraria”, y el tío pensó: “Joer uno… ¡pero si son cientos!”.

Y no es broma porque, cuando me desperté, el dinosaurio todavía estaba allí. Oído lo oído en el Congreso de Barcelona (se puede repasar el programa en este PDF), casi todos los gigantes representantes de la Prensa impresa regional y nacional de este país siguen sin ver (o lo que es peor: querer ver) el tsunami digital que tienen enfrente y, en resumen, parecen pensar que es una leve brisa que les pasará de costado sin apenas despeinar. Así que entonces, como cien mil moscas no pueden equivocarse, me pongo a asumir que soy yo el que va contracorriente, de los pocos que cree que es tal el autismo de los periodistas de papel que los medios digitales los sumirá si no espabilan.

Los caballeros de la mesa redonda alargada. José Manuel Calvo, subdirector de El País; José Antonio Carrizosa, director de Publicaciones del Grupo Joly; Jordi Juan, director adjunto de La Vanguardia; servidor; Mario Tascón, director de Contenidos de Prisacom; y Jose Manuel Fernandes, director de Público (Portugal). Foto: Desaparecido.

Hemos estado hablando, como ya dije, de rediseños periodísticos pero también del presente y futuro del periodismo impreso y digital. Sobre el papel, ha sido un año de pequeños/grandes cambios estéticos, empezando por El País, Marca y La Vanguardia pero también de otros poderosos como Diario de Navarra o el macro Grupo Joly andaluz. Vale. ¿Y para qué la evolución? ¿Para qué rediseñar los periódicos? Pues yo suponía que para crecer, para ganar liderazgo, para arrasar, para apasionar a los lectores existentes e hipnotizar a los futuros; pero… no. Por lo escuchado, los cambios han obedecido, por este orden: a) para 'Virgencita, que me quede como estoy' –o sea, dejar de perder lectores y sobre todo compradores–; b) para 'no lo sé, a mí me dijeron que cambiara la tipografía'; c) para tranquilizar a la acomodada Redacción, de forma que los cambios fueran tan imperceptibles como para convencerles de que no iban a tener que trabajar más, distinto y mejor.

Si a esto le sumo que de convergencia de Redacciones, de sinergias, de oportunidades de multidifusión de mensajes lo más profundo que escuché es que, en un diario, los jefes del papel y de la web se sientan cerca para intentar averiguar qué carajo hacen uno y otro, apaga y vámonos. Bueno, ahora que lo pienso, hay un pensamiento que creo que lo resume todo (se dice el mensaje pero no el mensajero, pero es un periodista que manda muy mucho en un muy grande periódico): “Vivimos momentos de grandes dudas ante unos cambios que nadie sabe muy bien hacia dónde nos llevan”. Hombre, no lo sabrá él, ni su medio, pero yo por lo menos ya sé que para él y otros muchos voy en dirección contraria.

Lo más deprimente fue constatar que, ni siquiera, nadie sabe a qué se refiere cuando habla de integración de redacciones o convergencia de medios. ¿Tan difícil es entender que de lo que se trata, hoy como ayer, es de servir a los ciudadanos el mejor contenido posible y que lo absolutamente secundario es por qué canal se distribuye, sea papel, web, radio, PDA, teléfono, televisión o a tamborrazos? ¿Tan difícil es entender que la razón de ser de este negocio son los contenidos y que es el cliente el que elige por qué canal quiere recibirlos? ¿Hay alguien ahí?

Y, si no fuera por tanto como está en juego, resultaría hasta divertido comprobar el laberinto de paradojas en las que muchos de ellos andan enredados. Por ejemplo, aquellos (más de uno) que tras defender que el mejor periodismo se hace en los periódicos y que eso los lectores ni lo ponen en duda, admiten que si no fuera por las promociones (ya saben: una cuchara gratis con su ejemplar de lunes a sábado y, el domingo, la sopera) se iban al garete.

No sé qué es peor: si el miedo o la ignorancia. Claro que, en mi faceta de consultor de medios de comunicación, debería alegrarme porque a este paso tengo trabajo para siglos.

