Los pobres servidores del pueblo, tan preocupados ellos por nuestra salud y futuro, se están pegando la vida padre en Copenague. Y lo de menos es que se estén poniendo las botas de fuagrás y caviar en los hoteles de lujo de la ciudad, nada menos que a 700 euros la noche y por cabeza. Digo que es lo de menos, porque lo gordo viene ahora: según ha investigado el diario británico The Daily Telegraph, nuestros sacrificados políticos se han desplazado en alrededor de 140 aviones privados para llegar hasta ese lugar, por el que ahora, día y noche, se están moviendo en 1.400 limusinas. ¿El resultado? Pues que ellos solitos están produciendo, en diez días, la misma contaminación que provocaría una ciudad de 200.000 habitantes. Y todo ello, claro, sin entrar en detalles sobre quiénes son las paganos de semejante factura de lujo, desmadre e irresponsabilidad. En resumidas cuentas, y como diría el castizo, "con estos amigos, ¿quién necesita enemigos?".
No sé a ustedes, pero a mí lo que me sorprende es que nadie se sorprenda. Sale por la tele todo este informe del despilfarro supino y fariseísmo extremo, y al personal no se le mueve ni una ceja. ¿Será que el dióxido de carbono también derrite las neuronas y por eso ya nadie se queda helado al enterarse de tanto disparate? ¿O será que nadie mueve un músculo precisamente por eso, porque se ha quedado helado?
Cualquier cosa puede ser, porque, ya que hablamos de helados, el telediario se marcha de Copenague a Oslo para seguir su informativo, esta vez con la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a un novel, como es Barack Obama, que no solo no ha hecho nada para merecerlo sino que, además, declara al aceptar el galardón que "la guerra es necesaria".
Toma ya. Y seguimos sin mover una ceja cuando este líder mundial, que ha llegado a serlo entre otras cosas por saber vender la paz (de mentirijillas), acepta el kilo de euros con una mano mientras con la otra envía 30.000 nuevos soldados a Afganistán, ya saben, donde se desarrolla una guerra imprescindible para garantizar el futuro de los Estados Unidos.
Sanseacabó Nº 64, emitido por 98.3 Radio
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