Así, cualquiera. Si ya desde crío, y con una tecnología de la señorita pepis le metes horas, cómo no vas a ser capaz después de crear uno de los mejores cines de entretenimiento. Otra cosa es que descerebrados, como servidor, se metan a enredar en algo de lo que no saben nada. En febrero de 1989 (sí, sí, ha llovido), y como consecuencia de un viaje a Managua y Miami, caí en las garras de una Sony tan cara como pesada. Grabé un puñado de cintas que, ahora, he pasado a DVD y que estoy en el empeño de editar, con el apoyo de mi equipo técnico habitual: Octópodo y Desaparecido. Las risas familiares están aseguradas (temblad, temblad niñas).
Pero, hete aquí que sin esperar a las lecciones elementales de estos monstruos, me he pegado el domingo gastando las horas, los gigas del Mac y la paciencia en empezar a hacer cortes con el iMovie y con unos resultados lamentables. Quién me mandaría. Pero como uno es cabezón de cuna maña, no he soltado la presa. Eso sí, bajando el listón; así que con la ayuda en línea y poco más he desistido de meter mano a mis vídeos y he empezado por hacer una peli de tres minutos con algunas fotos de mi almacén y una canción de la discoteca. Hombre, el resultado, qué quieres que te diga... que se deja ver, pero que si le metía rótulos el cóndor se me aceleraba y otras meigas propias de principiante. Cuando sea mayor editaré cine de cine. Todos estos recursos interneteros hay que explotarlos, pardiez.
2 comentarios:
El año que viene podremos presentarnos al Punto de Vista con "Pacotto's dreams", y nos aclamarán las masas
Muy divertido. Grandes risas con ello. A la altura de "El guateque" o las comedias satíricas de Billy Wilder, Don Francisco.
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