PD.- Mi capítulo de agradecimientos para este ÑH04:

  • a Javier, Álvaro et al. por su curro pero, sobre todo, su talento;
  • a Mario, por proyectar un presente y un futuro que no quieren ver los que no quieren ver;
  • a Herminio, por provocar discusiones tan límites como lógicas... y divertidas;
  • a Carlos, mi querido Hemingway, por demostrar que la pasión por el periodismo no es cuestión de edad sino de vocación;
  • a Txema, porque ha nacido una estrella.
  • al puñado de estudiantes que acudió desde mi fcom, porque además de pasárselo estupendamente (que es lo importante) creo que aprendieron un montón sobre el mundo en el que pronto se van a sumergir. Sus preguntas y reflexiones fueron de lo mejorcico.
  • y a Octópodo, por conseguir con su trabajo ¡de estudiante! para mi Universidad una plata de premio, que es oro molido para los que nos empeñamos en enseñar que, después de todo, hay vida ahí fuera. A lo mejor no lo estamos haciendo tan mal.
He dejado un puñadico de fotos en Flickr.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Hablemos del tiempo

Me pongo a hablar del tiempo porque, ya saben, es el tema recurrente en ascensores, salas de espera y, en general, en cualquier situación donde dos o más personas se ven obligadas a compartir espacio y tiempo y no tienen ni idea de qué hablar, así que eso, pues a hablar del tiempo.

Sanseacabó Nº 6, semana 47 de 2007, emitido por 98.3 Radio

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miércoles, 21 de noviembre de 2007

Un congreso muy gráfico

A estas horas me estoy perdiendo la presentación del libro y, lo que es más grave, el cóctel. A estas horas últimas del miércoles 21 de noviembre está arrancando en mi adorada Barcelona el IV Congreso 'Lo Mejor del Diseño Periodístico España&Portugal 2007', en el que me embarcaré, D.m., mañana por la mañana vía pajarico foral. Es el congreso en el que vamos a hablar un montón de diseño periodístico, como su propio nombre indica, y que es el desenlace previsible y previsto de los premios ÑH04, en los que he tenido el honor de formar parte del jurado y cuyo fallo se hizo público el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. [Gracias, aunque atrasadas].

Esta noche me estoy perdiendo el cóctel, digo la presentación del libro en el que se recoge el mejor diseño periodístico del año en España y Portugal. Un libro eminentemente gráfico, con reproducciones de lo mejorcico (o por lo menos premiado por nosotros) que se publica en esta península. Como no llego, por lo menos comparto con los lectores de este rincón el minitexto que, como miembro del jurado, escribí y que si no me lo han censurado (es broma, Javier), dice tal que así:

Aquí estoy, en primera línea del jurado, dispuesto a jugármela eligiendo a los ganadores. Sólo con ver la calidad de mis compañeros me tranquilizo... o me pongo más nervioso. O yo qué sé.
Falta explorar más

Sobre las largas mesas de la Facultad hemos visto miles de páginas. Lo más duro, para un jurado novato como yo, ha sido decidir en poco tiempo si cada trabajo que tenía delante “valía o no valía”. ¿Puedo, en segundos, valorar las horas de trabajo que se encierran en cada trozo de papel? Lo más sensato es abstraerse y concentrarse en las bases. Con ese prisma, y poco a poco, han comenzado a relucir unos más que otros. El hecho, además, de ser diez personas –bien distintas en su forma de ser y de percibir– las que votan da cierta tranquilidad y seguridad de que los juicios finales son lo suficientemente sensatos.
La sensación que me queda, sin embargo, es la de no haber visto grandes obras rompedoras. Los periódicos, todavía, tienen mucho que explorar para situarse como deben en el escenario de la comunicación del siglo XXI: los códigos han cambiado, la sociedad receptora de mensajes poco tiene que ver con la de no hace ni una década y, sin embargo, da la sensación de que los periódicos siguen enfrascados en los mismos esquemas de hace años; por decirlo suavemente, sí es cierto que evolucionan, pero no revolucionan y, a lo mejor, es eso lo que está esperando una sociedad cada vez más “empantallada”. Ojalá entremos de una vez por todas en un nuevo mundo para los periódicos.
Supongo que tendré huecos para escribir desde allí, pero por si acaso aconsejo consultar el programa [PDF] porque es sabrosón de verdad. Me atrae, sobre todo, el fuego cruzado que se adivina entre el papel y la web; entre medios rivales y complementarios; entre convergencia o trincheras separadas. El viernes moderaré, si soy capaz, una mesa redonda de primera división que, bajo el título (ahí es nada) 'Por qué se rediseñan los diarios. Presente y futuro de la prensa de papel y del soporte digital', reunirá a estos ocho fieras: Ignacio Escolar, director de Público, España; José Manuel Fernandes, director de Público, Portugal; José Antich, director de La Vanguardia, España; Juan Varela, director de adn.es, España; José Antonio Carrizosa, director de Publicaciones del Grupo Joly, España; José Manuel Calvo, subdirector de El País, España; Eduardo Inda, director de Marca, España; y Mario Tascón, director de Contenidos de Prisacom, España.

Si salgo vivo de ésta prometo contarlo.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Cohete Musical 2007

A petición del respetable abro las taquillas para nominar a los pasajeros del PCM2007, Primer Cohete Musical 2007, consistente en comprar y adjudicar los cinco pasajes sin retorno para personajes que queremos que embarquen en esa nave, que despegará a medianoche del 31 de diciembre de 2007 y sin posibilidades de retorno.

Los candidatos, por necesidades tecnológicas, no pueden superar los 20, así que perdón si un claro aspirante no aparece en la lista, pero ya habrá tiempo de fletar más chismes, incluso fuera del campo musical.

Las reglas son:
  • Cada internauta debe elegir y marcar a sus cinco candidatos.
  • Se puede votar, como máximo, una vez por día.
  • Haciendo sitio en la bodega (y la vista gorda), veréis que me he estirado y dejaré que con un billete embarque más de uno.
  • Si alguien tenía la tentación de votar a Onofre se las verá conmigo.
  • A Melendi no lo incluyo porque se trata de asegurarnos de que el cohete nunca, nunca, regresará a la Tierra.
Pasen y voten (recuerden, cinco candidatos):


viernes, 16 de noviembre de 2007

La vida es como una caja de...

Respetados radioescuchas, que me escuchan porque no me callo: por si no se hubieran o hubiesen percatado, les diré que nos encontramos en la recta final de la promoción de los 8 días fantásticos de La Corte Española. Aunque, visto lo visto y oído lo oído, vaya usted a saber si habrá prórroga.
[Sanseacabó Nº 5, semana 46 de 2007, emitido por 98.3 Radio]


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jueves, 15 de noviembre de 2007

Un día cualquiera

Querido diario:
La verdad es que no sé por qué te escribo hoy, al final del día, si tampoco me han pasado tantas cosas dignas de mención. Pero bueno, te cuento.
Me he levantado tempranico, me he arreglado –dentro de lo humanamente posible– y me he calzado el traje gris, el de paño de las bodas, que ha gustado mucho en la facultad y hasta han dado por supuesto que aparecía así, tan extrañamente trajeado para ser yo, porque estaba en el ajo del Congreso Internacional de Comunicación. Pobretes, no sabían que era el vestuario que me impuso el director de 'El sombrero de papá', que soy yo (el papá, no el sombrero), en la película en la que actúo como padre malísimo de chica y chico y que es mi debut en el séptimo arte, que se dice.
He ido a trabajar a la uni con las cosicas de siempre: la mochila con el portátil de los mil cables, la otra con la cámara réflex y la máquina compacta, cada una con sus cargadores y baterías y, al final, no he bajado el trípode.
A las nueve y cuarto o así ha comenzado el Congreso y desde ese momento hemos ido a toda pastilla los del equipo encargado de la web de fcom, encabezado por Sincopado, Octópodo y servidor. Mientras Sinco iba de textos con nuestras alumnas Bea y Miren (qué dos joyas, querido diario), Octo se ha desdoblado, como pulpo multimedia que es, para grabar e inundar toda la cobertura del congreso con vídeos. Y yo, pues nada: ir al galope a una ponencia, hacer las fotos del ponente y de la mesa, volver derrapando a la redacción, descargar y editar las fotos, crear y editar las páginas con los textos de mis colegas, actualizar los índices y la portada, subirlas todas al servidor (al servidor de fcom, no al servidor de yo), ir al galope a la siguiente ponencia, hacer las fotos del ponente y de la mesa, volver derrapando a la redacción, descargar y editar las fotos, crear y editar las páginas con los textos de mis colegas, actualizar los índices y la portada, subirlas todas al servidor (al servidor de fcom, no al servidor de yo).
Ir al galope... ah, no, que entre dos ponencias me han buscado los regidores de la peli porque rodaba la primera de mis escenas, en mi despacho lleno de cámaras, focos, cables y gentes. Hemos ensayado unas cuantas veces y, al final, acción: mi hijo entra todo ilusionado a enseñarme un juguete y yo lo boto con cajas destempladas porque estoy muy ocupado y me distrae. Creo que la tercera toma ha valido. Y tras los planos generales hemos grabado los primeros planos, sobre todo del chaval, creo. Gracias y hasta luego.
Después he tenido tiempo, querido diario, para tomarme un café, más a toda leche que con leche, y vuelta al ciclo de CICOM. Bueno, no del todo, porque he aprovechado un parón para avanzar con el diseño de la portada que me han encargado para el número de diciembre de la revista Nuestro Tiempo, y ya sabes que en esto de portadista revistero también me estreno. Me está quedando chula, o por lo menos a mí me gusta. Ya te enseñaré.
A las tres y pico, con toda la información de la mañana actualizada y colgada (de la web), me he zampado en dos muerdos un bocata de jamón justo antes de que me recogieran los de la película para llevarme a la siguiente localización: un parque donde me he pelado de frío porque tenía que rodar en mangas de camisa la escena en la que enseño a Guille (ya sabes, el hijo de doce años que acabo de tener) a jugar al golf; también, la primera vez que agarro un palo de esos, ya ves. Y menos mal que a la segunda toma, más sus correspondientes contraplanos o como se diga, la cosa ha valido, según el director. Así que me han subido al piso de estudiantes para rodar la escena más dramática, en la que hago de padre malo de narices, por decírtelo de forma suave. En ochenta metros nos hemos juntado tropecientos, entre realizadores y actores, en medio de un mar de cámaras, micrófonos, cables, telepizzas y cocacolas. Me han maquillado y me he vuelto a poner la corbata, una gabardina de gángster, guantes negros, y otra vez el palo de golf, pero esta vez para amenazar con partirle la cara a mi hija paralítica y en silla de ruedas. Dicen que lo he hecho muy bien y que hasta les he asustado y les he dicho que claro, que hasta yo me he asustado de lo bestia que me resultaba yo a mí mismo.
Vuelta al Congreso, querido diario. Con el ciclo foto-edición-web que no repetiré para no resultarte canso. Como a eso de las nueve me he ido para casa, donde me he pasado la mejor media hora del día, cenando una estupenda carne mechada y charlando con Lejana, antes de encerrarme en el zulo para escribir el guión del Sanseacabó que grabo mañana y en el que, como ando por el mundo del espectáculo, mezclo a Forrest Gump con la Familia Real española, que ya son ganas. Pero bueno, ya me escucharás.
Y como a eso de yo qué sé qué hora me he ido al salón para ver un poco la tele y estaba terminando una película de caníbales con Hannibal Lecter de protagonista. Y, qué quieres que te diga: para mí que, de colega a colega, Anthony Hopkins está como que sobreactuado. Pero ya aprenderá.
Y nada más, querido diario. Me voy a dormir un rato porque me tengo que levantar tempranico, arreglarme dentro de lo humanamente posible y volver al congreso, pero esta vez ya vestido de civil.
Como verás, no sé por qué te cuento todo esto, si total ha sido un día más en la vida. Pero bueno, supongo que para eso estáis los diarios. Que descanses.
Tuyo siempre,
Pacotto

lunes, 12 de noviembre de 2007

El 10 de noviembre de 2007

El 10 de noviembre de 2007 Hugo Chávez, el presumente de ser elegido por naufragio universal después de haber ido con las pistolas a por el poder en un militar fascista golpe de Estado en Venezuela (1992), dio lecciones de elecciones populares al rey Juan Carlos de España. Hugo Chávez, que se escribe en Wikipedia su propia y alucinógena página protegida para que nadie más diga lo que a él no le gusta [arranque de demagogo: proviene de un humilde hogar; desembarco de trompetas: nominado a Nobel de la Paz], se parapeta tras el petróleo para explicar al mundo lo que debe hacer; para interrumpir al mundo sobre lo que tiene que hacer. Niño rico al que se le permite ser inculto, insolente, maleducado y, sobre todo, peligroso, porque tiene el bolsillo lleno para ir al parque de atracciones y elegir a su cuadrilla de necesitados con tal de que menten a Bolívar. Hugo Chávez, ya lo tengo escrito, es el presidente que la maravillosa República de Venezuela nunca se mereció.

El 10 de noviembre de 2007, José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones del 9 de marzo de 2008 porque hacía tiempo que se echaba en falta tanta grandeza de estadista. Nunca me gustó este hombre, y menos desde que hizo de la Z su patrimonio y encima machacando el idioma, y menos con un programa y un equipo cargado de incongruencias, disparates y confusiones que el público nunca mereció. Pero el 10 de noviembre de 2007 me alegré de que fuera mi presidente.

El 10 de noviembre de 2007, el rey ganó el partido de vuelta que me faltaba desde el 23-F del 81, después de años cansado (yo) por las supinas tonterías borbónicas, donde casan churras con merinas y pretenden que a todos nos guste una reina por cómo viste o un varon dandy por su toque del balón con la mano, o donde la monarquía se hereda porque el rubito de los ojos azules me mola y me lo pido, jo.

Pero el 10 de moviembre de 2007 jaleé al rey. Quién me lo iba a decir.

El 10 de noviembre de 2007 descubrí que hay presuntos líderes políticos que siguen empeñados en el “sabe a queso, pero es jabón” y van a patinar más de lo previsto, y a las urnas me remito, por no saber distinguir su legítimo interés electoral con el imprescindible sentido común. Hablo de Rajoy, que parece majo y así a primera vista lo es, pero sus padres deberían vigilar con quién va, el chico.

El 10 de noviembre de 2007 volví a visitar los restos de Llamazares para confirmar que estaban cenizos y que cuanto más habla más suena a valle de los caídos, sin mayúsculas porque no las necesita.

El 10 de noviembre de 2007 comprobé que los nacionalismos seguían yendo a por setas en un ombligo que no hay mapa que lo descifre. Y ese mismo día comprobé que mi nada amigo Aznar llamó a los garantes de mi país para darles las gracias porque todos entendíamos que no le atacaban a él sino al presidente de España, mal que me guste.


El 10 de noviembre de 2007 me sentó pero que muy bien, como hacía tiempo, que defendieran mis colores los seleccionados, más allá del muermo del fútbol y de la política. Hacía tiempo que no me sentía tan bien como me sentí el 10 de noviembre de 2007. Y ahora, que me lluevan, que para eso doy la cara. Me importa poco, pero me siento tan bien como hacía mucho que no, como cuando el 23 de febrero de 1981 sólo fueron dos los representantes del pueblo español los que dieron el pecho por todos nosotros. (Y uno no era el rey, que entró en el segundo tiempo).

domingo, 11 de noviembre de 2007

Un verano trascendental

El verano de 1977 fue uno de los trascendentales, por no decir el que más, en la vida de Onofre García Valderrama. Con diecisiete años recién cumplidos entendía que daba un adiós definitivo a la adolescencia, toda vez que la voz le había mudado para siempre, hasta convertirse en sorda y grave, como siempre deseó. Y encima, el 1 de agosto, como regalo de cumpleaños, sus padres le habían regalado la gran guitarra Eko con resonancias y un amplificador, el último peldaño que le faltaba para alcanzar su sueño: lanzarse con su primera banda, y con instrumentos de verdad, al mundo profesional. ‘Los impecables de Cotillas’ era ya una realidad.

‘Los impecables de Cotillas’ llevaban tiempo ensayando: a la batería, Josema, un camarero ambidiestro que fue el primero en invertir sus propinas en una Roland de bombo y platillo; Juan Luis, el bajo, al que se le adjudicó el instrumento medio en broma por su estatura, pero al que sus padres terminaron por dotarle con una Hofner muy maja para que diera la talla; Vicky, la exemigrante hispanoalemana, que, además de estar bien, se traía de Frankfurt un rimbombante teclado electrónico de marca germana y que ponía a disposición del grupo con la condición, eso sí, de que le dejaran hacer coros; y Alfredito, el hijo del guardabosques, que era muy polivalente como segunda voz y que avanzaba mal que bien en el curso por correspondencia de ‘Andrés Segovia con CEAC’ y que por lo menos tenía guitarra desde que formalizó por correo la matrícula.

Lo importante es que, ahora que Onofre estaba completo como hombre y como músico, el pueblo de Cotillas, tan desconocido al sur de Albacete, comenzaba a sonar. Tanto, que a primeros del siguiente mes ya tenían su primer contrato para amenizar las fiestas en honor de la Virgen del Castillo en Chiva, Valencia, sin que supieran muy bien por qué pensaron en ellos. Onofre preparó para la ocasión un repertorio en el que sabía que se jugaba su futuro: Tony Ronald pero sin intentar impostarlo, Baccara pero en cristiano, Pablo Abraira más electrónico o Basilio sin engolar.

Éxito arrollador. Tras cada pieza, ovación. La Plaza del Ayuntamiento se venía abajo, literalmente, porque estaba descompensada entre escenario y público.

Y al final comenzó todo. Cuando Onofre guardaba su instrumento en el estuche y solo quedaba el fleco de cómo volver a Albacete, se le acercó, tímida, Marijose, rodeada por su grupo de amigas y semiocultando una sonrisa nerviosa. Que qué bien todo y todo eso. Enredaron. Y aquí no me detendré en detalles porque las horas pasan volando. Simplemente diré que, además de perder el autobús, Onofre sintió en el estómago lo que antes sólo conocía por las letras de Víctor Manuel. Onofre descubrió algo más que el mundo musical y esa noche fue un suspiro inspirador. Hubo tiempo, claro, para pasar del conocimiento al juramento del amor eterno.

Pero… qué duro es el amor en la distancia. Menos de un año después, los celos corroían a Onofre porque Marijose tardaba cada vez más en contestarle a sus apasionadas cartas y el cartero le devolvía dos veces sus paquetes postales, aquellos que enviaba a su amada con las casetes de sus canciones originales grabadas en el granero. El cartero siempre marcaba con una equis de bic la casilla de ‘destinatario desconocido’.

En ese escaso año pasaron muchas cosas, pero lo importante es que tal volcán de sentimientos en tan corto espacio de tiempo hizo que Onofre, ya descompuesto, compusiera a finales de junio de 1978 una de las más bellas canciones que se recuerden para expresar lo que supone ese diablo de los celos que siempre queman. Gracias a rabias sentimentales internas de los grandes genios, la Humanidad hereda joyas como ésta, música y letra de Onofre, grabada en el granero del susodicho por ‘Los impecables de Cotillas’ al completo, una melodía irrepetible:

viernes, 9 de noviembre de 2007

Viaje con nosotros

La nueva estación de autobuses de Pamplona es un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la urbanidad. De ello hablamos en el Sanseacabó de la semana 45 de 2007, emitido por 98.3 Radio. Para quien quiera escuchar:

lunes, 5 de noviembre de 2007

Los caraduras

La humanidad depende de la investigación para progresar. Son tantos seres anónimos los que entregan su vida a este empeño que es como para descubrirse. Y eso que hay pocos que salten a la Historia. Pero unos y otros, todos para mí, merecen un altar: desde Alexander Fleming, por descubrir en 1928 la penicilina, hasta A W. Brian Sweeney, Brian Krafte-Jacobs, Jeffrey W. Britton, y Wayne Hansen, por su estudio esclarecedor: "El soldado de guardia estreñido: prevalencia entre las tropas estadounidenses destinadas en el extranjero, y en especial por su análisis numérico de la frecuencia de los movimientos intestinales", y que incomprensiblemente sólo fue publicado en la revista "Military Medicine" [vol. 158, agosto, 1993, pp. 346-348], sin que hoy se reconozcan sus esfuerzos (investigadores) en los libros de texto.

Toda investigación contribuye al progreso. ¿Toda? Bueno, pues como en la Galia de Goscinny y Uderzo, toda… no. De medicina no seguiré hablando porque no tengo ni repajolera, como de otras muchas ciencias, y tengo que tirar de Wikipedia para saber cómo malgastan algunos su tiempo terrenal. Pero de Periodismo sé algo, creo, y me quedo aleladillo al descubrir grandes científicos escondidos entre congresos y publicaciones. Hace nada, por ejemplo, he contribuido modestamente (¡y sin pretensiones, eh, que no voy de académico y quien me conoce ya sabe lo que pienso al respecto!) al contenido de un libro sobre diseño periodístico en internet, al alimón con mi colega del ladrillo, el doctor –que sí es docto de verdad– Ramón Salaverría. Y resulta que en la alineación del tomo se encuentra un engolado profesor de periodismo digital, catedrático bendecido por el sistema, quien dice (textualmente, tecleo bien) sinsorgadas de este calibre:
“Otro recurso que se ha generalizado [en internet] es el uso de enlaces junto a un determinado información, para llevar al lector a otros textos relacionados con el mismo. En los diarios impresos, se suele recurrir al uso de despieces. En internet, los enlaces no sólo nos llevan a los posibles despieces o textos complementarios, sino que pueden remitirnos a material de archivo o hemeroteca sobre un determinado tema”.

¿Es posible tamaño atrevimiento con hardface de última generación en el ámbito universitario?, pregunto. Y alguien me dice que “eso” que acabo de reproducir es oro molido comparado con otros jetas profesionales de la investigación periodística. Por supuesto que pido pruebas, y por supuesto que me las da: una persona que forma a futuros periodistas (en otra universidad, por fortuna) presenta a un congreso de comunicación una ponencia titulada “Los intereses de la humanidad a lo largo de la Historia provocan que la meteorología se convierta en una nueva área de información especializada”. Y no, lo gordo no está en el enunciado sino en el desenlace, que reproduzco (como siempre li-te-ral) con tremendos esfuerzos para que no se me vuelva a reventar la sutura gástrica:
“Entre las diversas fuentes consultadas la mayor parte de ellas coinciden en señalar que ‘el hombre del tiempo’ en la actualidad tiene que tener el siguiente perfil. Debe conocer la materia de la que está informando; porque sino se corre el riesgo de interpretar mal la información. Tiene que ser un buen comunicador, para que la audiencia se crea lo que está contando. Y en este sentido XXX [nombre de un conocido profesional], avalado por su experiencia, expresa algunas recomendaciones. Necesidad de sintonizar de tal modo la información que transmita credibilidad. Expresarse con un lenguaje claro, sencillo, ameno, pero al mismo tiempo riguroso y respetuoso. Tener en cuenta la sincronización de las explicaciones con las imágenes que se emiten. Y sobre todo ser muy cautos a la hora de informar las previsiones.
Estos serían algunos de los aspectos que hacen un balance aproximado de lo que ha sido y ha representado desde sus comienzos hasta hoy un conocimiento interpretado en sus orígenes desde la cultura popular, para ser analizado en la actualidad como un conocimiento matemático numérico y científico: El Tiempo”.

Cuando se les pase el ataque les diré que no es chiste ni producto de mi imaginación, porque ni queriendo llegaría a tal éxtasis creativo. La ponencia es obra mística, pero real, de persona que cobra todos los meses de su universidad pública (o sea, de todos) y, para los que no me crean, tengo como prueba el grueso tomo sobre “Prensa y periodismo especializado” donde fue publicado, editado y avalado por próceres de la investigación que, gracias a Dios, tampoco pertenecen a mi Universidad. Próceres que duermen como niños, con la satisfacción del deber cumplido, criaturas.

Y ahora les dejo, porque tengo que terminar mi investigación que será publicada en el próximo número de NASA TODAY bajo el escueto título de: "La disfunción terráquea en el consumo de bombillas y su interrelación con el poder adquisitivo familiar de las sociedades componedoras de sus territorios. Aproximación a un posible desequilibrio económico y desarrollativo entre el norte y el sur: la noche como posible exponente gráfico del susodicho desequilibrio. Una hipótesis". Y me van a pagar por ello. Hasta hartar.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Dos de los nuestros

Esta semana y siempre: siempre en nuestras mentes, siempre en nuestros corazones.
Pamplona, 4 de noviembre de 2007, a los 291 días de la primera partida, a los 217 de la segunda.

viernes, 2 de noviembre de 2007

En memoria de nuestros muertos

Semana fúnebre por definición, o no. Todos los Santos y todos los difuntos. La muerte tiene muchas aristas. Es el Sanseacabó nº 3, de la semana 44 de 2007, emitido por la 98.3 Radio. Como siempre, son cinco minutos (la vida es eterna en cinco minutos...).


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[Jiuston, tenemos un problema: me dicen que en algunos navegadores el señor Odeo da errores y no se escucha nacin of nacin. Pues para los cientos de millones que sigan empeñados en la auditoría de tamaña cosa pueden hacerlo desde aquí, en ventana independiente. Sorry.]

Actualización domingo 4 de noviembre.- Probando el reproductor de Goear: